domingo, 9 de septiembre de 2012

_La lenta evolución de los instantes (Ascensión al Aneto)








Era un zigzagueo de piedras entre el sonido manso del agua
y el sereno perfil del inicial creciente de la luna.

Prestos a ser origen atravesamos rápidos
 un bosque nebuloso, hermético y confuso,
de persistentes muecas y silencios abiertos.
El alba consentía en adaptar sus formas
para escoltarnos paso a paso sobre la roca y sus misterios.

(Si el albor prorrogara el tiempo de esta efímera luz se hundiría  mi rostro en cuadrantes y mapas apremiando en atajos los perfiles de agosto. Estalla la ventisca sobre el aire y el sol, el ocaso se aleja  de nuestros pies cansados descifrando la danza que persigue la niebla ¿Cómo dejar de sonreír ante la luz descalza surgida del glaciar?).

Quiero correr, llegar
a las puertas del viento que circundan tus piedras,
rebasar el mercurio, el argento metal de las inertes cumbres.
Pero pesan mis pies
entre las aguas nómadas que bajan impacientes
acariciándose en los huecos de surco en surco,
puliendo las heridas del severo perfil de tus pinturas.

Sé de mi sangre y pulso, esa marea viva
que pretende volverse al punto de partida
yendo del vértigo a la calma, a la tempestad
de ese influjo interior que nace de los sueños,
cansada luz sin lengua y sin oídos afrontando el vacío,
creciendo en los abismos de la raíz exacta de los miedos.

(La carnívora historia, tan ausente en mi boca, mostrará impasible su más frío color sobre las desaguadas cumbres; y en sus bases las vetas del desierto, apuntando a las nubes, cantarán su victoria).

Sin sopor ni recelos se dividen los astros
y el vértigo se mueve como inquieto presagio
entre la nieve, el aire, el agua,
la roca y la ventisca.

Siendo llamados a la piedra que respira, 
nuestros ojos y oídos son un norte de luz
que nos regresará al vértigo
como una indefinida danza imprecisa e inquieta.
Con todo el hambre junto,
 te das cuenta que estás solo.
Sin espejos, sin lluvia, sin promesas,
no existirá el mismo río ni el mismo barro
ni la misma piedra.

(Me recuerdo  abstraído en tu pecho vislumbrando tus cauces y macizos y yo, que solo soy un rostro más que tiembla, voy clavando los pies con un dolor inmenso  latiendo por las venas, la soledad y los deshielos).

Horizontal al  limbo, te aguarda efervescente la lenta evolución de los instantes,
 la asimetría de las formas,  la hoja siempre en blanco
y el nombre de un profeta que trenza un puente entre la tierra y el cielo.




Adm

Dedicado a PG que me subió en volandas y regresé a la tierra sin darme cuenta que casi toqué el cielo

Imagen

Travesía glaciar del Aneto. Agosto 2012. Cortesía de www.enlabuhardilla.com


Lectura recomendada

Aneto, el glaciar que agoniza
 El glaciar del Aneto, el más importante del sur de Europa, agoniza. Se funde como un azucarillo. Las imponentes y robustas masas de hielo que retrataron alpinistas pioneros del Centre Excursionista de Catalunya a principios del siglo XX ha dado paso a una geografía de placas heladas finas, segregadas y en descomposición. Un invierno y una primavera sin nieve y un verano caluroso en el Pirineo han hecho que este septiembre el glaciar haya alcanzado la superficie más reducida de su historia; "al menos, desde la Pequeña Edad del Hielo (1820-1830)", según explica Javier Chueca, profesor de Geografía Humana de la Universidad de Zaragoza. "Desde 1988, no he visto una erosión del glaciar del Aneto como este año", sentencia Antonio Lafón, responsable del refugio de La Renclusa (al pie del Aneto y el Maladeta, a 2.140 m. de altura), un testigo que lleva 40 años constatando los efectos del calentamiento sobre este macizo.
 
 

viernes, 31 de agosto de 2012

La luna de mi patio es redonda





La luna de mi patio es redonda y brillante,
 pero es sobre todo la luna de mi patio.

Este mes en que agosto nos regala ración
de doble  luna llena me crujen los azules
de la noche y el jazmín me encadena de aromas
a mi patio prolijo en barbacoas, sangrías,
 yerbabuena y sabores.

No termina este patio en los geranios
 ni en las cien buganvillas que lo pueblan,
vuela la luna en mi cabeza
dibujando un estigma solidario,
una  magia, un ardor sobre el barro
y cae lluvia de cigarras que se espantan
de horrores, doctrinas y calvarios.

Pero esta luna es tan azul que hasta
los perros bailan blues sobre los hilos frágiles de la noche.

(Impronta porque si
31 agosto 2012
me jode que se acabe el verano,
y ya va dando coletazos por aquí)

miércoles, 15 de agosto de 2012

Qué voy a hacer ahora, qué voy a hacer jamás




Se acabará el verano y seremos de nuevo un charco entrecruzando las horas. Una historia de peces y suicidios buscando el hambre y el calor, las horas negras de la araña y el discreto letargo de las alfombras.

Somos días fecundos sin jardín donde florecer; somos resto de niebla pidiéndole al mármol su cara más amable.

Aquí, sentado en esta noche menguante de oníricas escarchas, algo tendría que decirle al mundo. A este mundo revuelto en tulipanes y horas mansas, le digo como T.S. Eliot qué voy a hacer ahora, qué voy a hacer jamás.

El orden que sentimos sobre nuestras cabezas es demasiado incómodo para nuestras espaldas, y nuestros pies no saben qué derecha o qué izquierda retomar si todos los caminos se confunden y eluden tus pisadas.

Sigue bajándome la niebla y mi pelo de mármol se escurre en el cemento de las horas. Somos huesos fecundos a la falta de un cáliz donde consagrar la herencia que dejaremos a los nuestros. El aire no cabe en el aire y la raíz de la nada sigue siendo nada. El vidrio no flota en los abismos, los ríos más largos languidecen. No hay manzanas verdes. Nadie baja del tren. Mis brazos y piernas florecen por separado.

Qué voy a hacer ahora, qué voy a hacer jamás.

 
Un humano cualquiera. Fragmento

Imagen by James Jordan

martes, 3 de julio de 2012

Bajo los pies de un pájaro solitario una piedra callaba


En sus ojos se hallaba toda la lluvia
y en sus manos de niña yacían los inciensos
de la calma y la tarde.

Había desplegado entre veranos cándidos
una canción plagada de orientes, llena de labios
y de horas cosidas a la carne y al verbo.

Yo buscaba en sus huesos mis latidos
y tantas horas verdes entregadas al fuego,
a la porción de sol que nutren sus pupilas
y a los eternos pájaros de agosto
que yacen sobre el mármol.

(Sobre su cuerpo exacto, arrullado en sus notas,respiraba voraz su perfume a madera. Sus labios y su vientre sabían a cerezas frescas y sus abiertas rosas buscaban en la noche la luz y el corazón. Y yo, a veces, esquivo la besaba con este labio amargo, con la pasión impúdica de una ternura contenida).

Precipitados ambos
en la suave fragancia de los limones
jugábamos a un mundo poblado de cigarras
ceñidos al destino y a las promesas mansas,
a nuestra condición de acuario,
reinventado la savia que nos nutriera los otoños
y las gotas de eternidad acumulada en nuestras vidas.


Liberada en las puertas de una casa hechizada
las formas de la vida transitaban jardines
forjando entre sus pétalos el cosmos vacilante
de una semilla sin relojes que alzaba entre sus senos
una luna escarchada y una espiga de fuego.


Dormida entre mis labios
le nacieron dos cisnes con las manos aladas
y una nube escarlata
que impasible sostiene los sámsaras y el mundo.


Bajo los pies de un pájaro solitario
una piedra callaba
y un helecho en su fronda de sílice
saciaba en los cristales el derramado liquen
de un agosto invocado.


puesto en LA DUEÑA DE AQUEL DICIEMBRE
.
El zen de las macetas. Fragmento
.

Ilustracion

 Desnudo en rojo
Hannah Barnes
Técnica mixta sobre papel
15,5 cm x 18cm


miércoles, 7 de marzo de 2012

Cantos Piadosos. Menos Tu Vientre. Miguel Hernández






Menos tu vientre
todo es confuso.


Menos tu vientre
todo es futuro
fugaz, pasado
baldío, turbio.


Menos tu vientre
todo es oculto,
menos tu vientre
todo inseguro,
todo es postrero
polvo sin mundo.


Menos tu vientre
todo es oscuro,
menos tu vientre
claro y profundo.


Cancionero y romancero de ausencias (Escrito entre 1938 y 1939, ultima obra publicada antes de morir)
Miguel Hernández Gilabert (Orihuela, 30 de octubre de 1910 – Alicante, 28 de marzo de 1942)

sábado, 11 de febrero de 2012

Cantos Piadosos. Poemas de la izquierda erótica. Ana María Rodas





Domingo 12 de septiembre, 1937

Domingo 12 de septiembre, 1937
a las dos de la mañana: nací.
De ahí mis hábitos nocturnos
y el amor a los fines de semana.
Me clasificaron: nena? rosadito.
Boté el rosa hace mucho tiempo
y escogí el color que más me gusta,
que son todos.
Me acompañan tres hijas y dos perros:
lo que me queda de dos matrimonios.
Estudié porque no había remedio
afortunadamente lo he olvidado casi todo.

Tengo hígado, estómago, dos ovarios,
una matriz, corazón y cerebro, más accesorios
Todo funciona en orden, por lo tanto,
río, grito, insulto, lloro y hago el amor.

Y después lo cuento.

Ana María Rodas (Guatemala, 1937)
Poemas de la izquierda erótica (1973)