Saludo de Ismael Lorenzo, director de Creatividad Internacional
‘Creatividad Internacional’, a través de sus más de 8 años de publicación ha ido expandiéndose, y una de las más recientes creaciones, gracias al gran Poeta Alonso de Molina, es la publicación “De Sur a Sur. Revista de Poesía y Artes Literarias”, que se publicará trimestralmente en diversos medios online, además de en ‘CI. Para esta primera edición de Mayo 2017, hay una selección de lujo, en sus diferentes secciones:
‘Efemérides del trimestre’, ‘Taller de poesía’, ‘La voz de los poetas’, ‘Acción poética de Sur a Sur’, ‘Entrevista a un poeta’, ‘Artículos de opinión’, ‘Noticias sobre actividades, recitales, novedades, eventos’.
Y contamos con la participación de escritores como Oscar Martínez Molina, Laura C, Manuel Salinas, Cristina Saínz Sotomayor, Tony Cantero y muchísimos más. Desde España y Francia, hasta Argentina y Estados Unidos. Este es un gran empeño, que esperamos va a continuar desarrollándose cada trimestre.
Los invito a leerla,
Ismael Lorenzo
Editorial
De Sur a Sur. Revista de Poesía y Artes Literarias, proyecto que viene a complementar el amplio abanico cultural de Creatividad Internacional Red de Literatura y Cine, se trata de un espacio de Autogestión Creativa abierto a poetas y escritores en lengua castellana. Se incluyen contenidos muy diversos respectos talleres sobre poesía o literatura, noticias, entrevistas, microrrelato, poesía, artículos de opinión, reportajes.
Por cierto, el porqué del nombre de la revista. Se trata de un proyecto globalizador entre poetas y escritores de habla castellana, del sur de Europa al sur de América, significando además que contamos con colaboradores de algunos países del continente africano donde, aunque en minoría, también se habla nuestro idioma.
La poesía, dice Lorca, es algo que anda por las calles, que se mueve que pasa a nuestro lado. Afirma, Federico García Lorca, que todas las cosas tienen su misterio y que la poesía es el misterio que tienen todas las cosas.
La poesía es un grito hacia dentro, una reflexión constante, no cuenta historias, no dice nada, solo muestra al ser humano y sus pesquisas, sus requerimientos, anhelos, miedos, tentaciones. La gente confunde la poesía con la literatura, y en ese orden de cosas, don Antonio Gamoneda explica que la poesía es la realidad que forma parte de nuestra vida, que la poesía es una conducta y no es, necesariamente, una representación, un ornamento o una actividad informativa.
Y en ese centro de equilibrio personal y humano nos movemos, ahí quisiéramos estar, permanecer muchos años, toda la vida, siempre. Quién sabe si, a lo mejor, estas son las calles –los espacios virtuales- que preconizaba Lorca.
Este primer numero quizá el contenido, la maquetación, la organización de la revista… no satisfaga tus espectativas como lector. Este es el número cero, estamos ajustando equipos, seleccionando contenido, revisando, así y todo te pedimos disculpas por los errores, descuidos, fallos que seguro hemos cometido… Pero sobre todo mi agradecimiento personal a los compañeros que han colaborado en este número aportando, revisando, asesorando, apoyando esta iniciativa.
Vuestro en la poesía
Alonso de Molina
Micro relato
Cien palabras exactas
Puntillosos
(Dos textos de 60 y 40 palabras respectivamente)
-1-
Se hallaba tendida en la cama y atenta a sus movimientos.
Sobre la cómoda cada elemento relucía, él era meticuloso en todo.
Ella intuía lo que iba a acontecer.
Estando atada y amordazada dirigió una mirada de súplica a quien -con precisión de cirujano- procedería a descuartizarla, luego de una minuciosa desinfección de las zonas de incisión con povidona yodada.
-2-
Su final estaba próximo y él decidió adelantarlo, así que comenzó a redactar su carta de despedida.
Al llegar al último párrafo le surgió una duda ortográfica, entonces recurrió a un diccionario para ver la forma correcta de escribir suicidio.
© Laura C.
El círculo rojo
Recuerdo seis palabras de aquella fatídica noche: 'Dame la guita o sos boleta'.
El frío metal sobre mi sien activó el bombeo de mi sangre y mi mente recorrió cuarenta y nueve años en segundos.
Mi único capital era mi vida, apenas llevaba treinta y siete pesos en el bolsillo.
Fueron ocho minutos de incertidumbre hasta que accionó el gatillo.
Seis… cuarenta y nueve… treinta y siete… ocho = cien, número que la vidente había marcado con un círculo rojo.
Y ese círculo me sigue acompañando mentalmente en esta celda, desde que desvié el arma hacia él antes de que disparara.
© Laura C.
La dama de negro
Me he regresado tres veces a apagar ese foco. Lo diviso desde el pasillo ¿Será mi figuración o “algo” o alguien lo encendió?
Soy la única despierta a esta hora en toda la cuadra de esta colonia. Apenas hace un par de meses, una noche septembrina, la dama de negro me jalaba.
Espero que no sea ella. "Ellos" me dijeron que ya todo estaba bien. “Nos arañó. No quería soltarte” –me explicaron.
He querido escribir sobre esto, pero por lo general quiero escribir de noche. Y los ruidos y los tronidos de los muebles y los toquidos no me dejan.
Cristina Sáinz Sotomayor
¿No es peor levantarse de mal humor?
“Estaba en el baño preguntándome si me masturbo demasiado”. Afirmaba por la radio una joven que había leído que unos momentos de gozo y sudor pueden liberar mente y cuerpo de tensiones y stress.
Le preocupa estar fuera de lugar, desearía consultar por qué la masturbación la hacía sentirse bien. El amor a uno mismo podría ser un primer paso hacia el amor a los demás. Pero hemos oído historias acerca de la maldición de dios.
Entonces qué hacer si uno se levanta cada mañana con un pene erecto que mediatiza sus actos. ¿No es peor levantarse de mal humor?
© Alonso De Molina
Me acongoja no sentir excitación cuando perforo hormigón con una helicoidal
Estudios científicos tras realizar diversas exploraciones cerebrales, concluyen que los escáneres activaban la misma área del cerebro de un hombre tanto mirando a mujeres atractivas como contemplando herramientas eléctricas.
Sustancialmente decían que la respuesta cerebral de los sujetos estudiados fue la misma mientras veían imágenes de hermosas féminas que observando novedosos pertrechos automáticos.
Me acongoja no ser como los demás hombres y no sentir excitación cuando perforo hormigón con una helicoidal; en cambio me tranquiliza observar que efectivamente experimento una enorme excitación cuando mi pareja, medio desnuda con taladro en mano, sube unas escaleras para agujerear el techo del dormitorio.
© Alonso De Molina
Maldito polen
Pasé días planeándolo todo y deleitándome con el sonido imaginario del estruendo.
Él estaba sentado en su mecedora, junto a la ventana del octavo A -como cada tarde- y sus vaivenes se repetían a intervalos exactos, según mi cronómetro.
Yo lo observaba desde mi estratégica ubicación, detrás del tanque de agua en la terraza del edificio de enfrente.
Había calculado al milímetro sus movimientos hacia adelante y hacia atrás. Su silueta aparecía y desaparecía de mi vista como si fuera el péndulo de un reloj.
Nada podía fallar… entonces accioné el gatillo.
Y en ese momento se le ocurrió estornudar…
Laura C.
Cuento Narrativa
El tren lastrero
Por Oscar Martínez Molina
Si la memoria no me falla, -y en esto debo reconocer que siempre ha sido privilegiada. Puedo asegurar que las vacaciones en el pueblo, con esas eternas mañanas de pasmosa y calurosa lentitud. Resultaban a la vez extraordinariamente ricas en aventuras, para aquellos que como yo, la mente nos daba para pensar en cosas más allá de un juego de futbol. Amén de las historias que desfilaban ante mí, con los libros y revistas que devoraba ávidamente, había sitios y trabajos que se acumulaban en mi mente con un interminable desfile de porqués.
En estas hermosas coincidencias que me ha dado la vida, apunto una más: -Pocos saben lo que es un tren lastrero-, apunta Neruda en su Infancia y poesía, refiriéndose al hecho de que su padre, fue conductor de uno de ellos. En ese enfermizo afán de guardar lo que no sirve, me encuentro en la casa de mis padres, un viejísimo cuaderno pautado de la clase de música de la secundaria, y entre corcheas, medias corcheas y claves de sol, se asoma una frase de mi puño y letra: tren lastrero qué experiencia.
Mi casa en Salto de agua estaba situada estratégicamente en un punto medio entre la estación de trenes y el pueblo. Por un estrecho sendero, caminando desde la calle hacia atrás de nuestra casa, podía llegar al centro de salud del cual en algún momento, haré aparecer algunos recuerdos. Al frente, a ciento cincuenta metros, el terraplén y el encanto de las vías del tren. Y más que el encanto, el sueño y la visión siempre presentes de saber con absoluta certeza, de que si fuera capaz de caminar por aquellas barras metálicas, o paso a paso por los durmientes de madera, llegaría al puerto de Veracruz o a Mérida y desde allí sin duda alguna tomar un barco y zarpar a Europa. Pero en fin en aquella época solamente sueños. El tren lastrero nuevamente en mi memoria. El verano, o la semana santa. Las once de la mañana, el calor ardiente. En cuclillas observando las maniobras. El conductor con las ropas curtidas en grasa sostiene mi mirada, y tal vez asombrado, se ve en la imperiosa necesidad de responder a mi pregunta.
– ¿Por qué están detenidos aquí?, Dije.
–Porque estamos dando mantenimiento a las vías. Respondió secamente.
– ¿Por qué no las ha desmontado la cuadrilla? o ¿por qué no han remachado los enormes clavos que sostienen las placas con los durmientes?, pregunté de nuevo, recordando lo que había visto otras veces.
–Porque ahora es otra clase de mantenimiento. Dijo él. Volteando a verme de reojo.
– ¿Y qué clase de mantenimiento?, Dije.
–Se trata del lastre. Respondió más serio.
– ¿Cuál es el lastre?, rematé.
–Cuál es tu nombre. Dijo, en tono molesto.
–Oscar.
–Y por qué chingado no te vas a jugar con tus amigos, en lugar de andar husmeando donde no te llaman. Dijo, y me dirigió una mirada con el ceño fruncido.
– ¡Uh qué poco aguante! Murmuré.
– ¿Cuál es el lastre? Repetí.
–Y vea que lo estoy preguntando de buena manera y sin molestar. Agregué
– ¿Usted es el jefe del tren?
Silencio y risita de nervios, además de las exclamaciones de burlas y groserías de la cuadrilla de asistentes. A cual más, con gruesos overoles de mezclilla y altas botas de cuero. Cubiertos de grasa y suciedad y portando picos, azadones y palas.
–Puta madre jefe, ahora ya tienes supervisor. Exclamó uno de los peones, acompañando lo dicho con una risa.
El conductor me veía con un asombro que no podía disimular. El tren había apagado motores y el hombre aquel descendía lentamente de su cabina. No supe porque razón pero con cierto miedo, deje mi postura en cuclillas y me puse de pie, por si había necesidad de salir corriendo. Mi mente a cien por hora, por qué temer si solamente pregunté qué cosa es el lastre. El rostro de aquel sujeto se fue tornando menos hosco, a pesar de la burla del respetable coro de mugrosos.
-Este tren se llama lastrero, porque todos los carros cargan lastre. Dijo de pronto, dirigiéndose nuevamente a mí.
Casi a gritos, a pesar de las maquinas apagadas, y señalaba con la mano hacia los enormes carros de metal.
–Pero... lo interrumpí con timidez, ¿el lastre?
Y si no mal recuerdo, debí haber hecho algún gesto con las cejas o frunciendo el ceño. Algo que me ha acompañado desde hace mucho tiempo.
–El lastre, dijo, es esto.
Y al mismo tiempo se agachó, y recogió del terraplén una buena cantidad de piedras blancas y de tamaños regulares trituradas exprofeso.
Sonreí desde luego por el camino que había tomado aquella platica y confiado me atreví.
– ¿Y para qué sirve?
–Puta, ya se cagó el asunto. Exclamó otro de los peones, y de nuevo la risa del resto.
El jefe retomando su gesto hosco dijo:
–Anda sube a uno de los carros que si no, no acabamos este asunto.
Subí con el permiso de aquel hombre. Alcancé la altura mayor sujetándome firme por la escalerilla de metal, desde abajo, los vecinos y amigos observando con asombro mi logro. El enorme carro estaba hasta la coronilla de aquellas piedras trituradas. Los hombres de la cuadrilla preparaban el terreno, removiendo con picos y palas el terraplén reseco. Me dieron la orden de bajar, y lo hice con esa extraña sensación en el estómago y el pecho. Me alejé a lugar seguro y entonces, abriendo compuertas por debajo del carro de hierro, el lastre comenzó a caer sobre el terraplén. Una polvareda cubrió el caluroso ambiente. El conductor volvió a la cabina, se encendieron los motores y con lentitud el tren lastrero empezó a caminar. El chirrido de sus llantas metálicas pulverizaba las piedras que se ponían en su camino. Una vez libre de aquel monstruo, la cuadrilla acomodaba con destreza el lastre. Apisonándolo alrededor de los durmientes, y de las enormes placas metálicas que sujetaban los rieles, atentamente también, limpiaban de lastre las vías del tren.
¡Lastre, lastre, lastre¡ Repiqueteaba en mi cabeza.
Permanecí prácticamente toda la mañana bajo la inclemencia del sol, observando atento cada maniobra que se hacía. Con picos y barretas los hombres barrían con el terreno reseco y el viejo lastre ennegrecido por el tiempo, se mezclaba con las blancas piedras nuevas. Otros más se empeñaban en la tarea de palear el lastre desde los montículos que se habían formado, cuando se abrieron las compuertas de los enormes carros. Finalmente, alrededor de las tres de la tarde, la cuadrilla comenzó a recoger las herramientas. Claramente recuerdo que con destreza, aquellos hombres sacudían sus ropas desprendiéndose de ellas una espesa nube de polvo. Puntual, el sonido de la maquina acercándose. Innecesariamente, -salvo para grabarse permanentemente en el hipocampo de mi sistema neurológico- el conductor jaló de la cadena, y se escuchó en el terraplén, en mi casa, en mi barrio, en mi pueblo, en Chiapas y en el resto del universo, el potente sonido del silbato.
El maquinista detuvo el tren lastrero, y dio la orden a la cuadrilla de hacer la tarea de recoger y subir al tren los enceres y las herramientas. Los mirones, ante la cercanía de la hora de la comida, habían abandonado la maravilla de tener boletos de primera fila. Tres o cuatro, habíamos soportado con estoica alegría, aquel espectáculo que, el destino, nos traía de regalo hasta las puertas de la casa, y sin importarnos calor, sudor y polvareda nos dimos el lujo de ver concluida la jornada.
Seguramente esta aventura había sido en la secundaria. Rondaría yo los trece o catorce años. Salto de agua daba bola, no solamente para jugar futbol o béisbol, o para nadar en los rápidos del rio Tulijá. O para echarse clavados en las frías aguas de poza azul, o para hacer entretenidas competencias, equilibrándonos sobre las vías del tren, o afinando la puntería -en ese momento lo supe- utilizando aquellas piedras trituradas del lastre, contra los gruesos pomos de cristal que aislaban los cables de las líneas de teléfono, o la de desenterrar y comer los huevos de iguana en el cascabillo de arroz o café, del beneficio detrás de casa.
Pero había que hallar respuestas a las innumerables preguntas que habitaban en mi cabeza, y entre aquellos calores y humedades de las noches, los insomnios no solamente poblaban mi alma por la incomodidad de mis sudores, sino que sobre todo, la poblaban por las interminables dudas que, como a Mefistófeles, envenenaban mi espíritu.
Cuarenta años después, y en la comodidad de mi departamento al sur de la ciudad de México, esta fría tarde de invierno, el hábito firme de una copa de tinto, la música amena y grata de las sonatas de Beethoven. A mi lado mi hijo con su trabajo en la computadora, y la pregunta –oye pa, ¿Cuándo se fundó el monasterio de Nuestra Señora del Atlas? Dice.
Y me remonto a repasar la historia de los mártires de Argelia. Interrumpo mi lectura, tomo mi iPod, escribo: fundación del monasterio de Ntra. Sra. del atlas en Argelia, 1938, en Tibhirine, cerca de la ciudad de Medea.
Es mi respuesta inmediata y me ha tomado el tiempo en que lo cuento. Apago el iPod. Retomo mi lectura. Infancia y poesía: Pablo Neruda -Pocos saben lo que es un tren lastrero-. Y entonces desde el hipotálamo, donde hipotéticamente se haya almacenada la memoria. Relacionada con experimentos y estudios por el Alzheimer. O desde la reconexión sináptica de las miles de estructuras neuroanatómicas que según otros, son los verdaderos responsables de mis recuerdos; me desconecto de mi espacio y viajo no solamente a través del universo, sino a través del tiempo. Una andanada de imágenes perturbando mis sentidos, dudas y preguntas, atormentando mis pensamientos. Salto de agua, y algunos misterios.
¡Lastre, lastre, lastre! Tren lastrero
El silbato ensordecedor del tren estremeció mi cuerpo. Y el chiflido agudo del maquinista me hace voltear la cabeza, y descubrirlo llamándome desde la cabina. Subo al terraplén y me acerco hasta poder escucharlo.
-El lastre, sirve como una cama para las vías del tren, le da estabilidad a la pista, favorece el drenaje del agua de lluvia, le da mayor apoyo a las cargas de los vagones. ¡Ah! y además no deja que crezca la vegetación- . Dijo el conductor.
Seguramente vio mi cara de asombro, pero fue mi sonrisa la que le hizo soltar la risa y exclamar orgulloso:
–Seguro pensaste que era yo pendejo.
Y lentamente, echó a caminar la maquina con los carros vacíos.
Vuelvo a la pregunta de mi hijo, y al tiempo de mi respuesta atreviéndome a asegurar, que fue de apenas un par de minutos.
-¿Y para qué sirve el lastre? Mi pregunta.
Y el maquinista subió a la cabina echando a andar el tren lastrero. Volvió después de cinco horas, y ufano me despepitó la respuesta. ¿Preguntó por ella?, ¿revisó los manuales de operación?, ¿acudió con el jefe de estación? ¿Se atrevería con alguno de los viejos profesores de escuela, que atesoraban viejos diccionarios y enmohecidas enciclopedias?
Llegó la tarde y como siempre, la ronda en el parque. Las bromas y las burlas de los buenos amigos. La charla y las novedades del juego de futbol.
Me atreví, no solamente por la confianza sino porque guardármelo significaría quemarme el alma.
– ¿Alguno de ustedes sabe que es el lastre? Dije.
–Otra de tus pendejadas- fue la respuesta en coro.
Sonreí, y para cerrar el asunto, solté a mis amigos la siguiente pregunta.
–A ver, bola de cabrones, ¿en qué consisten las sinapsis moduladoras de dendritas y axones de las estructuras neuroanatómicas?
OSCAR ANTONIO MARTÍNEZ MOLINA (Yajalón, Chiapas, 1958).
Es médico Cirujano Ortopedista por la UNAM. Profesor de posgrado del curso de Ortopedia y traumatología de la facultad de Medicina, UNAM. Autor de artículos de la especialidad en revistas indexadas. Coautor del libro: Patologías del hombro (Ed. Alfil). Actualmente en proceso de publicación el libro: Inestabilidades del Hombro, en el que colabora con dos capítulos. Ha participado en los talleres de escritura: Laboratorio de Escritura Autobiográfica (poeta Víctor Sosa) de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. En el de cuento (Leo Mendoza) de la Escuela de escritores Sogem. Y Literatura y Violencia en el Cuento Contemporáneo (Maestra Alejandra López Guevara), de la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Primer lugar en la categoría de cuento del Concurso de Creatividad Literaria Pemex 2007, con el cuento “La aguja de arria”. “Le juro que fue la luna” forma parte de la antología Más cuentos irónicos (Ed. Selector). Publica en La página de los cuentos desde 2003. Y participa en los Blogs: Médicos Mexicanos por la Cultura y el Arte. Y Creatividad Internacional (red de literatura y cine). Sus cuentos, El viejo profesor de narrativa, y Posesos de lujuria, fueron publicados en los números 169 y 170 de los meses de marzo y abril del 2015, en la Revista el Búho, dirigida por el Profesor René Avilés Fabila. Actualmente en Amazon su libro Aromas de café. -un total de cincuenta relatos entre breves y no tan breves-, en torno a una taza de café.
La tía Inés
(de la serie: De los tiernos y terribles infantes)
Por Oscar Martínez Molina
I
-¡Así mi niño, así! Solía decirme la tía Inés mientras enjabonaba y enjuagaba mi pelo, mi vientre, mi espalda, dejando después que, corriera abundante, el agua fresca que salía en potente chorro desde una manguera. La tía Inés era prima en segundo grado de mamá. Había quedado sola al morir su mamá hacía algunos años y se había refugiado en casa, acogida por mis padres, para hacer un poco de administradora. Ella tenía que ver con las compras de comida, enseres de limpieza, y trato con los sirvientes. ¡Hijo único! Hasta los doce años de edad la tía Inés era también mi compañera de juegos.
¡Ah! Soltera y eternamente solitaria.
-me voltearé ahora y mantendré los ojos cerrados. Decía Inés mientras giraba dándome la espalda.
-quítate los calzoncillos y asea muy bien tu “cosito”
Y yo con total desparpajo echaba fuera los calzoncillos y terminaba la labor de enjabonar mi “cosito”
Lo que seguía era que la tía disparaba el agua fresca desde la manguera a mi cabeza, mi pecho, mis piernas. Y por supuesto mis nalgas y mi “cosito”.
Ella reía a carcajadas mientras yo saltaba y hacía toda suerte de payasadas, cerraba después la llave de la manguera y me cubría con una enorme toalla, secándome.
Aquello de -me volteare y cerraré los ojos-, era siempre una chanza. La tía Inés en todo esto, había permanecido atenta.
La pileta de los baños y el pequeño traspatio, daban justo a la entrada a mi recamara.
En las tardes calurosas del pueblo, las amigas de mamá aprovechaban la enorme estancia de casa, rodeada de tupidas y frescas buganvilias, para tomarse las horchatas frías y los sorbetes de fruta hechos en casa. Jugaban a las cartas o releían las revistas de modas, tejidos y recetas de cocina. Platicaban y chismeaban en torno a los sucesos del pueblo. A sus veinticuatro años la tía Inés era en ocasiones motivo de esas charlas.
¡Que se te irá el tren Inés, cásate con el que sea!
¡Que no se te vaya el tren, esperando al príncipe!
¡Que matriz que no da hijo, da tumores!
Reían porque todas eran jóvenes y madres, y porque todas, ni bien haber cumplido los dieciocho ya se habían casado y tenían hijos.
La tía Inés reía también con ellas. Un poco por complacerlas en sus dichos, un poco para convivir con ellas, y un poco también porque no le quedaba de otra.
-¡Inesita! Que se te arrugue un poco el cutis de la cara con los sobresaltos y las penas que dan los hombres. Decía mamá.
-A veces es mejor no tener esa piel tan tersa, tan brillante, tan de porcelana. Y mientras lo decía, mamá pasaba cariñosa el dorso de los dedos, recorriendo su cara.
Era cuando, asomándome entre las celosías de la antesala, descubría el sonrosado rostro de mi tía que, apenada, entrecerraba los ojos haciéndola ver más hermosa. Muchísimo más bella que todas las allí reunidas, incluida mi madre.
Inés vivió conmigo la eterna alegría de mi infancia. Concluí la escuela primaria y Mérida sería entonces mi destino.
Un velo de oscuridad y letargo invadió el mediodía de mi vida. El tiempo me fue llevando fuera de casa durante la secundaria y la preparatoria. Eventualmente mis visitas al pueblo y a la finca en vacaciones, o las visitas efímeras de mamá e Inés para verme en Mérida. El velo de oscuridad tornase un día en profundo silencio y amarga agonía. Mamá falleció justo cuando iniciaba la carrera y mi vuelta a casa, solamente fue para despedirme de ella. Su ausencia se reflejaba en la estancia y en el jardín de buganvilias, en los espejos sin alma, en los aromas y el calor de la cocina, en las soleadas tardes y en la lluvia de la montaña.
Papá se mantuvo con una firmeza a toda prueba. La hacienda siguió su paso cuesta arriba y volcó en esa finca toda la voluntad para que, la falta de mamá, fuese un aliciente y no una hoguera para las penas. Deslices discretos los hubo y los habrá como para ir desahogando nudos y alborotando las melancolías.
Volver a la finca y hacerse cargo de las riendas. A los veintitrés años, profesionista y dueño y señor de las tierras, uno se come el mundo de un bocado.
La tía Inés y su sempiterna figura melancólica y delgada. Frágil y madura. La piel tersa y brillante de finísima porcelana. ¡Angustiosamente núbil rondando los cuarenta!
¡Inesita! Que se te arrugue un poco el cutis de la cara con los sobresaltos y las penas que dan los hombres. Decía mi madre
Inés me descubrió una tarde de lluvia fresca con brisa de la montaña en que, mi padre, se hallaba fuera de casa por el descanso de la Semana Mayor. Una tarde de soledad de Sábado de Gloria en la que, la servidumbre, se refugió en la santa procesión de la Iglesia y en la que, empapado como venía de la larga faena y para no inundar de goteras la estancia y la sala, decidí despojarme de la ropa en la vieja pileta y allí mismo tomar el baño echándome agua fresca con la antiquísima manguera.
–Asea muy bien tu “cosito”
Perfectamente clara la voz de Inés a mis espaldas, de pie desde dentro de mi recamara, extendiendo para secarme, una toalla.
Qué silencio después de haber pecado.
Qué agonía del alma.
Qué dolor en el pecho.
Qué misterioso destino.
Qué sonrisa más bella.
Qué cuerpo más ansiado.
Qué placidez en el sueño.
Qué despertar más amado.
La mañana del domingo de Resurrección el silencio en la hacienda era tan denso que podía palparse. La menuda y bella figura a mi lado, desnuda por primera vez ante mis ojos. Abrazada a mi cuerpo.
¡Callada!
-¡Mi “cosito”! Dije en tono de broma, señalando con mí vista la entrepierna y apenas unas milésimas de segundo después, descubrí la sonrisa de la mujer y no de Inés, de la amante y no de la mujer madura, de la carne y no de la tía.
¡De la hembra!
II
Papá finalmente se refugió en los brazos de su mejor conquista. Vive en el pueblo y se dedica en cuerpo y alma a sus nietos, mis tres hijos. Ellos van a la misma escuela a la que fui de pequeño. Mi mujer, ajena a todo este mundo de pueblos, fincas, haciendas y montañas, ha aprendido el difícil asunto de preparar reuniones para sus amigas y beber horchatas y saborear sorbetes de fruta.
Inés sigue administrando las labores de casa. Se la ve resuelta y muy dueña de sí misma. Y yo, me he encargado de hacer que la tersura de su cutis tan de porcelana, se vaya arrugando un poco, sorprendiéndola con algunas visitas a deshoras de la madrugada.
© 2017 By Oscar Mtz. Molina
Después de obnubilar mis sentidos con licor de xtabentun, en Mérida Yuc.
Kiroschka en pantalla
Por Jesús Chávez Marín
Cuando Gilberto era un cincuentón recién divorciado se encontró de repente con el vértigo de la libertad que fue su perdición. Como tenía buen salario de profesor de física en una universidad y además su esposa se había ido con los cuatro hijos a Estados Unidos sin reclamarle ninguna pensión con tal de quedarse con la patria potestad para ella sola, empezó a gastar en viajes acompañado siempre de una novia distinta cada vez, que siempre según él era el amor de su vida y luego tronaban porque el carácter de Beto era imposible de tolerar, y además le había surgido un complejo de Adonis insoportable, imaginaba que todas querían con él. En ese plan duró cinco años hasta que se hizo de una fama terrible, era el clásico galán tendido y necio.
Pensaba que nadie lo merecía. En esta ciudad viven puras imbéciles, les contaba a sus amigos, desglosándoles con lujo de detalles aburridísimos las imperfecciones y taras de la que antes había presentado como la mujer perfecta. Fue entonces cuando Gilberto empezó a explorar otras dimensiones de la relación amorosa: la comunicación por internet con extranjeras fabulosas, o más bien con mujeres que presentaban fotos retocadas en sus comunicaciones gráficas y relatos fantasiosos de la respectiva.
Gilberto hablaba inglés a la perfección y en rutilantes conversaciones globales consiguió una novia rusa que también hablaba inglés y que según esto era la perfección andando: tenía diez años menos que Gilberto, trabajaba en un departamento de finanzas públicas y ganaba muy bien; divorciada con dos hijos, mostraba en las fotos y en los videos su casa preciosa y como un espejo de limpia, cantaba en un coro monumental que hacía viajes por todas las repúblicas de la antigua Unión Soviética y le mandaba a Gilberto grabaciones de sus conciertos. Por supuesto que la música se escuchaba muy fina, pero vaya usted a saber si la grabación fuera o no del coro o le estuviera ella formando una realidad paralela, donde también correspondiera sus fotos de rubia guapa, sus desnudos en el chat y toda la fantasía de la que Gilberto andaba perdidamente enamorado.
Sus amigos le decían que eso era como estar enamorado de una actriz de la pantalla, que ese tipo de sentimientos no pertenecían a la realidad sino una especie de amor platónico forjado a punta de tecnología, pero Gilberto parecía convencido de que eso era el amor y de que por fin había encontrado el verdadero sentido de la existencia.
Cuando se acercaban las vacaciones de verano le propuso a Kiroschka, que así se llamaba la dama rusa, si estaba de acuerdo en que él fuera a conocerla a Moscú, pero ella se apresuró a decirle que para esas fechas andaría de gira con el famoso coro. Para no desmoralizarlo del todo le dijo que ella vendría a México para Navidad, y con eso él quedó muy contento. Muy pronto ella fue trabajando la idea de que sería él quien tendría que pagar el boleto de avión y los gastos del viaje, ya que sus dos hijos iban a entrar a la universidad y había hechos muchos gastos recientes. Él le dijo que por eso no habría ningún problema.
Gilberto vivió esos meses lleno de regocijo, todos los días a las nueve de la noche se hablaban por Skype, cada vez parecían más amorosos y de vez en cuando vencían juntos el temor al ridículo de mirarse desnudos a través de las pantallas, como si fueran adolescentes ansiosos. Entusiasmadísimo recorrió joyerías hasta que halló el valioso anillo de diamante que sellaría el compromiso de su amor.
El primer día de las vacaciones navideñas viajó a la ciudad de México a donde llegaría la rusa; se vieron por primera vez en el aeropuerto. Un tierno abrazo en silencio confirmó para Gilberto que sus sueños también se conectaban con la realidad; sus amigos que tanto le advirtieron de la gran cantidad de fraudes y engaños que acechan desde el ciberespacio a los ingenuos, en este caso habían estado muy equivocados, Kiroschka era hermosa, fina y elegante.
La noche de Navidad la feliz pareja era el centro de todas las bienaventuranzas para la familia de Gilberto, por fin iba a rehacer su vida y ya no andaría tan malhumorado como se la había pasado los últimos cinco años, maldiciendo rencoroso a su ex y extrañando con tanto dolor a los hijos que había perdido luego de su atormentado divorcio. Ahora lucía radiante. A las meras doce llamó a todos y les pidió su atención; con solemnidad un poco ridícula sacó el anillo de su saco, y emocionado le pidió en inglés a Kiroschka que se casara con él. La mujer, toda sonrisas, le dijo por supuesto que sí mi amor, me haces muy feliz, entonces él le puso el anillo en el anular de su mano izquierda.
Ese fue el clímax de la felicidad para Gilberto, y nunca volvió a sentir ningún otro. La mujer se pasó en su casa los quince días de vacaciones, a diario Gilberto le compraba regalos que ella con discreción y astucia iba sugiriendo en cada tienda y en cada lugar a donde viajaban, dentro del territorio de Chihuahua, y luego regresó muy garbosa a su lejana tierra. Al llegar, lo primero que hizo fue bloquear todos los contactos por donde antes se había comunicado con su amado mexicano. Varios días tardó Gilberto en creer que esto hubiera sucedido, primero le echo la culpa a las fallas de la tecnología, luego a la posible falta de recursos económicos que a lo mejor a Kiroschka la obligaban a permanecer incomunicada, sería cosa de unos días, pensaba, pues la esperanza es la última que muere. No lo podía creer pero cuando por fin le cayó el veinte casi estalló en furia y ya después llegaron los correspondientes tres o cuatro meses de la absoluta desilusión. ♣
Artículos de Opinión
Cinco horas con Mario
Por Marisa Argüeso
A mediados de los años sesenta Miguel Delibes escribió una radiografía feroz sobre la burguesía española la vistió de velatorio y la tituló “Cinco horas con Mario”.
“Te vas y me dejas sola tirando del carro, y no es que me queje entiéndelo bien que peor están otras, y me da rabia la verdad que te vayas sin reparar en mis desvelos, sin una palabra de agradecimiento”.
Ponerme en la piel de “Menchu”, una de las mayores satisfacciones recibidas a cambio de un gustoso empeño*.Soy una persona muy sensible y hay momentos que siento gran emoción. Esta legendaria obra que fue estrenada por primera vez hace 37 años, ha sido catalogada de diferentes maneras: soliloquio, monólogo, para mí es un recital repleto de emociones y riqueza. Un auténtico honor poder dar vida a Carmen Sotillo, la mujer inmortalizada por Miguel Delibes. Lo que pudiera haber sido un intenso drama, Miguel Delibes lo convirtió en el retrato de una época, una obra realista con diálogos repletos de ironía, sarcasmo y parodia, donde también aflora el humor castellano de retranca, que tenía Miguel y muy presente en el texto, ya que tiene momentos divertidos con las barbaridades que dice Carmen.
“Lo mismo que lo de Menchu con los estudios, a la niña no le tiran los libros y yo le alabo el gusto, porque en definitiva ¿para qué va a estudiar una mujer, Mario, si puede saberse?” “Para mí una chica que estudia es una chica sin sexi, que a la hora de la verdad lo que los hombres buscáis es una mujer de su casa”.
Carmen es una persona frustrada, llena de prejuicios y escasa cultura. Una víctima de la sociedad, un producto de una época y la educación recibida en el núcleo de una familia burguesa ya hace años venida a menos. Viuda de un comprometido intelectual y, que en la noche del velatorio decide darle el repasito que no le dio en vida.
“Por mil años que viva cariño, me será muy difícil perdonarte que me quites el capricho de un 600, nunca lo entenderás pero a una mujer la humilla que todas sus amigas vayan en coche y ella a patita”.
La historia que cuenta la obra es de dos víctimas, porque no hay un sólo muerto en esta obra, hay dos sin duda. Mario es un soso y Carmen, aun teniendo muchos defectos, está viva a pesar de irse muriendo poco a poco. Él está muy preocupado por la igualdad, el cristianismo democrático, el Concilio y Juan XXIII, tan metido en su mundo que desatiende a Carmen y ella se siente frustrada. Así la negativa a tener muchos hijos a pesar de la insistencia del Gobierno y de la Sección Femenina en cuanto a que la mujer española de la posguerra a tener muchos para servir a la patria.
“Los hombres por regla general cuando os echan las bendiciones a descasar, os largáis de parranda cuando os apetece y sanseacabó”.
Casi a la mitad de la obra surge Paco, con mejor escalafón social y además tiene lo que nunca tuvo Mario, un coche. Su intento fallido de adulterio producto de su insatisfacción marital pone en entredicho los modelos de conducta oficiales de la mujer de la época.
Para concluir, decir que en “cinco horas con Mario” existe una subversión de los roles sociales y de género.
En opinión de la crítica, esta obra te lleva de lleno a la España de los años 60. A través del desnudo psicológico de la protagonista nos vamos adentrando poco a poco a la evolución de la sociedad española durante la dictadura, las “dos Españas", la retrograda y la liberal; la doble moral.
Mención especial a Miguel Delibes
Este año, 2017, se cumplen 67 años de la concesión del Premio Nadal, el más prestigioso de la posguerra española a Miguel Delibes por su novela “La sombra del ciprés es alargada”. Medio siglo después del Nadal Delibes publicaba “El hereje” considerada por el escritor la más ambiciosa de sus novelas y de la que se sentía muy satisfecho. Cincuenta años dedicado a la literatura le coloca entre los más grandes del siglo XX. Escritor, periodista y amante de la caza. Hombre preocupado por los acontecimientos de su época, su vida se desarrolla en Valladolid ciudad donde nació el 17 de octubre de 1920.
Cuatro años separan la obra “Cinco horas con Mario” de la de “Las ratas”, dos obras que la crítica ha sabido descubrir más de un punto en común, como las situaciones injustas bajo argumentos de ficción. La novela de “Cinco horas con Mario” es una denuncia de lo que el autor creía estaba necesitando una revisión; el acierto radica en la elección del narrador; tuvo que cambiar la técnica cuando llevaba más de cien páginas escritas, el relato no funcionaba con Mario vivo pues sus opiniones nunca hubieran sido admitidas por la censura, la solución decía, era matar a Mario y verlo a través de su mujer cuyos juicios eran oficialmente plausibles, con la estrategia narrativa el novelista introducía sin haberlo buscado una nueva voz original, con ese problema técnico resuelto “Cinco horas con Mario” la obra resulta ser todo un hito. A los trece años de la publicación de la novela se estrenó con gran éxito en el teatro Marquina de Madrid.
Marisa Argüeso Cossio
Canduela, Palencia, 1950. A los 14 meses emigra a Bilbao donde reside actualmente, aunque también se considera castellana y desde hace 20 años, almeriense de adopción.
• Empresa propia desde 1984
• Licenciada en Ciencias Humanas U. P. V. Universidad Pública Vasca. 2010-2015
• Cursos de formación teatral y escénica “Método Stanislavki”, impartido por Roberto Negro. 2010-2013
• En la actualidad formación escénica a cargo de Beatriz Arbenoiz, quien llevó a cabo la dirección de “Cinco horas con Mario” desde 2014 a la actualidad.
• Forma parte del elenco teatral: “Alborada Berri” de Galdakao-Bilbao. 2016-2017
Obras de teatro interpretadas:
• Las políticas
• Cinco horas con Mario
• El fontanero ha vuelto
• La prudencia
• Ha participado en varios cortos, sketch e improvisaciones, además de una gran número de recitales de poesía.
Los dos puntos que restas a los suspensivos
Las cicatrices te hacen más feo, pero también más auténtico.
Por Andrés Rubia
Quien me lee, bien a través de mis publicaciones, novelas, poesía e incluso Facebook, sabe que, por una elemental cuestión de estilo o quizá, por una mera razón inconsciente de ritmo literario, soy adepto a utilizar los tres maravillosos puntos suspensivos. Doy fe: Este signo de puntuación lo adoro. Se acerca a la continuidad, a lo imperecedero, a la eternidad y por ende, -y que conste- soy por naturaleza, algo frívolo y optimista. De hecho, algún día me cambiaré de planeta para perder de vista tanta injusticia con el ser humano.
No me voy a extender y además trataré de no cabrearme a teclazos.
El caso es que no sé si Garcilaso, Bécquer, Neruda u otros imbéciles poetas como yo, tenían o no razón. Me la trae al pairo…
Te garantizo que no es nada interesante llegar a tu leonera dulce hogar con la mala leche que gasta la testosterona frustrada, con el corazón desanimado, infartado de lucha o, simplemente, con la mente obcecada en escribir acerca de la mierda de ser varón, desde luego jodido con su propio dedo anular en el culo para reírse de sí mismo, solo, malogrado y resurgido, pero también con miedo a las damas que te puedan querer, al género humano, a los extraterrestres con modales normales y a la sociedad que no cesa de implantar juicios de valor, leyes podridas e impuestos al paraíso del amor.
Putada. Es una putada llegar a casa con el nivel de entusiasmo en la reserva; cambiando toallas, sábanas, trapos de cocina, limpiando váteres, decidido a estirar el músculo del olvido sin logro alguno, con la fuerza de voluntad hecha añicos, dopando sus ganas, y a la vez, sumido en una crisis emocional con la ambición puesta en ser una persona corriente, echando a la lavadora todo lo que puedas haber tocado: la esterilla de ducha por ejemplo. (Ojo, un día y conmigo, a esa también la quemo para que tu recuerdo no vuelva a pisotearme). A buen seguro lo haré con una barba de siete días, mandando al carajo la obligación de aseo personal y con el escarchado de tus pies en la memoria, unos pies a los que tantas veces le di calor con los míos. ¿Te imaginas que consiguiese que el hielo ardiese?
Los caminos del Señor son inescrutables…
(Puntos suspensivos)
¿Culpable yo? ¡Protesto! No sé si esto último me lo merezco. Lo ignoro, soy un puñetero indocto, algo instintivo en supervivencia, pero te garantizo que voy a morirme como tú. Luego no te quejes si escritos como éste duran más que el trato que me diste, yo perdono, hasta el punto de garrapatear este repelente blog para purgarme.
Por favor, intenta tratarme como a una persona. Después de tu desprecio me siento como un perro que acerca su lomo, su conciliación, su lealtad y solidaridad a esa su dueña afligida quien le suelta una patada gritándole: –eres un mierda al que sólo utilizo para saciar mi instinto de venganza contra la providencia, contra los amores frustrados de antaño y estas malditas circunstancias que no me dejan ser feliz. Y luego añadirás: –Perdona, pero sólo me protejo.
Y yo elucidaré que soy tu esparrin. Está clarísimo. Cojonudo, amore, aceptaré tus disculpas, pero lo siento, no te lo compro.
Toda basura acaba en un jergón, pero voy a intentar que aquellos quienes me desean lo peor, se coman un mojón. (Pedazo ripio me acaba de salir).
Yo he visto flores nacidas de entre los escombros. Mi faceta de poeta me facilita plantar rosas en esas aceras que tú pisoteas cuando vas a comprarte unas nuevas ganas de odiarme.
¿Yo?, ¿Y tú me reprochas que mis inquietudes se muevan en un mercado inflacionario de corazones rotos? Venga ya. Yo soy una mota de polvo en el universo del arte, a mucha honra, soy la zamarra de pánico que abriga la incertidumbre del ser o no ser. He ahí el dilema. Ni soy tan cobarde ni me hago el valiente, sólo me resguardo guardando silencio cuando te pones borde. Huelo el abismo a medio metro de tu voz colérica y, aunque puedo volar, prefiero pasar por el puente de tus besos cuando duermes a mi lado.
Creo que no me tratas bien, es más, estoy seguro de que podrías hacerlo algo mejor. Venga, ánimo, que tú puedes lograrlo.
Supongo que no soy ese tipo arrogante, seductor, calculador, estereotipado sadomasoquista motivador “like” fabuloso Grey que sabe cómo conquistar el corazón y el clítoris de una señora o señorita por mera atracción y egoísmo sexual.
Cada vez lo asumo más: A veces pienso que algunas son gilipollas. Les gustan las mentiras y los hijos de puta. El amor es tan ciego que únicamente puede sentirse a través de una ceguera. Y para colmo, mis dioptrías en aumento, ya ves.
El problema está en que también cohabito en ese mundo animal donde las mascotas son adoptadas, hasta incluso consideradas criaturas con derecho a ser amadas por alguien sin que les griten lo perro que es, mientras les censuran las lágrimas que nunca mostrarán en el rincón donde acabarán sentándose a esperar una esperanza. Perra vida. Fumando espero…
Este escrito no está basado en hechos reales, o puede que sí, el caso es que creo en la felicidad del ser sensible. Toda criatura sea humana o no, debiera tener derecho. Todavía soy real y no un zombi… aún…
(Otra vez los puntos suspensivos. Me encantan)
Un día de estos, al igual y, aunque deba embargarme en préstamos con el especulativo banco del falso cariño, en amores de saldo, o en versos de autoestima; puede que también en falsas canciones de amor o artes conceptuales ininteligibles, me obligaré a reponer los dos puntos de los tres suspensivos que tú has dejado en un despropositado y definitivo punto final.
Me niego mientras reniego. Yo soy un galán suicida quien arriesga para ganarle al desierto algún espejismo contigo, como esas parejas felices cuando se hacen selfies con flash. Demasiados soñadores en el planeta para tanto insomnio en el mundo por culpa de camas acusadoras. Dabuten. Duermo fatal, buf, y encima son las cinco y media de la mañana.
No pasa nada si gano, porque si pierdo, pues a joderse toca. Las cicatrices te hacen más feo, pero también más auténtico.
Deja que sea un perro maullando por los tejados tristes donde se rompen las gotas de frío de tu piel ausente, esquivando las ganas de volver a lesionar mi destino. Lo asumo. Debe ser mi sino. Creo que es justo. No seas cruel pese a que, tanto tú como yo, sepamos que existen los milagros así como las también derrotas.
Viva la vida es un temazo de Coldplay. En eso estamos de acuerdo tanto tú como yo, y por supuesto, también este animal, imbécil total que aprendió a escribir para sobrevivir a la mala suerte y, por si fuera poco, para más inri, tampoco le tocará la lotería de Navidad este año.
Así es este casino de ruletas, mesas de black jack y máquinas tragaperras para un perro sin gata como yo. Así es esta vida.
¡Brindemos! Le digo al niño Jesús. Y luego le pediré un poco de incienso para no oler a destierro.
¡Salud, amore!
Andrés Rubia Pedreña. Almería. España
Polifacético: artista literario, cantautor, poeta, escritor, performancista, escultor.
Desde los 11 años de edad escribía en secreto sin ninguna pretensión.
Su pasión e inquietud por la creación artística le llevó desde su autodidactismo allá por el año 87, a promover y realizar su primera y única exposición de escultura en hierro: Metalística Conceptual, envolviendo al espectador con intermitencias sonoras de maquinaria y diversas acústicas metálicas.
Bibliografía
Relatos para leer en vida, Editorial Alhulia 2001.
La Última Lágrima de un Hombre, editorial Alhulia, 2006.
El Amor del Diablo, Ediciones Áltera, 2016. Se trata de una novela de ficción histórica, intensa, fluida y divertida muy bien recibida por la crítica.
Ha participado en diversas antologías poéticas
Turbaciones Siderales
La poesía de Giovanni Ibello
Por Alejandra Craules Bretón*
Mi encuentro con la poesía italiana actual no data de tanto, son tan solo cuatro años que realmente me he ocupado de conocer a los poetas de mi nueva patria que escriben en este momento. Si bien no fue fácil al inicio, tuve primero que acercarme al lenguaje poético, a la métrica y al ritmo del italiano moderno para verdaderamente apreciar la poesía itálica. Así que he logrado en estos años tener un panorama general y en casos particular de las voces que generan expectación entre los lectores y entre los mismos poetas.
Desde entonces he traducido una decena de poetas, de los cuales sólo en dos casos he quedado verdaderamente cautiva de los versos. Uno es mi querido amigo Gian Maria Annovi quien sin duda admiro de una forma particular por la madurez de su obra y por su indudable genialidad. El segundo es un joven poeta napolitano que leí por primera vez hace un año: Giovanni Ibello.
En cuanto leí un par de poemas de Ibello, quede fascinada de la calidad de su imágenes, pero no fue hasta que leí en totalidad su obra que verdaderamente pude apreciar su talento. Y no me equivoqué con mi juicio tempestivo, Giovanni Ibello ha sido nombrado por Milo De Angelis en una breve lista de jóvenes poetas de los cuales apunta De Angelis: “emergerán los nombres más duraderos de la poesía actual”.
En el epílogo a la opera prima de Giovanni “Turbaciones siderales” recientemente publicada por la editorial Terra d´ulivi, Francesco Tomada escribe sobre algo que inmediatamente se percibe al leer a Ibello: “…un lenguaje que vive en la tensión de los opuestos suspendido entre los ángulos agudos de la aspereza, y los momentos en los que la dulzura se hace extrema y totalizante”. Al inicio esa transposición es un shock pero pronto llega arrebatada a los sentidos con ese sabor agridulce, que encanta por su carácter dual perdurando en el paladar por largo tiempo para entenderlo y así saborearlo, es un lenguaje que otorga imágenes que aun siendo contrapuestas no se contradicen, se complementan en una armonía de belleza escandalizante:
“Prefiero celebrar
esta lenta eutanasia
con el cuerpo aperlado de sudor
y los ojos exorbitados
sobre un prado de estrellas radioactivas
y cerdos degollados
tendidos sobre un costado. “
La poesía de Giovanni es una introspección ante el amor perdido y el entorno latente, con versos entonados con imágenes pulidas y clarividentes, el oficio del poeta no es tomado a la ligera, se tiene particular cuidado en la escritura del poema singular que en la totalidad de su obra denota una extraordinaria capacidad de llevar a la palabra al punto justo donde encarna la emoción, la devoción, los sentimientos y el pensamiento de una mente singular, que lucha contra demonios con los rayos de una estrella que a veces pareciera en extinción pero que sin embargo revela una pasión que no se aísla de la vida que se crea con cada palabra que van del paisaje celeste al asfalto, de la herejía a la divinización, de los cuerpos que tiemblan, de la belleza, del dolor plasmado, pero sobre todo de la poesía como medio que con el verbo salva al poeta en su sentirse inadecuado, del mundo que lo rodea regresando a la materia prima, al semen que es palabra que construye y subsiste aun con la ausencia.
Las “Turbativas siderales” de Giovanni Ibello tienen el valor quien se aprehende a la vida misma a veces desleal y cruenta en un mundo adverso pero que al mismo tiempo se presenta lleno de instantes privilegiados que restan unidos en la memoria de ésta contradicción de vivir poeta.
I
Quando con la mano
cercherò le gore scavate dal tuo pianto
la fiamma sarà il silenzio di una cattedrale.
II
Siamo il non voluto.
Siamo l’involuto.
Il dolore che si addomestica,
il sogno eretico di un’ordalia.
III
“Le nostre voci sono l’aria che manca
ma so che non avrai paura”.
I
Cuando con la mano
buscaré las zanjas escavadas con tu llanto
la flama será el silencio de una catedral.
II
Somos el no voluntario.
Somos el inasequible.
El dolor que se doma,
el sueño herético de una ordalía.
III
“ Nuestras voces son el aire que falta
pero se que no tendrás miedo”
Studi sulla fine
Un bagliore rosso si flette nel cielo
la carcassa di una poiana
è riversa sulla neve.
Così penso che è facile morire
c’è solo da capire bene
che significa “lasciarsi andare”
seguire la parabola del volo.
Tenersi per mano, piangere,
cercare di non farsi vedere.
Tirare su col naso, reidratare
la bocca, articolare due parole.
Sapere che le pause
valgono di più quando si muore.
Ma il fatto di esistere davvero
solo nel momento della resa
mi fa guardare in faccia dio
gli uccelli, i pesci
gli eterni assenti,
la pietà degli uomini impotenti.
Estudios sobre el final
Un resplandor rojo se refleja en el cielo
los restos de un buitre
se revierten sobre la nieve.
Así que pienso que es fácil morir
solo hay que entender bien
que significa “dejarse llevar”
seguir la parábola del vuelo.
Tenerse por mano, llorar,
buscar no dejarse ver.
Tirar con la nariz, rehidratar
la boca, articular dos palabras.
Saber que las pausas
valen más cuando se muere.
Pero el hecho de existir de verdad
sólo en el momento de la rendición
me hace mirar en el rostro a dios
los pájaros, los peces
los eternos ausentes,
la piedad de los hombres impotentes.
Una cosa triste sull’amore
I
Le radici della tua nudità
sono silvestri.
Sono vibrazioni della terra
nella vulva
e penetrano i solchi del costato
con ferocia.
La follia d’amore
è un dio minore.
Porti nelle fosche viscere
l’impronta di un male endemico.
Non puoi essere madre.
I
Las raíces de tu desnudez
son silvestres.
Son vibraciones de la tierra
en la vulva
y penetran los surcos del costado
con ferocidad.
La locura de amor
es un dios menor.
Llevas en las sombrías entrañas
la huella de un mal endémico.
No puedes ser madre.
II
In quel non tempo
che adesso è divario incolmabile.
Sono certo, figlio mio
che non esiste una luce che non trova varchi.
Questo vale per i morti, per i vivi
per chi
come te
si trova
nella caligine degli angeli.
Sii paziente,
trova una feritoia
nella placenta degli astri.
Salta sulle reni,
inarcati nell’esosfera
per ritrovarti
girino o rabdomante
nei pelaghi dell’alba.
II
En aquel no tiempo
que ahora es brecha insuperable.
Estoy seguro hijo mío
que no existe una luz que no encuentra rendijas.
Esto vale tanto para los muertos
como para los vivos
para quien
como tú
se encuentra
en la neblina de los ángeles.
Se paciente
busca un resquicio
en la placenta de los astros.
Salta sobre dovelas
enarcadas en la exosfera
para reencontrarte
renacuajo o rabdomante
en los archipiélagos del alba.
III
Non esiste
il peso dell’assenza.
Quello che manca,
quell’esserci amati
una ed una volta sola
è tutto ciò che ci appartiene veramente.
III
No existe
el peso de la ausencia.
Lo que hace falta,
es aquel ser amados
una y otra vez sola
es todo lo que nos pertenece verdaderamente.
IV
C’è una mina che esplode,
il soldato supernova
brilla
sotto un arco di polvere incendiaria.
Le ceneri,
se le vedi
sono mancanza di vento.
Non c’è rituale per la terra
che sentiva
l’inoculo dei semi
nel suo grembo;
Ma erano solo radici:
radici di ombre
nelle faglie lacerate.
IV
Hay una mina que explota
el soldado supernova brilla
bajo un arco de pólvora incendiaria.
Las cenizas,
si las ves
son la falta de viento.
No hay ritual para la tierra
que sentía
el inóculo de las semillas
sobre su regazo;
Pero eran solo raíces:
raíces de sombras
en las fallas laceradas.
V
È immorale
la bellezza che ci rende soli
e il silenzio più lungo
è sempre quello
che viene infranto
nel momento sbagliato.
“Lasciami andare”
mi hai detto.
“Lasciami andare.
Come si lasciano andare i morti”.
V
Es inmoral
la belleza que nos torna solos
y el silencio más largo
es siempre aquel
que viene roto
en el momento inadecuado.
“Déjame andar”
me dijiste.
“Déjame andar.
Como se deja andar los muertos”.
A separarci fu l’incoscienza
la resistenza delle unghie nere
la tensione di una smorfia, le vene
dilatate nella mano, a reggere
il peso del corpo che cede
(a reggere il peso di dio).
Ci ha separato l’incoscienza
perché il distacco non ha memoria:
il pensiero è troppo vile per restare
mentre il corpo, ancora vivo,
si abbandona
A separarnos fue la inconciencia
la resistencia de las uñas negras
la tensión de una mueca, las venas
dilatadas de la mano, al sostener
el peso del cuerpo que cede
(al sostener el peso de dios).
Nos ha separado la inconciencia
porque el desapego no tiene memoria:
el pensamiento es demasiado vil para restar
mientras el cuerpo, aún vivo,
se abandona.
a Greta
I
Balance
La fuliggine copre il sole
e l’orizzonte rivela
le sue cicatrici di amianto.
Balance
El hollín cubre el sol
el horizonte revela
sus cicatrices de amianto.
II
Dismay
Sei come me,
comprendi l’ansia dei corpi
che non trovano messe di quiete.
“Avrei perdonato mia madre
se non fossi nato per amore”.
Dismay
Eres como yo,
comprendes el ansia de los cuerpos
que no encuentran mies de quietud.
“Hubiera perdonado a mi madre
si no hubiera nacido por amor”.
Tu credi che con la mia bellezza farei tremare la California
ma non sai che gli uomini soli piangono di notte
e come i maiali,
scontano con la vita l’intensità di un orgasmo.
Adesso,
mentre tutto questo accade
non ci sei più.
Sei andata via dopo avermi detto
che l’unico silenzio che comprendo
è l’attesa di un calcio di rigore.
Tu crees que con mi belleza haría temblar California
pero no sabes que los hombres solo lloran de noche
y como los cerdos,
menguan con la vida la intensidad de un orgasmo.
Ahora,
mientras todo eso pasa
ya no estás.
Te fuiste después de decirme
que el único silencio que comprendo
es el de la expectativa ante un tiro de penalti.
La poesia che non riesco a dire
è un fiotto di sangue
che si dirama
quando luce e quiete si fanno materia
e la parola si riduce
a un’impronta del percorso
non porta nome, né volto, né voce
solo una parete divisoria
e due occhi sgranati che si scrutano
dal mezzo di una feritoia.
La poesía que no logro decir
es un borbotón de sangre
que se esparce
cuando la luz y quietud se hacen materia
y la palabra se reduce
a una huella del recorrido
no lleva ni nombre, ni rostro, ni voz,
solo una pared divisoria
y dos ojos desorbitados que se escrutan
desde la mitad de un resquicio.
Giovanni Ibello nació en Nápoles el 8/2/1989. Se graduó en Jurisprudencia en la Universidad Federico II. Trabaja en un estudio legal que se ocupa de derecho civil. Desde enero del 2012 está inscrito al registro de periodistas acreditados de Campania (categoría publicistas). En ese rol, escribe regularmente sobre futbol. Sigue como enviado y “match analyst” los eventos deportivos de la SSC Nápoles. Es redactor en “Words Social Forum (centro social del arte)”. Ha publicado en la web poemas inéditos y análisis crítico, que se encuentran fácilmente en los principales lit-blog italianos. Su opera prima “Turbative siderali” recientemente ha sido publicada por Terra d´ulivi edizioni.
*Alejandra Craules Bretón (México / Italia)
Estudio Creación y Apreciación literaria en la Casa Lamm. En 2003 ganó el premio nacional de poesía otorgado por el Instituto Mexicano de la Juventud con su primer poemario Palabras Fértiles, publicado por el Instituto Hidalguense de la Juventud. Se segundo poemario “Puntos Cardinales”, fue publicado por la editorial Todas las Voces. También ha publicado en las antologías “El sol desmantelado”, “Universos Diversos”, editado en España, “Korsi e Hapur”, publicado en Albania, y en el “L´amore al giglio” publicado en Italia. En 2010 el CECULTAH publicó su poemario “Laberintos y Dragonerias”. Realizó residencias artísticas en CAMAC Francia y en Can Serrat en Cataluña. Participó en la “Primera maratona poética” en la Biblioteca Pública de Pordenone, Italia, donde radica actualmente. Fue incluida en el “Cencimiento dei poeti italiani tra 20 e 40” organizado por Pordenonelegge famoso festival literario.Para la revista literaria “Circulo de Poesía” tradujo del italiano al español el “Dossier de poetas italianos contemporáneos”. En 2015 Samuele Editore publicó una selección de sus poesías eróticas en versión bilingüe español-italiano en “Nella giogia del corpo abitato”.
Encuentro con las letras
La fatalidad de ser ama de casa, en una sociedad machista, excluyente y patriarcal, puede ser vencida, por un golpe certero construido con palabras sentidas y vívidas
Por Dora Isabel Berdugo Iriarte
Ruth Patricia Diago Suárez
Ruth Patricia Diago Suarez. Cartagena de Indias 1956. Creció en un ambiente propicio para la lectura motivada por padres y abuelos. Ama de casa y madre orgullosa escruta los rincones del hogar para adobar y poner en salmuera las palabras. Nombra su entorno con la furia de una mujer defraudada en cada etapa de su quehacer como esposa. Tiene publicado su poemario “Los muebles hierven”, su libro “Despertares” se encuentra próximo a publicar. Títulos como “Que se vayan al carajo”, “Escobas al suelo” y “Esas agudas y soterradas tenazas”, permanecen inéditos.
Matrona costeña, fiera cotidiana que al tiempo de criar tres hijos decide experimentar en la poesía, no es piedracielista, pero si piedra volá cuando alguien le colma su paciencia, entonces se atrinchera en la escritura desde donde dispara sus dardos, con la certeza de quien recononoce en la palabra, la mejor arma, para hacer catarsis y espantar la monotonía de los oficios cotidianos.
Ruth Patricia estudió varios semestres trabajo social, pero decidió retirarse a tiempo, porque esta profesión no es compatible con su cosmovisión del mundo. Ha participado en talleres de creación literaria, crónica periodística, poesía y narrativa. Dos de sus textos fueron seleccionados para formar parte de la Antología: Nuevas Voces de Fin de Siglo. Ha sido miembro activo de los Talleres de Poesía: Siembra, Mundo Alterno y Bestiario. Actualmente forma parte del Colectivo Generación Fallida y del Taller La Urraca. En cuanto a el reconocimiento de su voz poética, ha sido invitada a dos encuentros internacionales de mujeres poetas en Cereté Cordova, ha dictado talleres de creación literaria en varios espacios de la ciudad Cartagena de Indias y del departamento de Bolívar, participadao en varios Parlamentos Internacionales de Escritores de Cartagena y en el Festival de Poesía Negra y Cantos Ancestrales 2015 y 2016. Sus poemas han sido antologados en revistas y en la Antología de Poetas Afrodescendientes del Ministerio de Cultura. Entre sus poemarios se cuentan Despertares y Los muebles hierven, actualmente vive en Cartagena de Indias.
Los poemas escogidos en esta ocasión, demuestran que la poesía se encuentra presente en cada actividad humana por cotidiana que aparentemente sea esta, y que el tedio, la desesperanza y la fatalidad de ser ama de casa, en una sociedad machista, excluyente y patriarcal, puede ser vencida, por un golpe certero construido con palabras sentidas y vívidas, que recrean las historias poco agraciadas y ocultas, por temor al qué dirán o a perder el status de “Señoras” de muchas mujeres, que se han dedicado a la casa, al marido y a los hijos, aplazando sus sueños, cuyo sacrificio y abnegación, es visto por muchos, como algo sin ninguna valía.
Pese a las políticas públicas de igualdad, muchas mujers son vistas con desprecio si se dedican al oficio de la casa, sin ser aportantes desde lo ecónomico, como si administrar una familia, no fuese un trabajo lo suficientemente duro y justamente traducible en dinero. La vida de la casa puede ser ensoñada, pero la monotonía, la rutina y el desamor, matan: El deseo, la pasión y apagan las ilusiones. Ruth es una mujer valiente, que pone de manifiesto con sinceridad, determinación y sin adornos, el micromundo de las mujeres, que se ven envueltas en el circular mudo de los quehaceres domésticos y de un mal matrimonio, que terminan siendo en la realidad “víctimas de una mala opción al momento de constituir un hogar”.
Odio esa manía
Odio esa manía
que me une a los estragos
causados por la costumbre,
del desaliño de los despertares,
el caos matutino
la incógnita del almuerzo,
la soledad de las estancias,
la certidumbre asustada del regreso,
que convierten la existencia
en un blando andar
sobre lodos inciertos
en el que no es permitido
el privilegio audaz de avanzar
sin recibir una lección de miedo
Depredadores
Seguiremos así
enquistados el uno en el otro
lastimándonos, disparándonos certeras ofensas
con lenguaje maltrecho.
No dejaré de molestarme
cada vez que le agregues agua al chocolate,
por esa indiferencia,
por cada gesto o palabra tuyos.
Trascenderás el tiempo dosificado del aguante
con esa terca fidelidad del polvo sobre los muebles,
llenando tu medio espacio en la cama
de forma abandonada como si esta desgracia
te fuera ajena.
Continuarás de manera irremediable
soportándome y queriéndome a ratos
con ese cariño estrecho
y esa ternura de escorpión
que se gesta en las mentes simples
significando el estorbo inocultable,
la molestia irresuelta
hasta que uno de los dos reviente
y la naturaleza por fin
¡Resuelva liberarnos!
Rescoldos
Solo resta el desencanto
irrefrenable de tantos años.
Una casa, una habitación y una cama,
que se comparten irremediablemente
con furia agazapada.
Algunos sueños adobados por décadas.
Esos graznidos que sueltas a menudo,
pese a que ya no me intimidan.
El permanente reclamo
por la falta de fósforos
y las bolsas para la basura.
El silencio circundante,
las ideas que me reprochan
en el pesado quehacer de las mañanas.
Y alguna que otra vez
nuestras prendas interiores
que coinciden en la cuerda
para colgar la ropa.
El alfabeto de la casa
Se estira el lavaplatos
su eco metálico
se reparte en el silencio de las seis.
La salva que dispara la nevera
es artillería resfriada
la protesta atrincherada de las salamanquejas
se apodera de los cuadros.
El jabón se precipita desde su soporte,
escapa de las manos
entretanto la regadera
descarga su agua ajena
y un ojo nos observa
desde cada baldosín
Un titubeo en la energía
pone a los números del reloj
a danzar en rojo.
Uñas de iguana fastidian el cielo raso
La casa insiste en manifestarse
y su costumbre agrietada
ya no aterroriza a nadie.
Proyecciones
Hay que empezar a entrenar el pulso
para que la aplicación del lápiz
no trascienda la frontera labial.
La última ilusión
ha sido devastada por un golpe frontal
se han destrabado los sueños del cabello
para situarse en la enésima dimensión
es preciso entonces cambiar de objetivo
cuidar que siempre
quede un fósforo para encender la estufa
o que no falte el papel higiénico
muy importante que el inodoro funcione bien
y que reste algo de crema dental
para una posterior cepillada
Desaguar el espíritu por rutina
y no cejar en el empeño
para lavar concienzudamente el ombligo
por si acaso…
PECADORAS
Residiendo en el anverso de los sacramentos esa legión de mujeres espinadas refractarias a esas otras que no se pierden una sola misa, son pieles de sombra vigorosa y concluyentes rasgos. Renuentes a prolongar su sentimiento de culpa, se erigen en sacerdotisas del tiempo disgregado que sin tutela se ajustan al azar de las horas abiertas. Especie dotada con estrógenos urticantes que al igual que yo, guardan intacta la paciencia en vísperas de transgredir sin pasamontaña, otro altercado de fieras.
LO QUE FALTÓ
Velozmente las horas se fueron robando el día mientras en el muelle las maríamulatas nos mostraban su manera de pescar, nos sorprendió el momento en que las luces de la ciudad desplegaron sobre la bahía su espectro danzante y largo. El reloj señaló el cierre de las palabras estancando en el agua la intención de ese abrazo que tuvimos que guardarnos
OVACIÓN
La lúdica incesante
Entre el oleaje y la roca
Es el aplauso asombrado
Por el vuelo razante del alcatraz
ECOS MOJADOS
El aguacero recoge los sonidos
poniéndolos a cantar a un solo ritmo
pero el grito del pájaro se revela.
Brinca el agua sobre los charcos
volcando su lenguaje sobre el piso
La gotera despierta
agua-polvo en su secuencia inicial
el trueno destiempla las ventanas
agazapándose en un lugar al que nadie vuela
solo el graznido metálico del avión
pareciera llevarle la contraria.
UN ÁBACO DE HOJAS MUERTAS CONTABILIZA LAS HORAS
Te reconozco de repente
en todas esas costumbres de la espera
en la manía de preparar el cuerpo
y exponerlo igual que el ave
al acicalarse sobre el cableado eléctrico,
incluso cuando el día se cierra
con chirrido de bisagras y estruendo de madera.
La artrosis se ha encargado del dolor,
por tal razón no ardes en un solo punto neural;
y es que ese residuo leve que te acerca
es de tan veloz disolución
que no alcanza a implicar la piel,
convocar la angustia
o aquel requerimiento que jamás colmaste
es la contrariedad inconsistente,
esa circunstancia inversa que reabsorbe el fuego
que de alguna manera estorba
en concordancia con los accidentes de la acera.
Ajusto los pasos a estos días monocordes
mientras avanzo bajo la influencia ilusoria
de otro sol mestizo.
VENIMOS POR PARES
Cierto marco de madera con alma de vidrio,
me ha hecho notar que somos dos
no sé si al otro le pasa lo mismo ante el dolor
o las circunstancias que lo desatan.
Entonces me desbordo como tubería rota
de difícil compostura.
Dependo de esos artefactos horrorosos
cuyos cristales ajustan la realidad
devolviéndole nitidez a los objetos.
Oscuro como una taza de café cerrero
tengo el añoso iris.
Al descender los párpados
obligándome a mirar hacia adentro
giro en mi órbita vacilante, necio
en el quehacer inútil
de un recluso irremediable.
ALTERNATIVAS
¿Qué hacer contra las pertinaces ganas de morirse? No existe tratado alguno sabia opinión que nos ilustre ni padecimiento superior que las destierre
Se podrían adobar, echarse en una olla y transformarlas en un dolor salado algo más indulgente, descalzarlas, enviarlas a buscar tapas y medias extraviadas solicitar su concurso para recobrar los libros no devueltos
Si todo lo anterior no es suficiente aficosaficosaaaa para suavizar sus aristas probar a envasarlas celosamente
De poetas y letras
Uno llega a ser grande por lo que lee, no por lo que escribe.
Jorge Luis Borges
Por Cristina Sáinz Sotomayor
Vivimos en un mundo al que necesitamos comprender y en el que necesitamos ser comprendidos. No somos seres en una despiadada lucha por sobrevivir, somos seres con la necesidad de entender lo que somos, por eso nace el arte. Por eso nace la poesía, filosofía donde yace el deseo de ser y permanecer. La poesía es la amiga afiliada que nos libera de todo lo que sentimos, y nos da esa libertad y oportunidad de leerla o contarla, y de sufrirla y/o gozarla.
La parte más importante de la formación de un escritor o de un poeta son las lecturas que hace leyendo a otros poetas. Primero debe convertirse en un buen lector. Si llegó usted a la poesía a través del romanticismo y del modernismo (como yo) con Gustavo Adolfo Bécquer, Rubén Darío, Manuel Gutiérrez Nájera, Machado y su hermosísimo “Caminante no hay camino”, El romántico maldito Allan Poe y su poema “El cuervo”, el inolvidable y querido Lorca, Enrique González Martínez con su poema “Tuércele el cuello al cisne” que marcó la ruptura con el modernismo, por qué no leer también a José Juan Tablada, Alfonsina Storni poeta del Posmodernismo.
Quién no leyó un poema de Octavo Paz y a Benedetti y su “Táctica y estrategia” o su “Viceversa”, a Neruda y sus “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”. Por qué no leer otras etapas o períodos literarios, a los poetas franceses dadaístas y surrealistas (de principios del siglo XX), “La poesía” de Vicente Huidobro, iniciador del creacionismo. Baudelaire, Rimbaud, Bretón, los llamados poetas malditos.
Poesía del siglo XXI, Nicanor Parra, creador de la anti poesía, con la que tomó otros rumbos la poesía. Juan Gelman uno de los mejores de su generación, a los Beatniks (de los años cincuenta y sesenta), Pessoa, a Borges, el magistral maestro del lenguaje (que merece y necesita una doble lectura) y muchos otros escritores de los que podemos ir compartiendo.
También debemos conocer las demás manifestaciones estéticas, la pintura, el cine, la música, para irnos formando un criterio sobre la realidad y sobre lo que se está escribiendo actualmente y lo que están escribiendo nuestros colegas y así entender que la literatura como la vida tiene etapas.
Al leer los poemas observemos el modo en que los poetas usan las palabras y los recursos que utiliza. Luego, pongamos en práctica la escritura (es una dinámica). Leer, observar, luego escribir tratando de imitar a un poeta o autor para después adaptarlo a nuestra propia manera de escribir. Ese es el oficio el intento del que quiere ser poeta o escritor. Y es necesario leer y leer para saber si no se está diciendo lo que otros ya escribieron.
Sin embargo, eso no es suficiente, hay que, continuamente estar escribiendo y tallereando lo que escribimos. Veamos algunas sencillas dinámicas. Nada nuevo o nada que no nos imaginemos, pero en lo que a veces no reparamos.
Mi nombre es Cristina Sáinz Sotomayor y mi seudónimo Crissa. Los espero la próxima para compartirles algunas otras cosas de Poetas y letras. Arrivederci.
By the River of Babylon
By the Rivers of Babylon. Una maravillosa canción que escuchaba a menudo en la radio, allá por 1978, en aquella ciudad olvidada de la mano de Dios y que siempre me traía esperanza de que algún día saldría de allí.
Por Ismael Lorenzo
Años después, ya estando en New York, caminaba un día por Broadway, más allá de Times Square, hacia el bajo Manhattan, entre cines pornos y tiendas de ropa barata, vi una tienda discográfica y decidí entrar. Mientras repasaba mi vista por una infinidad de inmensos long plays, descubrí el disco de los Boney M, By the rivers of Babylon, fue la primera vez que veía a los integrantes del grupo jamaiquino, sólo los había podido escuchar, pues sus videos no estaban permitidos en la isla, por no sé qué razón, quizás por ese bote de velas que se muestra en el video, alejándose veloz de una playa rumbo norte ... Compré el disco bastante feliz y salí hacia una estación de subway cercana, eran menos de las siete de la tarde, pero el sol ya había desaparecido y el frío se sentía.
Al pasar junto a un estanquillo de revistas y periódicos de todo el mundo, oí que alguien me llamaba con voz cantarina, cuando miré, era Reinaldo Arenas. Nos pusimos a hablar y le dije que en un par de semanas me iba para California, donde había conseguido un trabajo de profesor, y me invitó entonces a cenar en un pequeño restaurante chino no muy distante. Cuando entramos, estaban allí cenando Alberto Guigou y Peter Bloch, siempre amables nos invitaron a sentarnos con ellos. Reinaldo nos dijo que venía del New York Times, donde le había dejado una carta de protesta al director por un artículo alabatorio de Castro. El New York Times siempre había tenido una gran admiración por el dictador y había sido uno de sus mejores propagandistas, aun desde los tiempos en las montañas de la Sierra Maestra.
Servando González, un historiador bastante original y humorista, en uno de sus libros pone el “motto” de los clasificados del periódico, en boca del dictador: “I got my job through the New York Times”.
Mientras comíamos una hirviente sopa china, Peter Bloch, cuyo padre había muerto en uno de los campos de concentración nazi, su madre estuvo en uno de ellos hasta el final de la II Guerra Mundial y él mismo había tenido que huir a Francia, luego a Suiza, perseguido de cerca por los nazis y era visceralmente anti totalitario, nos explicó que los liberales estadounidenses se negaban a aceptar que las dictaduras de izquierda fueran tan terribles como las de Hitler y Mussolini. Admiraron a Stalin y ahora admiraban a Castro. Alberto Guigou, el atildado Gu, agregó sentencioso que el ciego que se niega a ver, nunca verá. Así seguimos hablando, terminamos de cenar, cada uno pagó su parte y al salir ya había caído la noche y el frío se había hecho molesto. Nos despedimos y cada cual cogió su rumbo, yo con mi preciado disco de los Boney M apretado contra mi abrigo, no lo sabía, pero era la última vez que vería a Reinaldo Arenas. Tres años después, viviendo en California, recibiría la noticia de la muerte de Reinaldo.
De esto hace algo más de veinte años, Alberto Guigou y Peter Bloch, buenos amigos y dedicados intelectuales, ya sólo viven en mi recuerdo y aquel disco de los Boney M lo perdí en una de mis muchas mudadas, pero hoy a cada rato los oigo por medio de la magia inextinguible de YouTube. En este largo tiempo transcurrido, algunas cosas han cambiado y otras no. Hace poco, leyendo una revista con un pomposo título de política exterior, veo que había lanzado una encuesta para elegir a los 50 intelectuales más influyentes de Iberoamérica, entre ellos situaban a Castro.
Para quienes dirigen esa revista, perseguir, reprimir y encarcelar a intelectuales, convierte al que lo hace en intelectual, los victimarios junto con las víctimas, provistos de una licencia 00 de impunidad. En medio siglo, los hilos de la historia se pierden o más bien los esconden. Hay una nueva generación que no ha oído hablar quizás de la siniestra fortaleza La Cabaña, ni de los miles de fusilados allí y de cárceles repletas por el sólo delito de hablar o escribir. Es comprensible que en nuestra fácil vida moderna se prefieran otros temas, pero cuando se publica algo así, sólo con una profunda carencia de profesionalidad, ignorancia histórica y exceso de cannabis en las noches, se puede calificar a un deteriorado y escondido dictador, como un intelectual influyente. Desde Reinaldo Arenas hasta Guillermo Cabrera Infante, muchos deben de haber temblado de ira en sus tumbas.
Ya en los comienzos de nuestra prodigiosa literatura occidental, en la aún actual Odisea, Homero, con esa sutil sabiduría que ha hecho llegar su obra hasta nuestros días, nos advertía contra los serios peligros de los cantos de sirena. Quienes los escuchan, pueden que no regresen nunca a la realidad y carentes de visión, perezcan ahogados.
By the rivers of Babylon, there we sat down...
When the wicked
Carried us away in captivity
Required from us a song
Now how shall we sing the lord's song in a strange land...
__________________________________
Ismael Lorenzo, es autor de siete novelas, entre ellas “La Hostería del Tesoro”, “Matías Pérez entre los locos” y “Matías Pérez regresa a casa”, "Matías Pérez en los días de invierno', y de 'Soy Feliptio', también del libro testimonial 'El silencio de los 12', 'Detrás de la pantalla, los peligros de acosos online', y del libro de ensayos, 'De viaje por la literatura y el cine'
Aura
Dos seres vuelven a unirse por encima de las leyes naturales de la vida
Por Cristina Sáinz Sotomayor
Conocí a “Aura” hace dieciséis años. Nos la presentaron en un diplomado en letras de la Universidad de Sonora (UNISON) que trajo un corredor de escritores de Hermosillo la capital de mi estado y otros de la Cd. de México hasta la ciudad de Navojoa Sonora a donde me trasladaba a tomar mis clases.
Recuerdo que la leí. Y la leí otra vez porque me gustó esa forma metafórica y fantástica y misteriosa con la que me envolvió al figurarme y percibir esa “aura” que caracteriza la realidad de su historia poniéndome en lugar de Felipe Montero (uno de los personajes principales) aterrándome pero a la vez preguntándome “qué va a pasar”. Aura es una novela corta o noveleta que nos relata que dos seres vuelven a unirse por encima de las leyes naturales de la vida, donde Consuelo es la protagonista que mueve la fuerza del ocultismo, la fuerza del mal, a la que recurrió llevada por su inconformidad y vanidad. Y movida por el deseo de permanecer, de regresar a la juventud, a la vida. Y Aura, su sobrina personifica su memoria, el cuerpo que lleva su espíritu a quien custodia y utiliza como si fuera ella misma, formando así esa atmósfera de incertidumbre y negrura. Ese constante paralelismo entre las dos es el que hace dudar sobre la identidad de Aura, esa joven hermosa de ojos verdes que cautiva a Felipe.
Felipe Montero necesitado de un trabajo y quien vive ajeno a ese ambiente de mal y de muerte deja detrás el mundo exterior para descubrir ese misterio.
Carlos Fuentes, el escritor mexicano nacido en Panamá, ganador a los 59 años del premio Cervantes. Autor de “Aura” considerada una de las más importantes de sus obras y una de las mejores de la narrativa mexicana del siglo XX; estudió Leyes en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), y Doctorado en el Instituto de Estudios Internacionales en Suiza. A los 26 años escribió “Enmascarados” Escribió también “Cambio de piel”, “Zona Sagrada” y tiene como obras más conocidas ”La muerte de Artemio Cruz” y por supuesto “Aura”.
Esta historia comienza en 1962, cuando Felipe Montero, un joven historiador conocedor de la lengua francesa, ha dado por medio de un anuncio del periódico que ha llamado su atención con la dirección de una antigua casa ubicada en el centro de la ciudad de México. Conoce a Consuelo la propietaria quien es una anciana de más de cien años, la cual contrata sus servicios para publicar las memorias de su finado esposo el General Lorente, quien vivió en el siglo XIX. Es dentro de esa casa donde también conoce a Aura con quien alterna en diferentes ocasiones pero siempre causándole algo que no puede explicarse aún.
Las memorias de Lorente en manos de Felipe hablan. Y hablan de Consuelo y de su práctica en el conocimiento del ocultismo; Hierbas (brebajes), maléficas invocaciones, espiritismos.
Felipe se ha dado cuenta que Aura de quien se encuentra prendido es Consuelo, esa anciana arrugada y encogida por los años. Las fotografías se lo han revelado. Son físicamente iguales. Es una reencarnación. Felipe descubre también que el general Lorente es él… Ha regresado.
Volvieron a verse.
Amir Or. El lenguaje dice
Por Beto Brom
El lenguaje dice: detrás del lenguaje
se encuentra un lenguaje. El lenguaje son rastros manchados
que andan por allí.
El lenguaje dice: escucha ahora.
Tú escuchas: aquí hubo eco.
Toma al silencio e intenta estar en silencio.
Toma las palabras e intenta hablar:
más allá de lenguaje el lenguaje es una herida
de la que el mundo mana y mana.
El lenguaje dice: es, no es, es,
no es. El lenguaje dice: yo.
El lenguaje dice: vamos, quiero hablarte,
déjame palparte; vamos,
di que lo has dicho.
Amir Or: “Todo esto es parte de ti. Y la poesía tiene un único tema, y ese tema es la vida”Amir Or (Tel Aviv, 1956) Poeta, ensayista y profesor universitario. Autor de nueve libros de poesía. Entre ellos: Poema y día, El museo del tiempo, Las placas del museo del tiempo; y La bestia del corazón. Sus poemas han sido traducidos a más de cuarenta lenguas. También fundó la Escuela de Poesía Hebreo-Arábica. Director artístico del Festival Internacional de Poesía Sha'ar de Tel Aviv. Se desempeña como coordinador nacional de Poets for Peace.
Beto Brem, nacido en Argentina, en el verano del 43. Ya años radicado en un rinconcito de la Galilea, en la milenaria Israel.
Sumamente grato compartir mis garabatos en distintos portales a lo largo y ancho de la Web, donde el encuentro con colegas de la pluma, permite comentarios e intercambio de opiniones y puntos de vista.
Además he organizado, en varios de ellos, concursos literarios y entrevistas virtuales con decenas de los miembros.
Por lo general, plasmo mis letras en prosa; el leer mis cuentos, ideas y pensamientos, permite acercarse y conocer mi mundo.
Debo destacar, que he realizado un destacado número de diálogos, duetos y relatos con amigos, con los cuales entrelazamos nuestras plumas.
Soy amante de la madre natura, y por consiguiente admiro a los animales.
Mi pluma siempre en pos de la igualdad y defensora del SHALOM.
Entrevistas y Reseñas Literarias
Entrevista a la narradora y poetisa Gleyvis Coro Montanet
Los escritores somos sobrevivientes de uno mismo
Por Lázara Ávila Fernández
La narradora y poetisa Gleyvis Coro Montanet ha recibido varios premios nacionales e internacionales entre los que destacan el Gran Premio Vitral de Narrativa por Con los pies en las nubes (Ediciones Vitral, 1998); el Premio Alcorta de Poesía por Escribir en la piedra (Ediciones Loynaz, 2000); el Premio Cirilo Villaverde que otorga la Unión Nacional de Escritores de Cuba y el Premio de la Crítica por su novela La burbuja (Ediciones Unión, 2007).
Obtuvo el Tercer Premio en el Concurso Interamericano de cuentos de la Fundación AVON para la mujer, en Argentina, así como la Beca de Creación Onelio Jorge Cardoso en el XIV Premio de Cuento La Gaceta de Cuba. Ha publicado los poemarios Cantares de Novo-Hem (Ediciones Loynaz, 1999), Poemas briosos (Ediciones Aristas de Cobre, España, 2003) y Aguardando al guardabosque (Ediciones Loynaz, 2006).
Gleyvis, es estomatóloga de profesión. Con ella conversamos.
-Te has desempeñado como Profesora en la Universidad Europea de Madrid. Tienes, entre otros, estudios de doctorado en la Universidad Autónoma de Madrid. Has asistido como Profesora Invitada a diferentes universidades de ciencias biomédicas; entre otros logros como profesional de la salud. ¿Ejerce la estomatóloga alguna influencia sobre la escritora o viceversa? ¿Por qué?
No lo sé todavía. Y es algo que, en algún momento de mi vida, me hubiera gustado investigar. Pero ya no. En realidad, ejerzo, por un lado, lo que me sostiene económicamente y busco tiempo -en donde no lo hay apenas- para escribir. Más que la influencia de una acción en otra, siento el peso y el estorbo que una acción representa para otra. Ha sido así siempre y es, en varios sentidos, una gran incomodidad, porque genera la sensación de que una va prestada a muchos lugares. Cuando se es una mujer independiente, o se pretende serlo -independiente en el sentido de la libertad, y una escritora tiene que serlo o morir-, hay que gastar mucho tiempo en agenciarse esa libertad. Y todas mis profesiones, con independencia del mucho o mediano éxito que he podido tener en ellas -y que me han hecho muy feliz, no lo puedo negar-, han sido una soberana pérdida de tiempo para el ejercicio de la literatura. Un robo a mano armada del tiempo y el esfuerzo que le debí dedicar al ejercicio de la literatura. No porque la literatura sea mejor que la odontología -seguramente no lo es-, sino porque yo soy mejor escritora que odontóloga y casi mejor escritora que profesora de odontología.
-Has dicho sobre ti, en alusión a tu libro Aguardando al guardabosque y al tratamiento de lo erótico en tu obra que fuera catalogado como “ingenuo” por Nersys Felipe que: “Puedes definirme como una mujer que se mueve por intuiciones y pone todo su atrevimiento y sobre todo su empirismo, en lo que hace. Me gusta que la veta de mi inseguridad esté ahí, que la línea temblorosa tenga un sitio, que la literatura se le ofrezca un poco a la dentista que soy (…) pero Nersys tiene más razón de lo que cualquiera imagina: yo soy naïf”. ¿Por qué la autora de Cuentos de Guane llevaba más razón que cualquiera en su análisis?
Nersys tenía, en aquella época, el poder del reconocimiento, que es una habilidad científica innata, exacerbada por la maternidad y por la propia condición de mujer, sobre lo que leía entre líneas en mis versos. Los poemas de Aguardando al guardabosque y muchos textos posteriores que trataban el asunto del erotismo directa o tangencialmente los escribí desde la abstención erótica más absoluta. Yo no había tenido pareja, sexo, ni noción alguna sobre sexo a una edad realmente avanzada. Y, en sustitución, escribía versos sobre lo que imaginaba. Era como ejercer sin escuela, ingenua e inocentemente. Y eso podrían saberlo entonces muy pocas personas. Otras, como Nersys, sólo podían detectarlo detrás de los significados velados de palabras que escondían, una y otra vez, sus reales significados.
-En que se diferencia Cantares de Novo-Hem (1999) de tus otros títulos y que mantiene en común con ellos?
La diferencia es abismal. Mi primer libro de poemas no tiene nada que ver con el último, como mi cabeza de mi primer libro de poemas, no tiene nada que ver con la cabeza con que escribí el último libro. Es la historia de una evolución tan feroz, que la desconexión es absoluta. Y es bueno. Evidencia que he crecido.
-Poesía y prosa dos maneras diferentes de expresarte y de acomodar las palabras a las exigencias del espíritu y de las normas. ¿Cómo es en tu caso? ¿Qué vino primero, qué después, con cuál de los dos géneros te sientes más cómoda y por qué?
Poesía primero. Prosa después. Ambos géneros como complementarios. Se ayudan y se acompañan. Y uno saca la cara por el otro cuando puede y cuando las circunstancias lo permiten.
- ¿Cómo fue para la creadora que hay en ti “vivir en medio de una ciudad (Pinar del Río-Cuba) sin teatro, prácticamente sin cine y sin transporte, donde el correo electrónico pudo haber sido la ventana real”?
Terrible, fue terrible. Y sólo pude descubrirlo estando fuera, siete años después de estar fuera, en contra de mi voluntad -porque yo salí de Cuba en contra de mi voluntad-. Y anduve dos años partida, muriéndome por regresar, y anduve otros cinco años muriéndome de la añoranza, sin saber ni querer o poder ver lo terrible que había sido, porque la vida posterior no dejó de ser mala en varios sentidos.
Una nace con una sensibilidad diferente y debe arrastrar con ella. Yo soy nerd. Y una nerd contemporánea necesita un teatro, un cine, un transporte que funcione y una conexión estable a Internet para no colapsar. Crear sin nada de eso, vivir sin nada de eso, ha sido espantoso y me ha marcado para mi mal.
-Hay quienes opinan que los escritores somos en alguna medida sobrevivientes. Sobrevivientes de una guerra, de una época o de uno mismo. Cuando haces una valoración sobre tu obra y de los porqués es de una manera específica y no de otra. ¿te consideras un sobreviviente? ¿Por qué?
Sí, claro que soy una sobreviviente. He conservado la vida hasta aquí. Es poco menos que un milagro.
-Nuevos proyectos.
Un libro de cuentos, un libro de teatro en décimas, un libro de poemas sobre el exilio cubano ya escritos, puliditos, a término, pero que nadie quiere -o puede, o sabe- publicar. Todo eso en una carpeta de Mis Documentos que se nombra, en letras capitales, “poesía”.
-Algo más que desees comentar.
Nada más. Muchas gracias.
José Félix León, escritor y poeta cubano
Me apasiona escribir, pero también me aterroriza y
despierta todas las inseguridades que hay en mí.
"Nada de qué retractarse".
Por Lázara Ávila Fernández
Con el escritor y poeta cubano José Félix León conversamos. Él es graduado en Filología. Ha impartido cursos en universidades dentro y fuera de Cuba. Ha sido multi laureado en su país de origen. Sus poemas y cuentos han aparecido en diversas antologías dentro y fuera de la isla. Actualmente reside en Barcelona.
-“Demencia del hijo”, “Donde espera la trampa que un día pisó el ciervo”, “Correos/ Bosques intermedios” y “Patio interior con bosque” son algunos de los títulos publicados en Cuba que dejan entrever a un escritor joven, pero, muy prolífero. ¿Cómo surge tu pasión por la escritura y en especial por la poesía, aunque sabemos que también has incursionado en la prosa?
Siempre me gustó leer. De niño leía sin parar, en casa había un despacho con una estantería de libros normales -el resto eran tomos de Derecho- y allí encontré y leí a Kipling, a Mark Twain, a Chéjov, eran casi todos libros publicados por la editorial Arte y Literatura, mi abuelo los coleccionaba. Recuerdo que cuando me preguntaba qué sería de mayor siempre pensaba: escritor. Era un niño ingenuo. Luego empecé a leer poesía, también de niño -la lectura de poesía es un acto sectario- conocí los grandes poetas cubanos y aumentó mi curiosidad. Si quieres escribir poesía debes leerlo todo para luego aprender a olvidarlo, lo otro es tenerla en ti. Cuando empecé a escribir poesía tuve suerte, organicé un cuaderno y lo envié a un concurso literario, era la única manera de publicar: gané aquel concurso y el libro lo publicaron en mi ciudad, Pinar del Río. Yo estudiaba Física y decidí cambiar de carrera y estudiar Filología, quería organizar y sistematizar todas aquellas lecturas porque suponía que eso me ayudaría en mi objetivo, que era escribir. Lo cierto es que luego, ya en la Facultad, en las clases de griego clásico, al interactuar con los textos de los poetas griegos arcaicos en su lengua original me sentí aterrado, poner a disposición del lector un texto poético es un acto estremecedor, si no es ciento por ciento auténtico no será de calidad. Los griegos tenían un término, entusiasmos, que representa el acto de la creación poética durante el cual el escritor es poseído por la divinidad. Los primeros poemas líricos de occidente, la poesía griega arcaica, son perfectos. Si tenemos algo que decir, debe partir de este conocimiento, no será nuevo y seguramente tampoco será trascendente. Me apasiona escribir, pero también me aterroriza y despierta todas las inseguridades que hay en mí. Pero, aun así, sobre todo con los poemas, a veces es inevitable, al menos en mi experiencia.
-¿Cómo es, en tu caso, el proceso de creación?
Me preguntas algo muy delicado y de lo que no tengo la más mínima idea, no pienso en ello nunca. Supongo que te refieres a la construcción de un texto. Pues mira, en mi caso, si es un texto poético, se construye a sí mismo, no pienso nunca de antemano en la estructura de un poema. Generalmente escribo todo lo que me viene y luego corrijo. Escribir en prosa es totalmente distinto. Siempre recuerdo a Hemingway, leí en algún sitio que escribía de pie, en la mañana y paraba justo cuando aún tenía algo que decir, así garantizaba la continuidad de ese estado a la mañana siguiente; eso y otros datos como que escribía de pie con una máquina de escribir, en fin. Los cuentos de Hemingway son perfectos y una estructura subyace bajo todo, pero creo que la inspiración es lo mejor que hay en ellos, eso no compagina con la idea de alguien que escribe a la misma hora y en la misma posición cada día, como si se tratara de defecar. Cuando escribo ficción generalmente sé a dónde debo llegar, hago un esquema y luego elijo la manera en que debo contar. Es un proceso diferente al de la escritura poética pero totalmente desorganizado. Tomo notas todo el tiempo, notas que luego inserto en los textos y entro en un caos que contamina todo lo que me rodea, soy un desastre.
-En 1994 recibes el Premio Hermanos Loynaz de poesía y a este le suceden otros galardones como el Premio Calendario de Poesía 1996 y el Premio de Cuento de la revista La Gaceta de Cuba 1999, por sólo mencionar algunos ¿qué significado han tenido estos resultados para ti en lo personal y como escritor?
Los premios literarios, cuando eres joven, más que ayudar deforman. El problema es que, en Cuba, en esa época -y siendo yo una persona totalmente ajena al mundo literario- la única manera de dar a conocer tus poemas era ganando un concurso. Yo tuve suerte, escribí libros que ganaron algunos premios y fueron publicados. Esa era la satisfacción, poder publicar y saber que alguien, en la librería de algún pueblo como La Palma o Viñales, o en el otro extremo del país, iba a leer tus poemas. La creación literaria es un acto demasiado personal, mi experiencia con escritores no ha sido buena, creo que no es algo que se pueda compartir o siquiera teorizar sobre ello. De cualquier manera, recibir un premio literario es raro, acabas preguntándote por qué te lo han dado a ti y no a otro.
-De tu libro de poemas Palinodia, en el blog “La primera palabra” se ha dicho: “Nada de que retractarse, tiende uno a pensar al leer este cuaderno de versos” a ¿qué atribuyes este juicio?
Palinodia, José Félix León
La Palinodia es un canto de retractación. Cuando publiqué esos poemas, en 2008, ya llevaba años viviendo fuera de Cuba, en Europa. Cuando eres alguien nacido después de la revolución, en algún momento eres consciente del tipo de educación que has recibido; cuando escribí la mayoría de esos textos vivía en el terror de descubrir a diario que la mayoría de mis pensamientos, opiniones y juicios estaban mediatizados por el hecho de ser el producto de una educación absolutamente adoctrinada. Supongo que es lo mismo que debe sentir alguien a quien su familia ha educado en una institución religiosa estricta y sin contacto con el exterior y un día es libre y se da cuenta de que se puede vivir fuera de la idea de Dios, de que existe la ciencia y de que la religión es sólo una manera de interpretar el mundo. La idea era retractarme de lo que había dicho hasta entonces, del discurso lírico que había querido hilvanar con mis poemas. En la Palinodia de Stesícoro, el poeta recuenta el mito de Helena de Troya modificándolo. Mi libro de poemas es un canto de retractación a mí mismo, un intento de modificar la idea que tenía de lo poético, algo demasiado serio pero que tenía que intentar decir. Heriberto Hernández, un poeta hermosísimo, escribió las palabras que citas, y es un elogio muy grande, viniendo de él, decir que no hay nada de qué retractarse al leer mis poemas.
-¿Algún libro en producción?
Ahora mismo estoy acabando un proyecto en el que llevo años. Es un relato largo, o una novela corta, una historia sin género, a veces poesía, a veces periodismo o guion audiovisual, todo unificado por el tono lírico, no sé. Trabajo mucho, incluso cuando estoy en los empleos con los que me gano la vida, en general incómodos e intrascendentes, escribo en mi mente y en diminutos posits. La literatura me desconcierta cada día, últimamente he leído autores increíbles y muy jóvenes, algunos exquisitos, como Max Porter o Andrea Bernal, y entonces pienso que aún no he escrito nada, aún queda todo por hacer.
Los poemas y cuentos escritos por José Félix León han aparecido en diversas antologías dentro y fuera de Cuba, algunas de ellas son: “Los nuevos caníbales, antología de cuento del Caribe Hispano”. Ed. UNION, La Habana, 2000, “Mar remoto” (Antología de poesía recopilada por Aurora Luque). Ed Diputación de Málaga, 2000 y “Poemas cubanos del siglo XX” (Recopilación de Manuel Díaz Martínez). Ed. Hiperión, Madrid, 2003. También está “Mañana hablarán de nosotros”.
Poemas cubanos del siglo XX. Antología
Mañana hablarán de nosotros.
Antología del cuento cubano.
Lázara Ávila Fernández, (Pinar del Río, Cuba 1960) es filóloga, traductora y profesora. Mujer inquieta y apasionada por las letras, el mundo de la radio y los espectáculos artísticos. Hijos y nietos son su mayor orgullo. Disfruta mucho el cuento corto y la ciencia ficción. Ha publicado los poemarios Cinco poemas de amor, en 2015; Alguien, Te amé y Te escribo en 2016. Además del libro de relatos cortos El regreso y el cuento infantil (ebook) La calabacita que quería ser princesa. Autora de la novela cubana Llorar no cuesta (2015). Es fundadora y editora de la revista digital, literaria y de actualidad Autores Indies.
El silencio de los 12, de Ismael Lorenzo
Por Jorge Domínguez
Hay libros que se leen y se olvidan luego para siempre, otros que nunca se olvidan, su recuerdo se lleva en la memoria, y salta cuando quizás leemos una fugaz noticia en el periódico, o encontramos a alguien que nos relata lo que le pasó a una hija o a una amiga, alguna conocida. La realidad es que los relatos del libro de Ismael Lorenzo pocas veces se encuentran en las noticias de diarios y mucho menos televisivas. Parece que es como si nadie quisiera comentar estos hechos desagradables, que ocurren en silencio, y donde a las víctimas casi nunca se les oye.
Esta es la diferencia de este libro, las voces de esas víctimas se manifiestan muy alto, con una fuerza que nos deja sorprendido y por hechos que ocurren todos los días en cualquier país. Desde la fuerza narrativa de la joven que recuerda como fue violada por una escuadra de Marines, sus padres asesinados y luego mantenida en reclusión y abuso por un año, más tarde vendida a un burdel por estos Marines, hasta la de la niña violada por su padrastro y alquilada al mejor postor. Esto no se olvida, al menos yo no lo puedo olvidar.
Y lo peor de todos estos hechos es que es ‘Una historia que no tiene fin’, como se titula la segunda parte del libro de Lorenzo, donde se mezclan los relatos de estas jóvenes mujeres, con notas sobre los efectos de larga duración de los abusos sexuales, y notas sobre explotaciones sexuales en infinidad de lugares y personajes, desde un presidente condenado por violación, hasta un coronel violador y travesti. Es un elenco de atrocidades interminables, pero es lo que nos rodea, que muchas veces no queremos ver.
Después de leer ‘El silencio de los 12’, las sentiré más de cerca y las comprendo mejor. Y me parece que este es el propósito del libro, que se ha cumplido.
Jorge Dominguez Escritor, profesor y editor
Días Pares e Impares. Julián Borao
Por Alonso de Molina
“Escribo desde el cero, sumo y resto palabras buscando un resultado”
Son las 9 de la tarde. Es una hora amorfa. Imprecisa. Pero es una buena hora, más si la tarde ha logrado calmar el viento de estos días. Las noticias de la tele sólo hablan de los Juegos Olímpicos, de los tejemanejes politicastros y de la media hora de fama del friki o la famosilla de turno. Desde hace dos días, quiero decir dos noches, vengo escuchando a Ella Fitzgerald y Joe Pass, si el álbum de ambos “Duets in Hannover – 1975” me gustó, “Again – 1976” me deja prendado de la voz de Ella; la Fitzgerald muestra todo el dulce y toda la sensualidad como para hacer que te eleves con la calma tranquila del incienso. Él, Joe Pass, logra que la guitarra parezca un piano de cola por la sonoridad y la limpieza de sus notas. El tardío té de hoy no pierde su fuerza, lleva azahar, son hojas puras que hacen calmar aún más el buen temple de la tarde. Tarde, otra más, que tengo entre mis manos el libro de poemas “Días pares e impares”, firmado, como no, por su autor, mi amigo, Julián Borao.
Es difícil escoger sólo algunos versos. Días pares e impares, de Julián Borao, es un libro denso, con una madurez poética que advierte que hay poeta para rato, para muchos años; respecto a obras anteriores se advierte un uso más desenvuelto del lenguaje y logra expresarse meridianamente y a través de poesía sobre los acontecimientos que han sucedido en un espacio importante de su vida: “De entre todas las vidas que he podido vivir / me aferro a las cuestiones del instante”. Borao se manifiesta en estos versos, de calado zenista, con la complejidad del que se afirma cómodo en el vacío existencial, a la vez que busca “las palabras conocidas” para dejarse llevar en “este extraño asombro de existir”.
¿Es un libro autobiográfico? No necesariamente, pero el poeta, en Días pares e impares, nos permite entrar en su propio mundo ahondando en el misterio del tiempo, de los días, lo perdido, lo vivido, lo recobrado… y a la vez, Julián Borao, nos invita a penetrar en los recovecos del ser humano, en su naturaleza más íntima, haciendo de la poesía una página en blanco que –antagónicamente- lo muestra todo.
“Escribo desde el cero, sumo y resto palabras buscando un resultado”. Quién nos puede asegurar que no busca, la poesía, nuestros ángulos oscuros; esa parte desconocida, intrínseca, que nos despierta sensaciones que oscurecidas nos habitan como costras soldadas a las emociones. Y, milagro, simplemente un verso nos hace tragar saliva despertándonos sensaciones latentes, tal vez vencidas, arrinconadas en alguna cavidad vacía, en algún ángulo muerto de nuestras emociones. Julián Borao expone en Días pares e impares una poética humanizada, empática con los lectores que podrán verse reflejados en muchas de sus elucubraciones.
Percibo la poesía de Julián Borao como una poesía orientada hacia la búsqueda de una lírica libre de artificios, pero a la vez rica en recursos estilísticos. “No sé dónde ha quedado la mañana / no sé dónde han quedado mis olvidos / se han quedado, quizás, en la otra vida / que persigue la vida que ahora vivo / y que secuestra a veces las mañanas / que sin saberlo quedan para siempre”.
Tantas veces que no sabemos expresar con palabras nuestras emociones, nuestros sentimientos, y -lo peor- no sabemos o no nos atrevemos a expresarlo con acciones sencillas como una sonrisa, un guiño de ojo, un apretón de manos, un abrazo, un beso... La poesía es capaz de hallar nuestros ángulos oscuros y ayudarnos a salvar cualquier obstáculo emocional, tal vez mental. “Quizá intenté vivir cada minuto / o reinventé rutinas / del código que habita en lo escondido”.
En un poema las palabras no son palabras. Las palabras pueden ser un rumor a mar, un aire lleno de oxígeno, un horizonte amable, un amor, un recuerdo entrañable, una puerta abierta, un hogar. “Pueden mis ojos perseguir la sombra / de los días que vuelven / recordando tu nombre”.
El lector tiene la opción de leer un poema o no leerlo y si lo lee tiene la facultad de interpretarlo, de ver pájaros o nubes negras. El lector es el verdadero protagonista y dueño del poema. El poeta no. El poeta, en cambio, no tiene la oportunidad de escribir lo que desea escribir. El poema se escribe por sí mismo, el poeta es tan solo un instrumento de la poesía. Y el poema puede ser esa ráfaga de viento que abre las ventanas para mostrarte ese mundo que tal vez tenías arrinconado en algún ángulo dormido de tus emociones. Lector y poeta son complementos del poema.
Reseña. Son Aymará. Alfonso Berlanga
Por Alonso de Molina
¡Obrajes, Calacoto, Cota Cota! / ¡Miraflores, Irpavi, Archumani!
Son Aymara. Poemario de Alfonso Berlanga
Pues sí, ya sé que las 16:10 no son horas de desayunar, pero la culpa de mi insomnio la tiene Alfonso Berlanga. Anoche no pude conciliar el sueño hasta pasadas las 04:00, tenía en mis manos su libro SON AYMARA que desde el miércoles, en la presentación del mismo, ya me estaba haciendo guiños. Así que me he levantado sonámbulo, tal vez por eso lo primero que he hecho esta mañana -este mediodía para ser exacto- ha sido aviar a los gatos, concretamente gatas, les he lavado el cuenco de cristal del agua y el otro cuenco de acero para el alimento dietético para gatos de la marca que recomienda el veterinario, un jamón pata negra saldría más barato, pero son mis gatas, me acompañan cuando escribo o leo y son las últimas en retirarse cuando me afano tocando la guitarra.
Había pasado la ventolera tarde de ayer con picor de ojos, el levante insiste con la persistencia de un inmigrante en la valla fronteriza de Beni Hassan, Melilla. Preparo té verde, prendo un sándalo, la calma va entrándome poco a poco, me estiro tomando asiento en el chaise longue, impaciente, como mis dos gatas que miran al techo con los ojos muy abiertos, el libro de Berlanga, en sus páginas finales, persiste insinuándoseme con insolencia cartesiana, estiro un brazo para prender el portátil, con picor de ojos y todavía soñoliento a estas horas en que la primavera se acerca al galope y el viento de levante sopla tenaz a velocidades que harían saltar los radares de tráfico.
Son Aymara
El epicentro del poemario es precisamente el poema Tiahuanaku donde al final de cada estrofa, como una ardua letanía, repite “son aymará, son aymará”, título del libro.
Tiahuanaku descansa dormido en la distancia, / sus huidizos lebreles deambulan desolados, / los lares insepultos corean sus enigmas / los hijos y mujeres recuentan las estrellas. / Una paz indolente se mueve en los caminos, / el pasado rezuma de astros relucientes, / de destinos perdidos y fuegos recobrados / que en la noche destila la sangre derramada / y la sombra de un tiempo callado para siempre. / Son aymará, son aymará.
Tiahuanaku es una antigua ciudad arqueológica ubicada en La Paz, Bolivia, muy cerca del lago Titicaca al que también Alfonso Berlanga dedica un poema:
Azul profundo te muestras a mis ojos / mágico mar herrado en tus alturas… Eres grandioso, omnipresente, vivo,… el tiempo que me das, tu tiempo herido.
A través del libro de poemas Son aymara, de Alfonso Berlanga, he paseado las calles de Bolivia, hablado con sus gentes, me he sentado a la mesa con las familias, he compartido los recelos, preocupaciones, miedos e inquietudes del pueblo bolivariano, sus fiestas y folclore, sus gestas del día a día, he viajado en bus:
¡Obrajes, Calacoto, Cota Cota! / ¡Miraflores, Irpavi, Archumani! / Voceros en minibús, medio cuerpo en cabestrillo, / pregonan su mercancía a los viandantes, / infernal ruido, gasolinazo en el aire / festejo multiforme de carreras encendidas / y gentes que se apiñan en butacas de trapo.
Este poema, me recordó algunos periplos en Quito, Ecuador, donde en cada parada de transporte público, popularmente “el trole” suben y bajan vocingleros y mercachifles a ofrecerte un desmedido arsenal de productos insólitos.
La estructura del poemario son versos dilatados, de métrica generosa con base heptasilábica y sus cercanos endecasílabos y alejandrinos, formato en que discurre una gran parte del poemario. En el segundo capítulo del libro, dedicado a la familia, Berlanga exhibe su maestría con los versos alejandrinos a través del único soneto de todo el poemario. “El primogénito”: Rutilante y altivo, aymará pretensioso, / astuto, caprichoso, enigmático, simple, / profundo en su mirada, en sus ojos de almizcle, / autoritario siempre, callado y perezoso.
En definitiva un libro para conocer e incluso comprender la idiosincrasia de todo un pueblo a través de la mirada poética de un experimentado poeta poeta que nos muestra con maestría los lugares, las tradiciones y costumbres peculiares enraizadas en el canto, la música, la danza; el día a día, el arraigo familiar, la gastronomía, la forma de vestir, el modo de hablar y comportarse del pueblo de Bolivia.
Mientras escribo estas letras, escucho de fondo a Joaquín Sabina, él dice que lo niega todo, y lo afirma con talento y solera, yo mismo, como Sabina, también lo niego todo porque aún no estoy convencido de nada!
Poetas y poesía
Dora Isabel Berdugo Iriarte
Retazos de una mujer perdida en este siglo
Esto que ustedes ven
son los restos de una mujer de ojos grandes
mirada extraviada y profundo tormento
que soñó vivió voló y volvió
no sonríe tampoco llora
comprendió la prudencia de ocultar su tragedia
desconoce lo imposible de no ser pasado
ese pasado que ella es y que no la abandona
Esa será su tragedia
No digas que todo está dicho
No digas que todo está dicho
desconoces el valor de las palabras
cada palabra es única al ser pronunciada
cada palabra tiene su tiempo su día su momento
y también tiene su destino
Cada palabra tiene un cuerpo
una boca un sonido
incluso cada palabra tiene una voz
Con la que aspira a ser escuchada
Estaciones
Al amanecer
en las estaciones del tren
se observa a lo lejos
la entrada de los pueblos
En medio de la bruma
la gente se entrecruza en el camino
El tren se detiene
los pasajeros se suben
se bajan se pierden
En las estaciones del tren
En Madrid un 11 de marzo
a las siete y media de la mañana
La gente desaparece al impacto de la luz
NN
Aquellos ojos míos de mil novecientos diez No vieron enterrar a los
FEDERICO GARCIA LORCA
Este sabor a sangre
que trepa por mí tráquea
me trae el recuerdo
de tu rostro mórbido
Nunca la palidez de un cuerpo
alcanzó la dimensión del tuyo
Tal parece que sangre no tuviste
ni pasado ni presente
Tu vida fue escrita sin memoria
El punto exacto de la muerte
Para muchos el destino del puñal
es labrar la herida
y sacarlo es cruel presagio de una muerte
Corre escóndete
cerca de ti ronda un puñal
su filo se pule con la herida
Escóndete corre
ni el puñal
ni la herida
Desconocen el punto exacto tu muerte.
Terruño
He recorrido esta tierra trecho a trocha
palmo a palmo pueblo a pueblo
conozco sus montes mares ríos
lagos ciudades y sus veredas
He probado de esta patria su risa
su llanto sabores olores
riquezas y sus miserias
de norte a sur de este a oeste
he andado esta tierra
de todos y de nadie
Donde el temor y la zozobra
no permiten
olvidar el rostro de la sangre
Miedos
No te aterres ni sientas asco
al ver sangre derramada
en el pavimento de las calles
ella es solo un líquido rojizo
que circula por tu cuerpo
y aún te pertenece
Pero asústate atérrate corre huye…
Si aún puedes
asústate atérrate corre huye
si aquel que causa las heridas
No ha encontrado nuevas víctimas
Estos poemas perteneces al Libro el Rostro de la sangre.
Mi vida es recuperar tu historia
Dora Isabel Berdugo Iriarte. Cartagena de indias. Abogada. Poeta y teatrista Especialista en Comunicación y Desarrollo, Master en Intervención Social, gestora cultural y redactora cultura e investigadora social. Premios: Segundo Premio en el Primer Concurso Nacional de Poesía Jorge Artel. Primer Premio Nacional, sin edición, XVIII Concurso de Poesía Ediciones Embalaje, Museo Rayo (Roldanillo) 2008. VIII Premio Internacional de Poesía del Mercosur 2014, X premio internacional puente de palabras 2015 y VII Premio Internacional de poesía del Mercosur 2016. Libros Mutaciones (publicado), Por el agujero que se filtran las vivencias (en proceso de publicación en coedición de editorial de Booken de México y el fondo mixto ditrital para la promoción de las artes y la cultura de Cartagena) Encintando Sucesos (inédito). El Rostro de la Sangre (poemario inédito), Anécdotas del Vecindario y Rostros y rastros de los seres anónimos (estos último libros están compilados en la antologia Aproximándome a tus pasos próxima a publicar con Apidama ediciones). Se ha desempeñado como: Docente univeritaria, juez, asesora, tallerista, conferencista, coordinadora académica del Festival de Poesía Negra y Cantos Ancestrales de Cartagena y como abogada independiente. Sus investigaciones apuntan a la construción de sociedad a través del conocimiento del Estado, sus normas, el empoderamiento, la pobreza, la exclusión, la identidad, la acción social y la cultura en Cartagena de Indias.
Conjeturas en el aire
Por Beto Brom
Pasan los días, las horas son sólo un juguete del tiempo transcurrido.
Preguntas sin respuestas, y el camino se achica al vernos pasar.
Tratamos de sobreponernos, el peso nos doblega, nuestra incompetencia es visible a ojos vista.
Donde caímos nació una flor marchita, el sol quiso pero se detuvo en su carrera.
No estamos solos, no obstante la tristeza nos cobija.
Amigos son lo de antes, afirma el zorro viejo, su razón florece bajo la luz lunar.
Ya nos acercamos, el comienzo llegó a su fin.
Risotadas envuelven el bosque encantado.
Ellos, nuestros ancestros, ya están festejando.
Resurgir de la tierra
Ya hace mucho tiempo que la tierra pasó a ser un recuerdo.
Toda una civilización desapareció sin dejar siquiera vestigios de su árida presencia.
Quizás nuevas convulsiones espaciales den las acertadas coordenadas para que emerja una nueva colonia en el universo.
Ello será, sin duda, una reiterada conquista de la naturaleza.
Ignacio Bellido. Aquellos días de Cosmos
Aquellos días de Cosmos
Y sigo sobre el mapa del mundo
en gestos de mendigo
acunando misterios
para morir al fin entre las ánforas.
He buscado este tono
para poder llegar hasta el mensaje
de las ondas del trigo
en mis ruegos de tarde
sentado en un sendero inexistente
cantando con tu voz
aquellos días de cosmos rodeados
perdidos en placer de nuestro cuerpo
acaso en amapolas renacimos
para saber del sol y su mensaje
y entregarnos de ermita.
Cansado
Siempre en la inseguridad de mis monedas
y en las palabras que me roban los montes.
Cansado de doblar mi alma
como gesto de comprensión
acudo al brocal del pozo
para preguntar desde la distancia del agua.
por dios que he de hacer, donde descansar
como acariciar al pajarillo herido
quien es en verdad el dueño de mi cuerpo.
donde descansar cuando mi tumba sea profanada.
Me da miedo mi iphone
Me da miedo mi iphone
lo llevo siempre sobre ,en, mis bolsillos
con vigilancia ordenada y cauta
No es bondad que se sienta vigilado
tiene su orgullo centrado en los chips
y en la memoria, creo que, RAM,
y hasta en las carátulas que lo sostienen.
Por la noche, también en temores,
lo dejo en mi mesilla por si urgencias
pero he ideado una jaula para que duerma
y protegerme.
En magníficas insolencias
y desmanes de abuso
me ha ordenado que no quiere estar allí.
Ahhhh. Aquí mi fantasía, imaginó el cuento
del come iPhone
que pulula las noches por habitaciones confiadas
buscando el sueño entregado de los chips.
¡Lo hago para protegerte!
grité una noche de enconos y rasguños
¡Habrías muerto, en tus circuitos, en tu alma iniciada,
habrías muerto, sentencié ya en finales.
Fingió creerme, calló y cerró memorias
pero sé que espera poder abrir la jaula
para contemplar la muerte de un humano.
Amor invisible
Nunca podré sostener mi cabeza en la mano izquierda.
He reservado este espacio para las petunias
y para tus palabras de amor
cuando el cuerpo ha formado amasijo con la desidia.
Qué bello es poder llegar hasta tu parte invisible
y sellar de labios tu condición eterna
Qué bello es encender un deseo y dejarlo flotar junto a los astros.
Hoy mi día también eterno, es para ti
y acepta las caricias lejos de nuestra tumba.
Al fin hemos podido ser más que un deseo,
en el infinito de las tentaciones,
y renunciar al cuerpo que mintió
al cerrarse la tarde de promesas
Llegando a la locura
Sin saber qué decir,
qué cortar
dónde suplicar o mantener
dónde reposar los rayos
para vivir en tinieblas
dónde al fin encontrar
lo imposible.
En búsqueda de fuerza profana
admiro el misterio de los incunables
y el cuadrado de los arbotantes.
Sin duda estoy llegando
a la sabiduría de la locura
por eso disfruto ignorando la flor
o el gorjeo del pajarillo que reclama
o sencillamente la mano del suplicante.
Soy ese monstruo benévolo
que trata de dominar la poesía.
y sobre la aceña permanezco
para competir con la muerte.
Cortando mi cuerpo
Nada altera la condición del ciego
ni el discurso del político con pierna ladeada.
Todo es un escenario que se redondea
con las obligadas vueltas de elipse
y con la severa mirada del Sol.
Me he puesto a llorar en una esquina.
He cortado mis piernas junto al supermercado
y he roto la inocencia de las gentes .
Soy un monstruo entregado a la verborrea de tardes
que acude en oraciones de consuelo
a la cripta donde está venerado mi cuerpo.
¿Cómo puedo entenderlo?
Estúpida pretensión el brillo oxidado de tus medallas
y las titulaciones por las que mueves las nalgas.
Me producen repugnancia esos cantos fingidos
y sigo cortando mi cuerpo, como gesto universal.
Ignacio Bellido Vicente
Doctor en Medicina por la Universidad de Salamanca con la calificación de "Sobresaliente cum laude". Ha ejercido como profesor de la misma durante tres años y es especialista en Psiquiatría con formación psicoanalítica.
En 1960 acredita sus grandes dotes de actor en la compañía del Teatro Universitario con obras de Brecht, García Lorca, Luigi Pirandello, Lope de Vega o Ionesco. Fue partenaire de la gran actriz salmantina Charo López en la primera obra que ésta representó como actriz. Forma parte del grupo estudiantes con manifiestas inquietudes literarias y artísticas que se agrupan en el "Club de Letras" que albergó el Café Novelty por aquellos años: el pintor Luis de Horna, el pintor y poeta Anibal Núñez, el escritor y periodista José Martín Barrigós, el poeta José Miguel Ullán, el escritor Miguel Cobaleda, junto con el gran fotógrafo e impresor José Núñez Larraz. Animadores de la vida cultural universitaria fueron impulsores, organizadores y participantes de recitales, lecturas teatrales, representaciones de infinidad de autores teatrales y de poetas, así como redactores de las revistas estudiantiles "El Gallo" y "Más" y de la emisión universitaria "Ser y tiempo" en Radio Salamanca, creada y dirigida por Martín Barrigós.
Premios literarios
Premio Tigre Juan (1980), por la novela Jardín de orates. Es una crítica a los hospitales psiquiátricos de la época de la dictadura, y al tiempo una clara muestra de la alienación del hombre en sus necesidades de expresión: Antonio Machado es el paradigma, en forma de libro, de esta novela ISBN 978-84-300-4276-0
XII Premio Internacional de Poesía Miguel de Cervantes (2007), por el poemario “Relativos de duda”, que supone una renovación de las actuales líneas poéticas, aportando una visión del micro y macrocosmos, y de los mensajes del inconsciente.
Obras
Narrativa
Jardín de orates, novela, Premio Tigre Juan, 1980
"Andanzas y decires de Leonardo y Barbarello",conjuntamente con la poeta chilena Norma Duch Roveri.
Poesía
• Nordiso (1969)
• Forma de ser (1985)ISBN: 9788476280096
• Círculos y Cilindros (2004), en colaboración con la poeta argentina Juliana Rodríguez
• Crepúsculos involuntarios (2005)ISBN: 8493374075
• Treinta y seis (2006)
• Relativos de duda (2007), ganador del XII Premio Internacional de Poesía "Miguel de Cervantes"
• Palabra en New Haven. (Fantasía con John Ashbery) (2008)
• En el abismo de la palabra (2012) ALKAID EDICIONES
• Mausoleos del pensamiento (2012) ALKAID EDICIONES
• En el continuum (2014), ALKAID EDICIONES, versión en papel, y versión e-book.
• "Esse est percipi" (2014), PARNASSEDICIONES.
• "La oración del agua"(2015).Lulu.Ed.Raleigh, NC .EE.UU.
• "Las cenizas del laberinto" Lulu.Press.EE.UU.2015
• "El silencio del pentagrama". Lulu Press.NC.EE.UU
• "Días de ingravidez". Lulu Press.Nc EE.UU. 2015
• "Rhapsody in blue" Lulu Press.2015.NC EE.UU.
• "Aburrimiento corporal" Lulu Press.NC EE.UU.2015
• "Abluciones y reverencias". Lulu Press. NC. EE.UU.2015
• "En el Pandemonium".Lulu Press,NC. EE.UU.2015
• "Acuarela sin melodía". Lulu Press.NC. EE.UU.2015
• "La sentencia del Sol".Lulu Press NC. EE.UU.2015
• "Último placer".Lulu Press.Raleigh.NC.EE.UU:
• "Oración y límite". Lulu Press.Raleigh.NC.EE.UU.
• "Burlas en la densidad del misterio".Lulu Press.NC.USA.2015
• "Oraciones apócrifas".LuLu Press.NC.USA.2015
• "El camino y su noche". Lulu Press.NC.USA.2015
• "Mi cuerpo en bolsas de llegada".Lulu Press.NC.USA
• "Las tres moradas".Lulu Press.NC. USA.2015
• "Mis dudas sobre el silencio".Lulu Press NC.
• "Injurias y sonetos". Lulu Press.NC 2015 USA
• "La armonía puede ser un juego de diván".Lulu Press.NC.USA
• "Réquiem de alborada".Lulu Press.Raleigh.NC.USA
• "Poemas para destrozar tu alma".Lulu Press.NC.2015.USA
• "La mirada de la Cruz del Sur"(Poeta en Buenos Aires).Lulu Press.2015.NC.USA
• "Las palabras y el tiempo" (Antología).Lulu Press.NC.USA 2015
• "Quebrado amanecer".Lulu Press.NC. USA 2015
• "Morituri".Lulu Press.2016.NC.EE.UU.
• "Mentes Paralelas" Lulu Press.EE.UU-2016
• "Anomalías". Lulu.Press .EE.UU.2016
• "Desde un cerebro muerto". Lulu Press 2015.EE.UU.
• "Limitaciones".Lulu Press-EE.UU.2016
• "Mensajes de Aarón"-2016.L.P. USA
• "Bajo la luz de un tiempo adormecido" Lulu Press.2106.EE.UU
• "Cantos Colaterales".Lulu Press-USA.2106
• "Salmos de invierno".Lulu Press-NC-EE.UU.-2017
• "El título ha de llegar..."Lulu Press-NC-.EE.UU.2017
Ha participado en varias antologías con poetas de distintos países de habla hispana y catalana, las más significativas son:
• Odaldecir
• Alcor
• Experimento poético
• Nueva poesía Hispano-Americana
• Versos Diversos. Antología del Grupo poético Laie.
• La luna en verso, editada en Granada, 2013.
• Poesia en acció .Barcelona.
• "A Verso Abierto". Buenos Aires.
• Escritores recónditos. Parnass Ed.Barcelona 2016
También ha publicado poemas en diversas revistas, como por ejemplo en el número 13 de la revista de divulgación multitemática ALKAID REVISTA, editada en Valladolid, 2011.
"EXTRAMUROS" Revista Literaria. Nº 43-44.Granada.2009.
"ÁLORA, LA BIEN CERCADA". Revista Internacional de Letras.Nº26.Málaga.2009.
Características de su poética
En el libro "En el Continuum" se destaca, en palabras de la poeta española Pilar Iglesias de la Torre que, "Ignacio Bellido, consciente de su realidad y de la que le rodea, reivindica ese origen cíclico, interminable, procedente del estallido de las supernovas que, después de un largo y complejo periplo en el que da una nota de color al universo, vuelve a ser polvo de nuevas estrellas. Pero, en esa nota de color en el micrómetro temporal en el que se desarrolla, aprovecha para desplegar todo un abanico de matices en el que el yo poético analiza los infinitos fractales que componen el dentro y fuera del uno mismo. Nada escapa a su mirada profunda, conformando el poemario, una suerte de reflexiones, ya procedentes del paisaje interior, ya del exterior del poeta, nos conducen a las preguntas ontológicas por antonomasia que se ha hecho la humanidad a través de los tiempos, tintadas de un marco existencial de firmes valores éticos. No le falta al autor, la ironía, la pregunta que, sobre la melodía de un concertino, se introduce en las alforjas íntimas del lector no dejándole indiferente. Hay una llamada de atención constante al estilo de hilado con el que estamos construyendo el tejido de la sociedad, y a ese ecosistema del que formamos parte indisoluble. Una denuncia de las distorsiones que, en diferentes planos del quehacer cotidiano de los hombres, llevan a un final abrupto de no corregirse. Tampoco huye del autoanálisis, ni del convencimiento de nuestra pequeñez en la inmensidad del cosmos, de ese espacio-tiempo que, ni la física cuántica logra comprender aún en su totalidad. Reivindica la cooperación con el otro, como verdadero encuentro en el que la profundidad de las mentes, pueden desarrollar todo su potencial de valores disfrutando de la sinfonía emocional que permite la verdadera realización del ser. Su estilo metafórico comprende una paleta cromática fruto del amplio devenir que el autor ha ido fraguando a lo largo de la interiorización de tan diversos quehaceres profesionales, culturales, sociales o de ocio, que han sucedido en muy diferentes épocas y territorios de distintos países. Por eso, esa maestría en la fusión de claves y conceptos, hace de la lectura de cada poema un descubrimiento de nuevos matices sensoriales, emocionales o éticos, que le convierten en una reflexión continua, sumergiendo al lector en una poliédrica actitud existencial. Cada poema es un mundo, cada metáfora una espiral, cada verso, un camino. Ignacio, hijo de su tiempo, convierte a la palabra en nexo de unión y tránsito, como semilla hacia el futuro. Hacia esa vuelta a las estrellas y al interior de uno mismo: viaje que trasciende lo efímero del presente en una ecuación armónica."
Sol Barrera. Indulgencias del espejo
Último destello
¿Qué será de mí? Mis varitas están cansadas,
mis conjuros estelares me acompañan,
los trazos en la luna me invitan a cruzar el umbral.
Supe leer el cielo, las estrellas oscuras y los montes del sol,
incluso leí tus ojos, tus silencios y tu voz.
La hoguera está lista, espera por mí,
no saben que voy de luto, no saben que ya morí.
Certeza
Nunca sabré por qué tus ojos me miraban con ternura
y tus palabras me apartaban de ti...
Nunca sabré por qué me decías adiós
llevándote mis labios en tus manos y besando mi frente.
Nunca podré preguntar si me quisiste,
si de tanto amor por mí, preferiste callar y dejarme sola,
y si fue así, entonces me amas con locura
porque estoy en tu ausencia refugiada.
Soltar
Cuando el silencio envuelva mis ojos,
Tus Ojos de Bosque,
las estelas me sonrían,
y susurren los latidos del universo hasta el final...
lanzaré mi soplo
y te liberaré de mi abrazo que había sido permanente.
En fuga
Tiempo libre, sereno, sublime,
tiempo que me abrazas y estrujas a tu antojo,
tiempo infinito que tomas mis sentidos
y confundes mis cielos.
No cedes, y cuando te vayas lo harás de verdad...
por eso, deja que te viva,
deja que te sienta, para que si no te veo marchar,
te lleves mis galaxias y mi libertad...
Deseos
Acuosas palabras fluyen de mí
me vuelvo torpe y sumisa con tu voz,
no quiero polvo, cotidiana espera,
quiero la iluminación espontánea de mis lunas,
tus ojos protectores,
tus ojos legibles,
tus labios de laberinto y oruga,
tu cuerpo tormenta, definido por mis manos,
tu cuerpo de sol que me abraza entre sus rayos,
volviéndome bruma.
Somos el reflejo de Dios por un instante...
cualquiera que sea el Dios y cualquiera que sea el instante.
Valor
...era tan sencillo despertar contando tus veredas,
deslizando mis aromas en tu alma,
destellando lunas misteriosas...
era tan sencillo quedarse, confiar.
DIXI
YTDQZRDINMZO
No me muestren lo que esperan de mí
porque voy a seguir mi corazón.
No me hagan ser lo que no soy, no me inviten a ser igual,
porque sinceramente soy diferente.
No sé amar por la mitad, no sé vivir de mentira,
no sé volar con los pies en la tierra,
soy siempre yo misma,
con seguridad seré la misma pero no igual.
Me gustan los venenos más lentos, como creer;
las bebidas más inciertas, como la verdad;
las drogas más potentes como el amor;
las ideas más insensatas, como ser amada;
los pensamientos más complejos, como el para siempre;
los sentimientos más fuertes
como la libertad compartida.
Tengo un apetito voraz y los delirios más locos.
Pueden hasta empujarme de un risco probando mis alas
y yo voy a decir:
¿Qué más da?...Soy Sol “¡Y me encanta volar!”
Del libro
Indulgencias del espejo. Editorial Trajín, México, 2015.
Sol Barrera es del Distrito Federal. Se acercó a las letras,la danza y el teatro desde pequeña, pero fue hasta su juventud que se atrevió a compartir su cuerpo multidimensional y entonces participó en puestas en escena como La mudanza de Elena Garro.
Ha leído en cafés de la Ciudad de México, en parques y jardines durante los encuentros de teatro callejero, en el Instituto Mexicano de la Juventud, donde conoció a Gerardo Castillo, Jorge Contreras y Francisco de León, escritores, poetas y amigos. También ha participado en el IMER, en los maratones de lectura de la Fonoteca Nacional y en la Biblioteca José Vasconcelos, donde conoció a Gabriela Carrera, quien es actriz, conductora y una amiga a quien respeta por su amor y respeto por el arte.
En su trayectoria tiene colaboraciones en Radio México Internacional, El Creacionista, Trajín Literario. Actualmente administra con otros creadores la página Café rebelde online, y participa con su poesía en Cinco punto Cinco, emisora de radio, y en la página poética La cita con Modesto Zepeda Jr. y Rosario Salazar.
Este trabajo puede nada valer para los demás, pero para ella y sus esferas, es inicio de un nuevo ciclo, con sus pérdidas y sus encuentros, con la posibilidad de cruzar el umbral y seguro su camino hacia el sol.
Shamash Basanti
Trina Lee de Hidalgo. Fuimos
Yo le irradié mi luz desbordada de ideas y vocablos.
El tomó el verbo para convertir los ejemplos en acción.
Fundimos en el recinto del aula mañanera,
la realidad bordada en fantasías.
Volamos en las alas tenues y azules de las mariposas,
absorbimos la transparencia del rocío,
despejamos incógnitas que dormitaban silenciosamente en la subjetividad
y de ella sacamos la dulzura para plasmarla en versos!.
La rima de mi voz cantarina atrapó los pájaros en el aire
para convertirlos en cometa y jugar con ellos en el recreo
y bajo la fronda de los bellos acacios,
todos fuimos niños jugando entre la ronda de los sueños.
Quitamos los colores al arco iris para ilustrar los garabatos del cuaderno
y demostrar que en cada ser humano
hay un artista que ríe, canta y sueña,
mientras la imaginación da nombre a sus estampas.
Vimos fragmentada la ternura hacia cada pupitre ocupado.
La mano sacudió la arena lograda en un traspiés,
y el pañuelo secaba las lágrimas
donde se retrataba la necesidad urgente de cariño.
Experimenté entre ellos vocación
sin medir el tiempo transcurrido en la rutina del salón.
Fuimos estrella, cohete, río cristalino,
hormiga navegando en la hoja seca,
crisálida que se bañó en el polen de la sabiduría
y exploró las virtudes en la fuente de la humanidad.
Fuimos uno solo: maestro, alumno, empeño, acción,
guía, voluntad, experiencia, inocencia,
carácter, picardía, corrección, apoyo,
sonrisa llena de múltiples mensajes de afecto.
En fin, fui el abono, el calor que le dio fertilidad a un semillero
mezclado con la esencia del amor!.
Ana María Manceda Huellas en la Patagonia
Poemas de Ana María Manceda
Huellas en la Patagonia
Hay una huella, hay miles de huellas
¿Cómo se forma un destino?
He sentido, siento, luces y sombras
que hieren, me hieren la piel y el alma.
Me despierto en el amanecer tardío
del sol patagónico
la valentía me eleva,
me energizan los bosques y
los lagos glaciarios.
En las noches patagónicas
las estrellas compiten con los cerros
para mostrar su belleza,
luces y sombras.
Me van doblando los tiempos
de estos largos inviernos.
Nieve y lluvia.
Hay huellas, pero juego a diseñar
meandros de mi río-destino imaginario.
En esta absoluta infinitud
de espacio, de eclécticas historias
geológicas, zoológicas, botánicas
antropológicas.
Hay huellas de la historia trágica
de los pueblos originarios.
Estoy aquí, jugando a un diseño
pero atrapada entre huellas y destino.
Luces y sombras.
En la Patagonia.
En la nieve
La noche está allí, detrás de las ventanas.
La nieve se refleja posada en las hierbas
y cuelgan las estrellas de las ramas heladas de los árboles.
Con solo estirar mi brazo, aún a través del límite de los vidrios
podría tomarlas para adornar mis ojos.
Si la valentía me sorprendiera abriría la puerta
y recostada en la hierba nevada tomaría un baño de luz
sonriendo a la noche con mis ojos adornados de estrellas
que cuelgan de las ramas heladas de los árboles.
Pero sigo mirando detrás de las ventanas.
Mi aliento, llanto de recuerdos empaña los vidrios.
Me rebelo.
Rotos los vidrios estallan en la nieve,
yo también, rota, estallada,
yo también en la nieve, me rebelo.
La gota
Una gota cae de una hoja distraída
lo que importa es mi mirada
que sigue su caída inexorable.
La luz, milagro de veloz materia
en el universo vacío, la enciende
y se prende en ese finito prisma
mi vida.
Con ella van cayendo mis glorias y miserias.
Creo entrever microscópicas lágrimas.
¡ Cuánta pasión vivida!
Goce de existir mirando la gota
en su caída.
Aún no llega al suelo dorado.
Alfombra de otoño,
le queda un espacio de misterio
que mis sentidos deben descubrir.
Aquí estoy, suspendida en el tiempo,
rozando la alfombra dorada
bebiendo cada instante de la hoja que cae.
No me correré, aquí la espero
Hablemos de amor
Hablemos de amor...
Ligeramente, apasionadamente, como quieras
Hablemos, solo hablemos.
Ignoremos por un rato las miserias humanas.
Ignoremos por un rato la pobreza, los suicidios
Sobre todo los del alma.
Hablemos de amor..
De ese amor que nos permita
andar descalzos por la tierra y cobijados de piedad.
Hablemos de amor...
Mientras escuchamos la ligera melodía
que produce el temblor del planeta en su veloz viaje.
Hablemos de amor...
Recostándonos sobre la lava seca y fría
disimulada por hierbas y bosques.
Hablemos de amor...
Quizás aparezcan duendes mágicos
que pinten de colores sonrisas universales.
Hablemos de amor...
Quizás cuando nuestras miradas
Se bañen con gotas marinasnos olvidemos del ligero temblor de la tierra
y vos y yo nos amemos apasionadamente
vos y yo nos amemos de tal manera
que pudiéramos derretir la lava seca y fría
que se esconde debajo de la hierba.
Por ahora solo hablemos... hablemos de amor.
La nostalgia ya no es un pájaro herido
Puede ser tierna, romántica, sepia
pero va lacerando
y el alma ya no existe,
se instala en el estómago, en la garganta
en el sollozo reprimido.
Hay un muérdago y una rosa que te miran
parecen gritar el ¡ Ahora! ¡Ya!
La vida sigue inexorable.
Me pregunto porque no me sumerjo
en este instante,
sintiendo el fluir de mi sangre
sé que mi historia viaja con ella.
Perder el “Ahora”
es un pecado imperdonable.
La nostalgia tierna, romántica, sepia
ya no es un pájaro herido
se transforma en el chantaje
de un monstruo implacable.
Quizás deba invocar a todos los pájaros
que rondan e invitarlos a un mágico vuelo
de libertad.
Ana María Manceda
San Martín de Los Andes, Patagonia Argentina.
Escritora argentina de poesía y narrativa. Co-fundadora de la Fundación San Martín de los Andes. Integrante de la Red mundial de escritores en español. Participa en diversas revistas literarias por Internet. Elegida con MENCIONES DE HONOR y PRIMEROS PREMIOS participa en más de 30 Antologías colectivas, dos libros de cuentos personales obtenidos en primeros premios internacionales y una novela. Su próximo proyecto: publicar su libro de poemas.
Manuel Salinas Piedra viva
Para Antonio Carvajal.
Es la inocencia la única verdad, asombro
que da sentido al mundo, milagro
del dolor que rinde su fruto azul, guirnalda
donde el aire florece. Y la rosa,
siempre rosa, y la hormiga, hormiga siempre.
Es entrega la inocencia, tapia del paraíso,
agua desgajada de la más alta luz; la belleza
duele en pleno gozo, en pleno
canto, sin pauta, aguda y grave
herida, siempre herida, rosa, rosa siempre.
Es lugar sagrado la inocencia, audaz ruiseñor
que, entre dragones amarillos, apaga el miedo,
libre de perderse, de ser hallado, libre; cielo,
hondo cielo, cielo siempre. La belleza
es verdad sólo si duele.
Poética: aventura y leyenda
La palabra es río
y se demora en el aire como un pájaro.
Aves y peces son de un mismo linaje,
pertenecen a lo hondo.
Ay, y yo sólo miro el agua, el agua
que tiembla. El aire. En las manos,
el aire.
Manuel Salinas
(Del libro: “Viviré del aire”).
Manuel Salinas
Poeta español, nacido en Granada. Licenciado en Filología Románica es Doctor por la Universidad de Málaga e imparte clases como Catedrático de Lengua y Literatura españolas.
Ha publicado los siguientes poemarios: Edelvira (1975), Los espejos fingidos (1985), Esplendor de la tristeza (1984), La reina del Havana Ron Club Mambo (1997), Zulo de noviembre (1988), El mar en los hangares (2004), Viviré del aire (2013 y 2014), Y portuguesa el alma (2016) y Música hilada (2017).
Música hilada, es una antología que recoge lo esencial de los poemarios anteriores, tras un largo proceso de reflexiva depuración. Gran parte del poemario Viviré del aire fue publicado por la revista literaria “Abril” de Luxemburgo; posteriormente, en 2013, fue íntegramente publicado en Estados Unidos de Norteamérica, donde fue galardonado como el mejor libro en lengua extranjera.
Ha colaborado con Radio Nacional de España. Dirigió la colección de poesía “Solarium” (Papeles de poesía) y la revista “Tanit” (Materiales para la cultura). Actualmente dirige la colección de poesía “Puerta del Mar” de la Diputación de Málaga, ciudad donde reside hoy.
Efemérides
Desnudo de tiempo
El libro que esperó por casi 36 años para ver la luz
por Lázara Ávila Fernández
José H. Garrido el poeta de la ternura, el asombro y la nostalgia
(...) veo raicillas rompiendo el terrón húmedo,
raicillas hundiéndose en mis ojos que no podrán, no,
ver esa mañana en que ya no andaré yo sobre la vida.
(José H. Garrido, 1952-1979, Pinar del Río, Cuba)
José H. Garrido partió tempranamente, apenas con veintisiete años de edad. (Había nacido el 13 de abril de 1952). Pepe, como le recuerdan sus más cercanos, con premonición habló de la muerte, de esa que le cortó el aliento, pero que no consiguió apartar de la memoria de sus amigos y familiares el recuerdo del hombre y del poeta, aun cuando pareciera que su obra quedaría en el olvido.
Desnudo de tiempo es el nombre del texto que recoge sus versos y que fue presentado en 2016 durante las actividades de la Feria del Libro de Pinar del Río, en la más occidental de las provincias cubanas.
La muerte aprehendió al poeta y también arquitecto en 1979.
Garrido es recordado no sólo por sus letras. Su impronta ha quedado en algunos inmuebles de la capital pinareña como por ejemplo el de la Sede Universitaria (Universidad de Pinar del Río Hermanos Saíz Montes de Oca), cuyo incipiente embrión fue proyectado por él en la década de los setenta.
Su hermana Carmen rememora que además estuvo muy involucrado como arquitecto en lo que se conoce como el Instituto Superior Pedagógico de Pinar del Río:
—“No vio terminado ninguno de los dos…”, —dice.
El ajedrez fue otra de sus pasiones, también el teatro.
José H. Garrido es el poeta de la ternura, el asombro y la nostalgia. Así escribió la poetisa cubana Fina García Marruz en el prólogo de una recopilación de la obra de Garrido, que a raíz de su muerte fuera enviada al Papa en nombre de los jóvenes católicos de Pinar del Río. Y fue firmado, asimismo, por el poeta, escritor y ensayista Eliseo Diego y por el poeta, narrador, ensayista y crítico Cintio Vitier.
Carmen explica que el “prólogo se lo pidió a Fina el padre José Conrado Rodríguez Alegre por quien estuvo invitado a Santiago de Cuba y con quien tuvo el accidente”.
Garrido había viajado hasta el oriente de Cuba para hablar sobre José Martí a los jóvenes católicos.
El espacio literario “Té con letras” del escritor cubano Nelson Simón fue el que abrió la puerta para que la obra de Garrido llegase a más y se rompiera el silencio institucional que marcó su camino por más de treinta años.
En un post que fue publicado en las redes sociales en 2016 su hermana Carmen escribió:
“Los amigos saben que han pasado casi 36 años de su muerte y hasta ahora no se habían publicado por parte de una Editorial estatal los poemas que llevaba con él, seleccionados, corregidos, y entregados ya a Letras Cubanas, pero sus poemas, por lo menos buena parte de ellos, han ido conociéndose de persona a persona y en el vigésimo aniversario de su muerte por Vitral, Editorial de la Iglesia Católica.
Siempre queríamos ver que se publicaba por lo menos parte de su poesía, como un reconocimiento social que merecía y no había alcanzado por irse prematuramente, pero era un muro que por lo menos yo no fui capaz de penetrar y así pasaron y pasaron años y llegaron nuevas personas y muchos jóvenes poetas y me daba la impresión de que era absurda e injustamente ignorado, porque cuando recibía alguna promesa de publicación, no se llegaba a concretar.
En uno de esos días en que uno no sabe qué hacer, me llevaron mis pasos hasta la puerta de Nelson Simón, el querido y excelente poeta, que me recibió con mucho cariño y le pedí (la verdad con una pena tremenda) que me ayudara a sacar adelante la memoria de mi hermano. Ni sabía bien qué estaba pidiendo, pero igual él estuvo de acuerdo y quedamos en vernos al día siguiente en la sede de la Casa Hermanos Loynaz. Cuando llegué ya Nelson estaba y me presentó a Kike, el Director, y otras personas que lo acompañaban, les cuento que la promesa de la publicación me la hizo Kike antes de comenzar la conversación general, en cuanto supo de quién era hermana a pesar de no haberlo conocido ni saber detalles de su obra. A partir de ahí Nelson dedicó a él tiempo en sus tertulias y fue preparando condiciones para una muy especial en el espacio Té con Letras.
Se mantenía lo de la publicación y un buen día se me dijo que el editor sería José Raúl Fraguela, muchos de los amigos lo conocen y saben que no sólo es inteligente sino una excelente persona y así se ha comportado, ha venido hasta mi casa (vive en Guantánamo) a traerme el prólogo y siempre en contacto por teléfono y por correo con la amabilidad y bondad que le caracterizan, y ha dedicado a este libro mucho de su tiempo.
Llegó el momento de la publicación y un día me llamaron para hacer el contrato, después vi que se estaba imprimiendo y la verdad mientras más cosas sucedían menos lograba ver el momento final, me pagaron los derechos de autor, llegó el día de la presentación. Iba con mi familia por la calle hacia la Casa del Joven creador donde se presentarían varios libros de poesía y no lo hablé, pero sentía que cuando llegara no se haría, era miedo, pero me equivoqué, se hizo una presentación preciosa en la que Fraguela leyó el prólogo, que lo hizo con deseos porque le quedó muy bien, muy completo y muy sentido, con una carga de afecto que agradeceré siempre.
Entre los que participaron en la realización de este sueño no hay ninguna persona que lo haya conocido ni que tuviera compromiso alguno y sin embargo actuaron como si así fuera.
Por ahora no tengo cómo poner el libro en esta página pero sí les daré muy pronto el link del video de ese día, quizás no lo oigan perfecto. Queda mucho por hacer y a él le queda mucho por decir, todo está atesorado y un poemario completo en su voz, quién sabe si un día se podrá hacer un disco de todas formas soñar no cuesta nada perfecto a pesar de que un amigo lo limpió bastante, porque figúrense qué bulla con un parque de diversiones enfrente, podrán ver y escuchar a Kike y a Fraguela leyendo el prólogo y me gustaría que le pusieran mucha atención, porque después de eso queda poco por decir. Mis palabras como hermana están ahí.
Sé que el agradecimiento a las personas que convirtieron ese sueño en realidad no es sólo familiar, los amigos de José H Garrido también lo sienten y les pido que compartan todo lo que encuentren de él con sus propios amigos para extender su memoria hasta donde seamos capaces y así tenerlo un poco más entre nosotros.
MUCHAS GRACIAS”.
Les devuelvo mis cosas, mis palabras
José H. Garrido
Les devuelvo mis cosas, las palabras...
Como un recuerdo del sitio de la infancia
será el día en que vuelva a la tierra, absorto, nuevamente.
¿Qué obstinado esplendor podrá bastarme?
¿El musgo,
el helecho al borde del cantero,
los libros que marqué, con rojo, enfurecido,
lo que dije, lo que no,
lo que me inventen si quisieran aumentar un tanto el dato,
podrán bastarle al aprecio que aquí pongo?
Ahora que me fui —perdón, sin despedida—
permítanse olvidar cierto brillo aparente
que viene del más allá sobre las fotos en que logré
el estar callado, quedo eternamente,
lo que más bien pude ahorrarles, junto al rato.
Me voy, hermanos, amigos que me padecieron
la costumbre de no cerrar los ojos siquiera el día final
en que me muero. ¡Qué no me cierren los ojos!
Les miraré encima
lamentar que dejo sólo una llovizna de palabras dichas
cuando estaba en vida. En fin, aquí tienen todo:
zunzunes y flores, mínimos poemas que grandes no pude,
y un tenaz desaire para quien escuche ecos en la cima.
Como si asomara a una casa en la memoria
a la tierra palabra y aire le devuelvo,
nunca fueron mías a más que prudente le oculté la puerta.
Así que desnudo de tiempo y palabra
tengo al cabo el premio de no tener nada
más que lo que he dado.
Vengo a ustedes, vuelvo:
veo raicillas rompiendo el terrón húmedo,
raicillas hundiéndose en mis ojos que no podrán, no,
ver esa mañana en que ya no andaré yo sobre la vida.
Especial Miguel Hernández en el 75 aniversario de su muerte
Especial Miguel Hernández
en el 75 aniversario de su muerte
Recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo a plena luz, es un deber de España, un deber de amor. Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de Orihuela cuya estatua se levantará algún día entre los azahares de su dormida tierra. No tenía Miguel la luz cenital del Sur como los poetas rectilíneos de Andalucía sino una luz de tierra, de mañana pedregosa, luz espesa de panal despertando. Con esta materia dura como el oro, viva como la sangre, trazó su poesía duradera. ¡Y éste fue el hombre que aquel momento de España desterró a la sombra! ¡Nos toca ahora y siempre sacarlo de su cárcel mortal, iluminarlo con su valentía y su martirio, enseñarlo como ejemplo de corazón purísimo! ¡Darle la luz! ¡Dársela a golpes de recuerdo, a paletadas de claridad que lo revelen, arcángel de una gloria terrestre que cayó en la noche armado con la espada de la luz!
Pablo Neruda
El 28 de marzo, se cumplió el 75 aniversario de la muerte del poeta Miguel Hernández en la cárcel franquista de Alicante.
Miguel Hernández Gilabert nació un 30 de octubre de 1910 en Orihuela, en el lecho de una familia humilde en la que la necesidad laboral apenas dejaba tiempo para la educación. Pero eso no impidió a Miguel desarrollar un exquisito gusto por la poesía clásica española.
Un fatídico día 28 de marzo, Miguel Hernández fallecería, se le dejó morir sin miramientos, sin más atenciones que su propia suerte, a la edad de treinta y dos años en Alicante. Corría el año 1942, y España se quedaba sin uno de los mejores dramaturgos de su historia.
Desde jovencito, Miguel mostró no sólo una insaciable pasión por la poesía clásica, sino también una sensibilidad especial para ser él mismo quien la compusiera. Pronto empieza a formar parte de la tertulia literaria de Orihuela, donde conoce a Ramón Sijé, de quien se haría gran amigo.
A partir de 1930, a la edad de veinte años, empieza a publicar poemas cortos en revistas como El pueblo de Orihuela o El Día de Alicante. Animado por cierto reconocimiento provinciano, viaja a Madrid lleno de ilusiones el 31 de diciembre. Pero en Madrid supo Miguel Hernández lo que es pasar hambre, recorría las calles de la capital de España con una carpeta bajo el brazo en busca de un editor que le diera una oportunidad; al no poder conseguir un empleo regresa a Orihuela el 16 de mayo de 1932; no obstante esa primera tentativa en la capital de España le vale a Miguel para conocer a poetas de la Generación del 27 y tomar experiencia para su primer libro que publica en 1933: “Perito en lunas”. Ese mismo año regresa nuevamente a Madrid con nuevos bríos y traba amistad con Vicente Aleixandre que a su vez le ayuda a introducirise en el mundo literario, y tiene la oportunidad de conocer a Pablo Neruda quien de alguna manera encauza su ideología política hacia el comunismo.
Establecido en Madrid, con continuas colaboraciones en distintas revistas, Miguel Hernández encuentra tiempo para escribir varias obras, entre las que destacan El silbo vulnerable, Imagen de tu huella y El rayo que no cesa.
Conmueve saber que García Lorca no solo no sintiera simpatía por el poco refinado poeta de Orihuela, sino que tampoco sentía simpatía por la obra de Hernández. No obstante encontró mejor acogida en el pintor Benjamín Palencia y de manera especial en la pintora surrealista Maruja Mallo (de quien se dice que fue amante) y en María Zambrano, filósofa y ensayista española. Etiquetaron a Hernández como un poeta cabrero, autodidacta y pobre, pero ni era autodidacta ni venía de familia pobre, aunque sí austera, estos extremos los aclara el escritor José Luis Ferris, autor de “Miguel Hernández: pasiones, cárcel y muerte de un poeta” en una nueva edición ampliada de la biografía que escribiera hace 12 años, desmitifica algunos tópicos sobre la figura de Miguel Hernández y su relación, por la que rompió su relación de noviazgo con Josefina Manresa, que finalmente fue esposa y madre de sus dos hijos. “Al conocer a Mallo, -sostiene José Luis Ferris- Hernández se encuentra con la reivindicación de aquello de lo que él quería desprenderse: lo rural. El universo de Mallo en su muralismo, aquellas espigas y aquel mundo marítimo, es el mismo universo de Hernández y es que un cuadro de Maruja Mallo es un soneto de Hernández”. Mallo es considerada como artista de la generación del 27 y una artista de la denominada vanguardia interior española.
Cuando estalla la Guerra Civil, Miguel decide tomar parte activa de la misma, lo que le obliga a abandonar el país cuando ésta termina. Por desgracia es descubierto en la frontera con Portugal, donde es detenido y sentenciado a pena de muerte. Y, aunque su condena fue conmutada por una pena de treinta años de prisión, jamás llegó a cumplirla, ya que la tuberculosis acabó con el poeta el 28 de marzo de 1942 en una fría prisión de Alicante.
Poemario póstumo
No es uno de los libros más conocidos pero "El hombre acecha" (1938-1939), es un poemario póstumo de Miguel Hernández. se trata de un libro imprescindible para entender la angustia vital del poeta presagiando que se avecinaba la derrota republicana. Nos habla de la brutalidad de la guerra, del desencanto, del hambre, de los heridos y de los culpables, es un libro donde Miguel demuestra ser un poeta juicioso, vigoroso, sencillo y asequible al lector medio con expresiones rotundas por haber vivido directamente el sufrimiento en los frentes de batalla.
Hasta 1979 no se conoció por completo “El hombre acecha”, a causa del censurado poema “Los hombres viejos”, poema clave de este libro, poema de denuncia ante las viejas tradiciones, burlas al poder, y recomendaciones de los que eluden la lucha.
Está considerado “El hombre acecha” como una segunda parte de "Viento del pueblo" (1937), algunos críticos lo han llamado el reverso o el envés de este poemario al considerar que los dos poemarios forman un “corpus épico” resultado de su experiencia y de una cosmovisión poética común: la de denunciar los abusos y funestas consecuencias de la guerra.
Anécdota. El día que fusilaron a Miguel Hernández
A Miguel Hernández algunos le dieron por muerto y fusilado, tres años antes de fallecer en Alicante. Quizá fue un error o un malentendido, pero la cuestión es que algunos intelectuales exiliados a Cuba pensaron que Miguel Hernández había sido fusilado en Madrid el 20 de julio de 1939, cuando en realidad el poeta murió en marzo de 1942 en una cárcel de Alicante.
La noticia causó una gran conmoción hasta el extremo de que se organizó un homenaje y se editó un libro de poemas póstumos del poeta, sin ser póstumos en realidad. La noticia prematura de su fallecimiento apareció publicada el 6 de agosto 1939 en la revista Carteles. En ese ejemplar, y firmado por Alejo Carpentier, venía una información titulada La muerte de Miguel Hernández, en la que Carpentier escribió que “el gran poeta campesino español, fue fusilado el jueves 20 [de julio] en Madrid por sentencia de un consejo de guerra. Delito: haber sido miliciano en la guerra”. El escritor cubano escribió en aquel artículo que, con las muertes de Hernández y Federico García Lorca, “perdieron las letras españolas a sus primeros poetas jóvenes”.
Musicalización de los poemas de Miguel Hernández
Los poemas de Miguel Hernández ha sido cantados y musicalizados por muchísimos músicos, cantaores, cantantes… entre los que podemos mencionar a Jarcha en su álbum Libertad sin ira. El cantaor Enrique Morente que rindió un Homenaje flamenco a Miguel Hernández. Joan Manuel Serrat que valientemente en 1972 nos sensibilizó a toda una caterva de adolescentes adiestrados por el régimen de la imperante dictadura franquista. Dos años antes, en el 71, y como premonición del golpe de estado del fascista Augusto Pinochet contra el gobierno electo del socialista Salvador Allende, el cantautor Víctor Jara musicalizó el poema “El niño yuntero” en su álbum El derecho de vivir en paz. Así otros muchos cantantes como Adolfo Celdrán, Poncho, el rapero Nach, el cantaor Miguel Poveda o la joven cantante Silvia Pérez Cruz con una versión emocionante de la elegía a Ramón Sijé.
También el cantautor jienense Paco Damas, con la colaboración en el prólogo del malogrado Juan Gelman, y las voces de la cantante española Pastora Soler y el mismísimo Luis Eduardo Aute, reedita en este año 2017 su disco "Tristes Guerras" (2009) con motivo del 75 aniversario de la muerte del poeta de Orihuela. El título del disco resume el espíritu de la obra de Miguel Hernández en palabras del cantante: "Tristes Guerras… Tristes, tristes guerras las que nos acosan día a día. Las guerras, esas guerras globales y personales que nos invaden y nos arrollan hacia una encrucijada de tristeza vital. La obra de Miguel Hernández está llena de luz, de ternura, de amor… Una invitación, 75 años después de su muerte al diálogo, a la palabra, a la no violencia, a la conciliación entre seres humanos".
CARTA IMAGINADA DE NAZIM HIKMET, EL TURCO, A MIGUEL HERNÁNDEZ, EL ESPAÑOL.
Camarada Miguel: ¿Qué bálsamo desprenden los álamos de España?
¿Cuál es la dimensión de sus raíces?, ¿Te deja sin resuello su fragancia?
¿Cómo es la historia en las calles de España? ¿Se presume, Miguel?
¿Puede uno comprenderla cuando pasea al mediodía?
Y los niños, Miguel, ¿sonríen acaso? ¿Dan un beso a sus padres
antes de anochecer y luego se divierten en sus sueños?
¿Cómo lloran las esposas de los combatientes en tu tierra?
¿Lloran con esperanza, les nace un arco iris detrás de la tristeza?
¿Se escabullen del tedio y del horror y vuelan lejos
como las mariposas de alas verdes que imaginan el aire?
¿Qué gemidos exhala la tierra humedecida de tu patria?
¿Lo recuerdas Miguel, te asomas más allá de los barrotes?
¿Cómo cantan los pájaros de España? ¿esperan a posarse,
o simplemente en vuelo ejercitan las cuerdas para luego?
Si tu hijo y el mío se encuentran una tarde aquí en Turquía
o allí, en tu hermosa patria, ¿sabrán por qué no viven ya sus padres?
¿Se abrazarán, Miguel sin conocerse porque tira la sangre de poeta?
Buena suerte Miguel, mi hermano en la desdicha y en los sueños.
No olvides referirme la textura que tienen las hojas de los álamos,
los sueños de los niños españoles, las alas verdes de las mariposas,
el canto de los pájaros, y cómo va la historia por la calle.
Cuídate de esa tos que yo me cubro de noche el corazón.
Autor: José Junco Ezquerra. España.
Posteado en fecha 14-03-2010 12:15:33 en el portal de poesía www.poetasdehoy.com por su autor el poeta canario Pepe Junco Ezquerra quien nos comentó además que el origen de esta carta imaginaria es muy sencillo: “ambos poetas pasaron por las mismas vicisitudes en un tiempo histórico coincidente, aunque Hikmet era ocho años mayor. Se me ocurrió pensar que esa carta podría haber sido efectivamente escrita. Salud”.
No cesó tu rayo ni tu aliento
Nos das con tu palabra sin barreras
una canción, tan última o primera
que siendo sangre, verso y canto fuera
conciencia de la patria que abanderas.
Nacida para el luto fue la estampa
de coplas y palabras con tu anhelo;
perito en lunas de tan corto vuelo
que caídas tus alas en la trampa,
sin cordura ni juicio en sus inquinas,
te infringieron oprobios sin piedad;
para el pueblo, Miguel, que fuiste viento
al que el hombre acechó con sus espinas
no pudieron robar tu libertad
pues no cesó tu rayo ni tu aliento.
A Miguel Hernández (30-10-1910/28-03-1942) en el centenario de su nacimiento.
© Alonso De Molina 2010
Selección de poemas de Miguel Hernández
Vientos del pueblo
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.
No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.
El niño yuntero
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.
Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.
Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.
Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.
A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.
Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.
Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.
Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.
Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.
Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.
¿Quién salvará este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
La boca
Boca que arrastra mi boca:
boca que me has arrastrado:
boca que vienes de lejos
a iluminarme de rayos.
Alba que das a mis noches
un resplandor rojo y blanco.
Boca poblada de bocas:
pájaro lleno de pájaros.
Canción que vuelve las alas
hacia arriba y hacia abajo.
Muerte reducida a besos,
a sed de morir despacio,
das a la grama sangrante
dos fúlgidos aletazos.
El labio de arriba el cielo
y la tierra el otro labio.
Beso que rueda en la sombra:
beso que viene rodando
desde el primer cementerio
hasta los últimos astros.
Astro que tiene tu boca
enmudecido y cerrado
hasta que un roce celeste
hace que vibren sus párpados.
Beso que va a un porvenir
de muchachas y muchachos,
que no dejarán desiertos
ni las calles ni los campos.
¡Cuánta boca enterrada,
sin boca, desenterramos!
Beso en tu boca por ellos,
brindo en tu boca por tantos
que cayeron sobre el vino
de los amorosos vasos.
Hoy son recuerdos, recuerdos,
besos distantes y amargos.
Hundo en tu boca mi vida,
oigo rumores de espacios,
y el infinito parece
que sobre mí se ha volcado.
He de volverte a besar,
he de volver, hundo, caigo,
mientras descienden los siglos
hacia los hondos barrancos
como una febril nevada
de besos y enamorados.
Boca que desenterraste
el amanecer más claro
con tu lengua. Tres palabras,
tres fuegos has heredado:
vida, muerte, amor. Ahí quedan
escritos sobre tus labios.
Llegó con tres heridas
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
En febrero del 2011, La nuera del poeta Miguel Hernández, Lucía Izquierdo, declaró a diferentes medios de comunicación que la decisión del Tribunal Supremo de no autorizar la interposición de un recurso de revisión de la sentencia que condenó a muerte al poeta, "supone una segunda condena a muerte" para el escritor.
La señora Lucía Izquierdo realizó estas declaraciones tras la decisión anunciada por la Sala Quinta o de lo Militar del Tribunal Supremo (TS) de denegar a los familiares del poeta la autorización de revisión de la sentencia por la que fue condenado, en enero de 1940, a la pena de muerte.
"A la familia nos ha parecido muy mal la decisión adoptada por el TS, ya que ha supuesto una segunda condena a muerte para Miguel Hernández", ha manifestado.
Los familiares del poeta y la Comisión para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante vienen pidiendo desde hace años la revisión y anulación de la sentencia de pena de muerte al considerar insuficiente la Declaración de Reparación y Reconocimiento Personal del poeta que el Gobierno les había entregado en marzo de 2010, cuando se cumplieron cien años de su nacimiento
Especial Miguel Hernández
Poemas musicalizados
• «Andaluces de Jaén», musicalización del poema «Aceituneros», realizada por el grupo Jarcha en su álbum Libertad sin ira.
• Homenaje a Miguel Hernández por Adolfo Celdrán, Movieplay-Fonomusic, 1976.22
• Homenaje flamenco a Miguel Hernández, por Enrique Morente (1971). Poemas de Miguel Hernández. Guitarra de Parrilla de Jerez y Perico el del Lunar.
• Miguel Hernández, por Joan Manuel Serrat (1972). Poemas de Miguel Hernández. Arreglos y Dirección Musical: Francesc Burrull.
• «El niño yuntero», musicalizado por el cantautor chileno Víctor Jara en su álbum El derecho de vivir en paz en 1971, además la bellísima versión de Joan Manuel Serrat, en su álbum Miguel Hérnandez, volumen 1. También una de las últimas canciones de Jara, «Vientos del pueblo», donde canta sobre la posibilidad de una guerra civil o una dictadura fascista en su país (predicción que se haría triste realidad en septiembre de 1973), está inspirada por un poema homónimo de Hernández.
• «Carnívoro cuchillo», poema aparecido en El rayo que no cesa fue transformado en canción por el cantante Poncho K en su disco Cantes valientes del año 2007.
• Hijo de la luz y de la sombra, poema dedicado a Josefina Manresa (Serrat, 2010).23
• «Hoy converso con Miguel», Nach. Canción homenaje al centenario del nacimiento del poeta.24
• «Tierra y sangre». Homenaje del cantante y guitarrista Fraskito, quien pone música flamenca a los poemas del poeta.25
• «Compañero (Elegía a Ramón Sijé)», Silvia Pérez Cruz. Canción homenaje a su amigo Ramón Sijé.
• "Para la libertad". Del cantante Miguel Poveda.
• "Bajo el rayo que no cesa" título del disco del poeta y rapero Sharif Fernández. Rescató "El rayo que no cesa" para inspirarse en dicho título.
Selección de textos y poemas: Equipo de redacción
Enlace a descarga del libro póstumo de Miguel Hernández
Cancionero y romancero de ausencias
Palabras Prestadas
Lo bello y lo triste
Yasunari Kawabata
Antes de llegar a los treinta años, Otoko comenzó a usar siempre quimono, de modo que su esbeltez ya no resultaba tan evidente como cuando usaba faldas o pantalones.
Con todo, era innegable que adelgazaba mucho todos los veranos. Ahora, aquel fenómeno la hacía pensar en su madre muerta.
Verano a verano, la debilidad y la pérdida de peso de Otoko se iban haciendo más notables.
– ¿A qué tónico se puede recurrir para evitar esto? –Preguntó a su Madre en una oportunidad–. En los periódicos aparecen avisos de muchas medicinas... ¿has probado alguna?
–Supongo que algo ayudarán –respondió la mujer con vaguedad y luego de una pausa prosiguió con tono diferente–: Otoko, la mejor medicina para una mujer es el matrimonio.
Otoko permaneció en silencio.
– ¡El hombre es la medicina que da vida a la mujer! Todas las mujeres tienen que consumirla.
– ¿Aun cuando se trate de un veneno?
–Aun así. Tú ya probaste el veneno y aún no lo admites, ¿no? Pero yo sé que puedes encontrar un buen antídoto. A veces se necesita un veneno para contrarrestar otro veneno. Quizás el remedio sea amargo, pero tienes que cerrar los ojos y tragarlo. Es posible que experimentes náuseas y creas que no te va a pasar por la garganta.
Fragmento
Lo bello y lo triste
Yasunari Kawabata
Premio Nobel de Literatura 1968
Rodaje en dos tomas
Alonso de Molina*
(Las 03'14 h) Tic...tac...tic...tac..._______________ ¡Silencio!
Sssssshh...___________________________________________ ¡Se rueda!
Ya te has dormido, lo sé.
Oigo tu respiración pausada y lenta.
No recuerdo haber visto jamás una imagen tan hermosa
como la tuya,
precipitándote al borde del Sueño.
La habitación parece _________________________________ Un escenario
que se llena cada vez más de ti.
Tú, en cambio,
pareces casi ausente _________________________________ casi vacío
Es ahora el azar quien te arrastra
al reino de la fantasía, y yo,
devastada por este deseo,
quisiera viajar hacia tu sueño,
contigo, _____________________________________________ Solos tú y yo
y volar, volar, volar a ese lugar
donde el pecado no existe.
Tu alma estaba predestinada
a sumergirse
en ese mundo mago
al que no puedes llevarme.
¿Qué puedo hacer? ______________________ ¿Ensayamos la escena del beso?
...Hum...Sí,
voy a besarte.
De ese modo viviré
mi propio instante de felicidad.
Tú ni te darás cuenta.
¿Es pecado robar un beso? _____________________ ¡Sí!
¡Me da igual! (Te beso)
Sigues dormido y ni te has enterado
de que se han unido
durante un segundo
nuestras bocas._______________________________ Nuestras bocas sedientas
(Las 03'15 h) Tic...tac...tic...tac…
Las agujas del reloj
se han encontrado en un mismo punto___________ Se besan desesperadamente
y se diría que incluso se han acariciado.
Un segundo las ha unido;
el mismo segundo que unió mis labios
a los tuyos.
Sigues dormido, sí.
¡Pareces tan ajeno al mundo!
Mientras me relamo siento tu respiración
cada vez más profunda.__________________________ ¿Repetimos?
No debería,
pero creo que voy a volver a besarte ahora,
ahora que para tí el tiempo no pasa.
El tiempo... el tiempo...
¡Maldito verdugo que ha de despertarte!
(Las 03'16 h.) Tic...tac...tic...tac...___________ ¡Silencio!
Sssshh.... _______________________________________ ¡Se rueda!
*Este formato utilizado por AM en el año 2001 -paralelpoemapípedo- se puede leer como es normal de izquierda a derecha pero también en dos columnas, como si fueran dos poemas diferentes.
Instrucciones para llorar
Julio Cortázar
En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas.
Julio Cortázar
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.
Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
Apuntes de fuego
Tomas Tranströmer
Durante los meses tristes, centelleó mi vida sólo cuando hice el amor contigo.
Como la luciérnaga se enciende y se apaga, se enciende y se apaga-
a medias puede uno seguir su camino
en la noche oscura del olivar.
Durante los meses tristes, estaba el alma desesperada y sin vida
pero el cuerpo caminó directo hacia ti.
El cielo de la noche rugió.
Sigilosamente ordeñábamos cosmos y sobrevivimos.
Tomas Tranströmer
Premio Nobel de Literatura 2011
Pienso en tu sexo. César Vallejo
César Vallejo
Pienso en tu sexo.
Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,
ante el hijar maduro del día.
Palpo el botón de dicha, está en sazón.
Y muere un sentimiento antiguo
degenerado en seso.
Pienso en tu sexo, surco más prolífico
y armonioso que el vientre de la Sombra,
aunque la Muerte concibe y pare
de Dios mismo.
Oh Conciencia,
pienso, sí, en el bruto libre
que goza donde quiere, donde puede.
Oh, escándalo de miel de los crepúsculos.
Oh estruendo mudo.
Odumodneurtse!
Gracias por venir.
De Sur a Sur Revista de Poesía y Artes Literarias agradece tu visita.
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