lunes, 23 de noviembre de 2015

Caminando en un charco de alcohol se buscaba los índices



La noche empezó al apagar la luz.
Enfrentado a su rostro
desligaba ternuras hurgándose los pies;
desde los dedos, hasta la curva de cada talón
sumaba soledades
recitando monólogos de una vieja gramática.

Tan solo, tan vacío, fulminado en su canto,
desentrañaba afectos
mientras se rasuraba los escombros y el alma.

Me angosta y me gotea tanta inercia y sudor.
Nada me dice la sangre aturdida
del ajedrez de tu mirada
o la voz de un cuchillo que yace punta en alto
persiguiendo morir de un sueño
en vez de anidarse
con la encendida rosa del sol;

podría dejar el corazón y la hiel
a cambio de un hechizo que transformara en sal
todas las grietas de la tierra
y regresara a casa la luz de la mañana.

Con tan rajados hilos,
y ni una sola mano
señalando su carne helada,
posó sus hombros en la noche cóncava,
tan hundido en sus lágrimas
como un borracho
caminando en un charco de alcohol
buscándose los índices;

con la boca instalada en el whisky
y su pelo de lenguas
                                   trazó silencios para la huida.


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Historias de cualquier otoño
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Adicto a Lyric Storm
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©Alonso de Molina
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"siete mil veces he muerto
y estoy risueño como en el primer día"
J. Sabines

viernes, 25 de septiembre de 2015

Patrones para amar



"Uno está enamorado cuando se da cuenta de que la otra persona es única". Jorge Luis Borges.


Septiembre trae el otoño y una luna encendida al centro de un hogar donde el eje del mundo gira si está el amor presente amando como un árbol mezclado con la tierra.

Toda la noche eclipsa cualquier color de mármol que nos recuerde al frío. Se adivinan luciérnagas que harán brillar tu nombre con su nombre, su nombre con el tuyo,  con todas las monedas talladas de ternura y voces polifónicas que os harán sentir la lluvia desatada en cada paso que la vida os regala. 

Tenéis llenos de aceite vuestros cántaros. Ambos estáis envueltos en manzanas. No dejéis que los días se hagan noche y que las noches pasen de largo como si fueran días.

Amar con empeño, como si un árbol lleno de fruta os mostrara su mundo interior y os invitara a pecar de una forma tan pura que daría lustre al plumaje de un pájaro que se alimenta el pico con una pulpa de flores exentas de pecado.

Amar urgiendo labios, apretando los dientes, como si un desvelado espejo rescatara los ecos de la luna y en su nombre quemarais la pólvora llenando de sortijas vuestra sangre. Amar desde el perímetro de un hueso que mirando al cielo puede sentir la cáscara y la piel de una mañana llena de aprobación.

Amar desde la horma de un zapato que camina en el mar sembrando las semillas que abrirán las puertas al prodigio que ofrece la existencia. Amar desde un invierno lleno de vértigo porque tendréis el rumbo que os hará recorrer las calles abriendo los eclipses ante los pasos vuestros.

Amar desde las nueve de la mañana en que los péndulos del tiempo abrirán vuestros ojos a lo sólido y tierno, pues justa es la medida que la  ternura obliga. Amar  desnudos o descalzos, y amar también llorando, pero con el rabillo del ojo con la esperanza virgen.

A veces el amor os  pasará de largo con los brazos caídos, acordaros entonces que el fuego deja paso a las ascuas para avivar al fuego nuevamente y ser hoguera, lumbre,  desde los pies al alma; sabed también que la ternura a veces es menos tierna y que a  veces duele el amor si falta y que la sangre a veces es un vaso lleno de frío.

Insistir ambos en apreciar la forma de un pétalo, en disfrutar de un día de viento y en abrigar la calma que otorgan los instantes cuando la dicha crece y se derrocha el polvo entre gemidos, sintiendo orgasmos con los ojos, tocando el corazón de la campana.

LA DUEÑA DE AQUEL DICIEMBRE


Reseña: J. Amable

"Toda la noche eclipsa cualquier color de mármol que nos recuerde al frío. Se adivinan luciérnagas que harán brillar tu nombre con su nombre, su nombre con el tuyo, con todas las monedas talladas de ternura y voces polifónicas que os harán sentir la lluvia desatada en cada paso que la vida os regala".

En esta breve pero intensa composición, se explora el poder del amor en su estado más puro y apasionado. La metáfora de la noche que eclipsa el frío representa el dominio del amor sobre cualquier barrera o distancia. El texto invita a los amantes a sumergirse en una conexión profunda y mutua, donde sus nombres se entrelazan y se funden en una danza de luciérnagas luminosas.

La imagen de los cántaros llenos de aceite y ambos envueltos en manzanas sugiere la plenitud y la abundancia que se experimenta al amar intensamente. Se insta a no dejar que los días pasen desapercibidos y a aprovechar cada momento, como si fueran una lluvia que nos brinda la vida.

El amor descrito en el texto es ardiente y desbordante, comparado con la tentación pura de un árbol cargado de fruta y la pasión que lustra el plumaje de un ave. Amar se convierte en una urgencia, un acto de apretar los labios y los dientes, como si se quemara la pólvora en nombre del deseo y la pasión.

Se invita a amar desde lo más profundo del ser, desde el perímetro de un hueso que puede sentir la cáscara y la piel de una mañana llena de aprobación. El amor se expande hasta la horma de un zapato que camina en el mar, sembrando semillas que abren puertas al prodigio de la existencia.

El texto reconoce que el amor no siempre es suave y tierno, a veces puede doler y la ternura puede ser menos dulce de lo esperado. Sin embargo, se alienta a persistir en apreciar los detalles más pequeños y encontrar la calma en los momentos de dicha compartida.

La última parte del texto recuerda a los amantes que, incluso cuando el amor parece alejarse, pueden avivar el fuego nuevamente y convertirse en hoguera, desde los pies hasta el alma. También se reconoce que la sangre a veces puede ser un vaso lleno de frío, sugiriendo que el amor puede ser desafiante en ocasiones.

En definitiva, este texto es un canto apasionado al amor que invita a los amantes a entregarse plenamente, apreciar los momentos fugaces de dicha y superar cualquier obstáculo que puedan encontrar en el camino hacia una conexión más profunda y significativa.

 


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jueves, 23 de julio de 2015

II VELORIO POÉTICO -Poetas del Sur -ALMERIA. ESPAÑA-



Organizado por Poetas del Sur y celebrado en las espléndidas instalaciones de Nautica Sutton, en la Plaza del Mar, El Toyo, Almería.

Junto a los poetas Graciela Zárate Carrió, Maria Angeles Lonardi, Francisca Sánchez,   Eugenio Martinez Carray, Maria Jose Sierra,  Tomás Soler Borja, procedentes de Granada, Murcia y Almería, el poeta invitado en esta ocasión ha sido el poeta gallego JOSÉ JUAN MARTINEZ FERREIRO. La Velada fue amenizada por el duo musico vocal MAYBE TOMORROW", GRUPO COMPUESTO POR Yan Huang a la voz y Alberto Bonilla a la guitarra acústica.

Ferreiro, que además de poeta es botánico, conoce bien la tierra almeriense, él ha leído a Lorca en el Cortijo del Fraile, ha caminado el exótico e intenso en su belleza natural Sendero de la Molata que une el Playazo de Rodalquilar con las Negras, ha visitado La Alcazaba y leído sus poemas en varias ocasiones, de noche y de día, entre sus muros milenarios. Ferreiro, como Valente, es otro poeta gallego con arraigo en nuestra tierra.
 
Actualmente, el poeta Jose Juan Martínez Ferreiro, está vinculado a la revista y los proyectos literarios de la Editorial Alaire.
 
Fueron esplendidas las lecturas ofrecidas por Ferreiro poniendo de manifiesto el momento álgido que está aconteciendo en su poética. Estamos ante un poeta de talente lírico, que sabe imponerse con rotundidad transmitiendo emociones y estremeciendo a los presentes. Ferreiro sabe  escarbar en sus bolsillos, es consciente de que la poesía precisa de nuevos caminos, que hay que bajarla de ciertas influencias egocéntricas y ser reivindicativa y trasgresora hacia la vida y hacia la misma poesía. 
 
Jose Juan Martínez Ferreiro conoce el oficio de poeta, él sabe cómo provocar a la introspectiva bestia que llevamos dentro. Su poesía está impregnada de un hermetismo que siendo cercano y comprensible, está poblado de metáforas plenas de matices que invitan al lector a abrir sus propias alas para sumergirse en un universo de intuiciones y espacios originales, dispares, contradictorios a veces pero siempre  llenos de vida, espacios en los que el subconsciente se suscribe en un contexto donde la poesía no se explica sino que se justifica por sí misma.
 
 En intervención, Ferreiro, nos ofreció poemas en gallego con su traslación, no mera trascripción –matiza el poeta-, al castellano, como Giralunas: ”Gira la flor solar / y se desvirga por los campos. /Giran los astros en su origen; / la pira de sus médulas”. O Salamandra, en este último el poeta puede mostrar de manera enérgica sus tablas y su voz con una bien definida puesta en escena para satisfacción del público: “Sal de madre. Salamandra. / Pan de tierra y ceniza / -los cereales de la carne”.
 
Como diría el mismísimo Huidobro “El poeta es un pequeño dios que hace y deshace el mundo a su antojo”. Tal como Ferreiro.
 
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II VELORIO POÉTICO -Poetas del Sur -ALMERIA. ESPAÑA-




Organizado por Poetas del Sur y celebrado en las espléndidas instalaciones de Nautica Sutton, en la Plaza del Mar, El Toyo, Almería.

Junto a los poetas Graciela Zárate Carrió, Maria Angeles Lonardi, Francisca Sánchez,   Eugenio Martinez Carray, Maria Jose Sierra,  Tomás Soler Borja, procedentes de Granada, Murcia y Almería, el poeta invitado en esta ocasión ha sido el poeta gallego JOSÉ JUAN MARTINEZ FERREIRO. La Velada fue amenizada por el duo musico vocal MAYBE TOMORROW", GRUPO COMPUESTO POR Yan Huang a la voz y Alberto Bonilla a la guitarra acústica.

Ferreiro, que además de poeta es botánico, conoce bien la tierra almeriense, él ha leído a Lorca en el Cortijo del Fraile, ha caminado el exótico e intenso en su belleza natural Sendero de la Molata que une el Playazo de Rodalquilar con las Negras, ha visitado La Alcazaba y leído sus poemas en varias ocasiones, de noche y de día, entre sus muros milenarios. Ferreiro, como Valente, es otro poeta gallego con arraigo en nuestra tierra.

Actualmente, el poeta Jose Juan Martínez Ferreiro, está vinculado a la revista y los proyectos literarios de la Editorial Alaire.

Fueron esplendidas las lecturas ofrecidas por Ferreiro poniendo de manifiesto el momento álgido que está aconteciendo en su poética. Estamos ante un poeta de talente lírico, que sabe imponerse con rotundidad transmitiendo emociones y estremeciendo a los presentes. Ferreiro sabe  escarbar en sus bolsillos, es consciente de que la poesía precisa de nuevos caminos, que hay que bajarla de ciertas influencias egocéntricas y ser reivindicativa y trasgresora hacia la vida y hacia la misma poesía. 

Jose Juan Martínez Ferreiro conoce el oficio de poeta, él sabe cómo provocar a la introspectiva bestia que llevamos dentro. Su poesía está impregnada de un hermetismo que siendo cercano y comprensible, está poblado de metáforas plenas de matices que invitan al lector a abrir sus propias alas para sumergirse en un universo de intuiciones y espacios originales, dispares, contradictorios a veces pero siempre  llenos de vida, espacios en los que el subconsciente se suscribe en un contexto donde la poesía no se explica sino que se justifica por sí misma.

 En intervención, Ferreiro, nos ofreció poemas en gallego con su traslación, no mera trascripción –matiza el poeta-, al castellano, como Giralunas: ”Gira la flor solar / y se desvirga por los campos. /Giran los astros en su origen; / la pira de sus médulas”. O Salamandra, en este último el poeta puede mostrar de manera enérgica sus tablas y su voz con una bien definida puesta en escena para satisfacción del público: “Sal de madre. Salamandra. / Pan de tierra y ceniza / -los cereales de la carne”.

Como diría el mismísimo Huidobro “El poeta es un pequeño dios que hace y deshace el mundo a su antojo”. Tal como Ferreiro.

viernes, 25 de julio de 2014

No es difícil amar a una mujer que riega sus macetas








    
No es difícil amar a una mujer que riega sus macetas. Ni siquiera es preciso que haya nacido un viernes, pero sería oportuno que ella tenga la risa de un día como el jueves, pues bien pudiera ser que le crecieran pétalos y germine en sus flores hasta hilvanar los círculos de un bosque donde aguarda el helecho  para abrir paso a los solsticios y descoser el karma y sus escamas, renaciendo otra vez, de entre los tiempos, única.
     Tampoco es necesario que trepe por los muros para contradecir las hormas de la geometría pretendiendo alcanzar los alfas y omegas de la divinidad, pues si de amar se trata, ella ama a sus plantas y a sus gatas, ama su consabido mate y ama sus ojos, (y quizá los míos), y ama caminar como un rayo inviernos, primaveras, otoños y veranos, creciéndoles las huellas desde los pies urgidos al exacto centro de sus buganvillas.
     Por poner un reparo, tendría que decir que la prefiero fresca, como recién cogida de un campo de cerezas y buscara mis párpados para perderse en busca de un pecado. Que prendida en el vientre de la música rompiera los tambores y afirmara que sí, que existe un mundo desbordado de yerbas y de aromas que crecen día tras día entre sus huesos.
     En verano buscamos los racimos huyendo hacia la luna. A veces me parece un sueño que llega hasta el invierno. Ella borra bostezos a la noche, esquivando las dudas de su cuerpo, mientras caen rendidos por su cuello, mis dientes uno a uno muy despacio.
     Podría ser aurora proclamada, y no lo es. Es tan solo un retazo de un mar que un día cambió de tierra buscando hundir los besos donde sus pies naufraguen junto a mí. Hay que amarla cargado de paciencia, como a una reina que zurce entre sus labios un dominio de cantos sin medida. No es difícil amar, ya digo, a una mujer que riega sus macetas.

PUESTO EN LA REINA DE AQUEL DICIEMBRE
.llevado a Hombre sin nada que llevarse a la boca

miércoles, 2 de julio de 2014

Solo el misterio nos hace vivir





Hay un rumor que huele a noche, un oscuro silencio que parece mirarme sin quererme decir nada. Tal vez la luz, cobardemente siga queriendo huir del sol, lo mismo que huye un tren en días de tormenta.

Hay un telón oscuro escrito entre misterios.
Hay un cielo sonriendo mientras me habla.
Hay un coro bailando entre las razas.

Tal vez alguna imposible tarde deje caer un amarillo de nubes hacia algunas emociones que permanecen demasiado tiempo cerradas, y tantos huesos blancos, reunidos en la tarde hablándose en calma, como quien come palomitas mientras observa a una serpiente trepar a la cabeza de alguien que sueña que caminando de noche por el bosque podrá hallar la luna que romperá sus miedos. Así de necesario, así de anónimo el rio sigue su curso sin detenerse ante la gente que duerme y haciendo vibrar a los que caminan despiertos al amanecer.

Cómo tapar con las palabras los agujeros, cuántos sables brillando en los jardines, cuánta maleza gritando en el bosque, y dedos y bocas que se juntan para ordenar silencio; un dolor, un dedo que no respira se aferra a la cornisa tratando de no caer; hay vocales con alguna consonante airada que se pronuncia confusa, oh, ah ,uf, eh, ihhh, y se solapan se hacen sordas y mudas  y bizcas onomatopeyas gritando del revés en la dirección opuesta, al caos en vez de a la música.

Y vivimos, vivimos despojándonos con trazos que señalan lo prohibido, y lo prohibido es absurdo, absurdo y sucio como un lazo alrededor del cuello, como un recuerdo lleno de amnesia que nos sofoca el norte, las ansias, las quimeras. ¿Habremos de decir más veces que las referencias nos paralizan, que nos acortan  las alas, las osadías, los bríos,…? ¿Tendremos que clavar los deseos a una losa en forma de cruz o tendremos que besar con besos rotos la sangre y las pupilas de aquello que detestamos?

Desde la risa de una soledad elegida resistimos al engaño, a la complicidad del oxígeno y de nuestro finito cuerpo que aguardando la sonrisa de dios persiste en la mentira de seguir reclinados pretendiendo la ciega salvación.

Como Lorca asumo que “solo el misterio nos hace vivir” y categóricos sumamos ángulos y nos vaciamos de sueños aceptando el coma de la ciega muerte que es la vida.


Un humano cualquiera. fragmento

lunes, 23 de junio de 2014

Todas las hojas verdes que soy




Con el invierno en fuga de olvido, la primavera cierra sus tardes con un conjuro de pájaros que no olvidan los poderes del fuego. El estío  llegó. Canta la media luna para poner en jaque a todas las madrugadas del verano.

En estos días que vienen con un sol imprudente partiéndonos las piedras, nos reiremos tronchados doblándonos por dentro como se dobla un lienzo, inermes e  indefensos y el corazón dispuesto para encender los dedos y borrar cicatrices.

¿Quién limpiará de ortigas el jardín? Las miserables hojas caídas en otoño. ¿Quién se hará tarde y luz poniendo el pan sobre la mesa y bebiéndose el licor en la boca del otro?

Así el origen llega cargado de bronce, de incontrolados vientres buscándonos los pulsos, mordiéndonos las fábulas,  como en tantos inviernos cargados de metáforas donde se arraiga el hombre sintiéndose desierto, presintiendo la fiebre y el aire que le falta.

Del tiempo y sus raíces, se observan estaciones pesadas  como el plomo. Languidecen los años desde el germen, toda la nada por delante, sin morder del todo la vida, dejando muchas batallas sin librar entre la carne y el cuerpo, entre la unión de almas que nutren con su entrega tantos  otoños devoradores de sueños.

Voy abriendo ventanas (la media luna brilla y es verano). Al ventilar los miedos la tierra beberá en mí todas las hojas verdes que soy, gestadas en relojes que no tienen calendario.

hoy, veintiuno de junio,  por fin llegó el verano.




Un humano cualquiera. Fragmento

viernes, 9 de mayo de 2014

Cantos Piadosos. Espera. Caballero Bonald





Y tú me dices
que tienes los pechos rendidos de esperarme,
que te duelen los ojos de estar siempre vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.
 
Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre  en las palabras de repetir tu nombre,
de lastimar mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en vano
desde la soledad en la que tú me gritas
que sigues esperándome.
 
Y tú me lo dices que estás tan hecha
a esta deshabitada cerrazón de la carne
que apenas si tu sombra se delata,
que apenas si eres cierta
en la oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.
 


CABALLERO BONALD
Somos el  tiempo que nos queda.

 

miércoles, 9 de abril de 2014

Instrucciones para reír en época de crisis









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Hoy solo soy un gruñido con un pecho esmaltado. Un loco confundido que se arranca los botones fingiendo que no es nadie y que a nadie pertenecen los sueños no alcanzados. Pero la risa, como el llanto, es contagiosa, y mientras miro los geranios en los balcones, caigo en la cuenta de reírme de todo y hacerme reverencias a cada paso balanceando mi torso hacia adelante e inclinando la cabeza hacia mi ombligo. De esta guisa, mis manos se recrean en evasivas, poniendo excusas a los pies para caminar despacio, slow people, me digo, slow people reafirmo, convencido de que el que ríe el último no ríe mejor, ríe menos o quizá ya no ría nunca más a causada un atracón de rigurosa intransigencia.
Reír se me antoja una máscara veneciana para ocultar la tristeza y ser a ratos un polichinela filosófico y burlesco, soñador a veces y acaso aventurero lleno de dilemas. Así entre latidos y espasmos me provoco la risa, una risa de gato malcriado que se relame el hocico ante una araña atrapada en su propio tejido, pero busco la risa activamente para apuntalar los complejos y avivar esa chispa inflamable que es la vida.
No hay función más sana que reír, reír y ser, que sin ser no es posible la risa, ni es posible madrugar ni sacar la lengua ni apretar las manos ni abrazar con fuerza. Me río sentado y me río en horizontal, y me río de pie  para frenar mi indiferencia, me río de cualquier guisa mientras escribo estas letras con todas las instrucciones necesarias para reír, reír con pausa, reír con vehemencia, reír con afán, reír solo, reír en compañía, reír entre tambores o con trinos de jilguero, pero reír riendo, reír porque sí, pero sobre todo reír por filosofía para inocular el virus de la risa al mundo como antídoto a la crisis y a la mala uva.
No sé si al ponerme en cuclillas me provoco la risa o las agujetas, pero las horas se funden y un instante ya es pasado o quimera imperfecta y ya está bien de pedir excusas, de sentir miedo y de pedir perdón por las tachas de otros; si bastara un soplo de cordura, si suficiente fuera alcanzar la rebeldía con un simple beso en la espalda del desconcierto, para encontrar la libertad de reír a manos llenas y calzón quitao, que es al fin lo que todos ansiamos.
Hoy que España es una burbuja a punto de reventar, no podemos seguir perdiendo el tren de la risa, reír es dual, difícil pero sencillo, tener en cuenta que para reír a gusto tan solo hay que abrir la boca y coger aire, luego soltar la carcajada y reír a muerte todo el rato.
Hoy es un buen día para colocar incienso en los balcones, hay que dar estabilidad al color y escribir mensajes nuevos en las hojas del trébol para decirle al mundo que la risa es universal, que la sonrisa es nuestra y la risa es de todos.


Monólogos ígneos. Fragmento
-

#sigoEnCasa para #FrenarLaCurva


Gracias por echar un vistazo y dejar un comentario
en estos sitios donde puedes ver algunos de mis trabajos.


Google Books
Amazon Books

miércoles, 2 de octubre de 2013

Cantos Piadosos. Pienso en tu sexo. César Vallejo



Pienso en tu sexo.
Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,
ante el hijar maduro del día.
Palpo el botón de dicha, está en sazón.
Y muere un sentimiento antiguo
degenerado en seso.

Pienso en tu sexo, surco más prolífico
y armonioso que el vientre de la Sombra,
aunque la Muerte concibe y pare
de Dios mismo.
Oh Conciencia,
pienso, sí, en el bruto libre
que goza donde quiere, donde puede.

Oh, escándalo de miel de los crepúsculos.
Oh estruendo mudo.

Odumodneurtse!

 



Césas Vallejo
Poeta peruano nacido en Santiago de Chuco en 1892
Pienso en tu sexo, poema XIII, del poemario Trilce

Analisis del poema por
JUAN CARLOS CONDORCHOA CASTRO

http://articulosjc.blogspot.com.es/2010/03/analisis-semiotico-del-poema-xiii.html