¿Todo
vale en poesía? Igual que a D. Miguel d'Ors “El tiempo me ha ido dando lecciones de ignorancia”. Particularmente vengo sosteniendo que en
poesía vale todo siempre que sea poesía. Pero lamentablemente no nos sirven las
recetas ni las ideas fijas en el contexto poético y si alguna fijación podemos,
debemos, tener es respecto al verso que es la unidad básica del poema. La RAE
lo define así: Verso. Palabra o conjunto de palabras sujetas a medida y
cadencia, o solo a cadencia. Usualmente también en sentido colectivo, por
contraposición a prosa.
Personalmente, mi percepción de poesía se fundamenta en la
creación de imágenes dentro de un contexto donde pueda existir, no el poema
sino, la poesía. Imágenes que hablen a la imaginación del lector, que recreen,
alivien, hieran o le hagan pensar o reflexionar. Las imágenes sensoriales son
el recurso utilizado en el lenguaje poético, en el cual un conjunto de palabras
logra evocar, sugerir, insinuar un fenómeno o revelación que puede ser
percibida a través de los sentidos.
Igualmente nos podemos referir a la importancia de la metáfora que puede
establecer semejanzas entre objetos muy distintos y que, además, encierran un
notable poder sugestivo y diríamos que persuasivo. A este respecto, el filósofo
Étienne Bonnot de Condillac (1714 – 1780 Francia), sostiene que “en sus balbuceos, las lenguas poseían mayor
intensidad poética mayor fuerza expresiva y mayor capacidad musical y
pictórica, que su origen, ha sido poético ya que ha comenzado por pintar las
imágenes más sensibles”.
Cada poeta tiene su propio lenguaje, su propia manera de percibir
el mundo y contarlo a través de la poesía, pero insisto, para que un poema sea
poesía debe de transmitir emoción. A su
vez, el profesor José Antonio Hernández Guerrero (1936), catedrático emérito
Universidad de Cádiz, afirma que "los
autores no suelen insistir suficientemente en que la oratoria es también un
lenguaje sensorial. El orador ha de ser también un poeta, un músico, un pintor
y un escultor: un artista que, para excitar los sentimientos y para estimular
la reflexión, deberá hablar a los sentidos, a los ojos, a los oídos, al gusto,
al olfato y al gusto".
Un
poema, a mi modo de ver, es algo sencillo, no quiero decir fácil, sencillo. Que
todos lo podamos entender y que las formas no perjudiquen el fondo.
Se
pueden escribir poemas a nivel social, humorístico, introspectivo… y se puede
escribir con formas de estructuras reconocidas y aceptadas (soneto, décima,
lira…) y con formas libres.
Si
utilizamos formas estructuradas debemos ser muy cautelosos para no confundir al
lector y que, por citar un ejemplo, a cualquier composición de catorce versos
se le llame soneto. Ejemplo que lamentablemente viene sucediendo y
personalmente, algunos conocidos me han enviado composiciones con estructuras
poéticas, supuestamente determinadas, que distan millas de ser tales
estructuras.
El
verso libre, no es tan libre. La Poesía Libre como técnica de mayor expresividad
lírica, por encima de la escritura estética convencional. En suma, versos que
se alejan de los criterios convencionales de medida, acentuación y rima en
poesía; alejamiento en aras de una mayor flexibilidad creativa con la que sus
precursores trataban de implicarse con mayor profusión en temas psicológicos,
sociales y humanos, tal vez en el intento de sobrepasar la realidad de los
valores con el uso de técnicas de mayor expresividad lírica en detrimento de
estructuras clásicas convencionales.
Se
reconoce al poeta francés André Breton el promotor del surrealismo que surgió
en Francia a principios del pasado Siglo XX; movimiento donde el verso libre
alcanzó el mayor auge.
Personalmente,
estimo que el conocer las estructuras clásicas, la métrica castellana, las
diferentes composiciones poéticas puede enriquecer al poema e incluso a la
poesía, y que es conveniente que los que pretendemos escribir poesía conozcamos
al menos lo elemental de la métrica castellana, pues, en todos los casos, y
fuera de cualquier contexto histórico, la estructura, la métrica, el ritmo, la
pausa versal, el encabalgamiento y lógicamente el empleo de figuras retóricas,
son una gran oportunidad para escribir poemas distintos, originales, que ayuden
a captar la atención del lector y muestren una voz propia y diferente en cada
poeta.
En
otro orden de cosas decir que La poesía apela, de manera especial, a los
sentimientos (la poesía no tiene que explicar nada) y la prosa, en cambio, se
dirige más específicamente a la razón, al juicio, al entendimiento, a lo
explícito.
Como
diría nuestro admirado Miguel Hernández: ¿Qué es el poema? Una bella mentira
fingida. Una verdad insinuada.
Para finalizar, citaré, por
concordancia, los versos del gallego Miguel d'Ors, en su Curso superior de
ignorancia: "De este estúpido oficio
apasionante sé menos cada día. El tiempo me ha ido dando lecciones de
ignorancia y hoy toda mi poética serían interrogantes, aunques y puntos
suspensivos".
Tuyo en la poesía
Alonso de Molina