Virgen del Mar. Patrona de Almería |
Desnudo otra vez mis ojos, cerrados a la fe
Poema para un día antes de mi cumpleaños
Oración a la Virgen del Mar (Patrona de Almería)
No es que mis ojos huyan tu mirada
y me persigan vanas tus sendas sin mis huellas.
Se insinúa mi credo como una convicción
que huye hacia la piedra,
como un desesperado salmo anclado en el misterio.
Nunca razón y fe
convocaron la calma del límpido fervor.
Las palabras no son oraciones de sal
en la verdad de los instantes
ni pueden las metáforas trepar las alambradas
para culpar a los océanos
del azafrán impúdico del aire
en la incendiada ofrenda del mar y sus arrojos.
Incierto es que la paz
sea el estado natural del hombre;
sobre el dolor dormido
no hay sístoles ni bálsamos
si el corazón reniega de su origen,
de su esencia y sus votos.
Como la estrella, el ser humano muere
rompiendo el estallido de la sangre,
la carne y el espíritu olvidan sus premisas
tal que heridos planetas en la raíz del sol.
Siendo silencio anónimo
fuimos cavando formas, géneros impasibles
como la masculina ribera de tus playas
o los tercos rompientes de tus costas.
Hoy,
un día antes de mi cumpleaños,
debo salir volando a contemplar inmune
una acuarela ilesa de alborotos.
Hay sermones y cánticos,
ofrendas y renuncias,
votos y mercachifles.
Con multitudinario fervor
una Esmeralda, consagrada en la mar,
extiende su perfil glorioso sobre la arena.
(Y yo tan aturdido sigo que podría creer también en una virgen fea, fea y coja, tartamuda y ciega; una virgen cercana con colonia barata de los bazares chinos; una virgen tan pobre y sin papeles que buscaría esposo para unir su pobreza al aprecio de un hombre que la hiciera feliz, llanamente feliz, con su hipoteca y sus quehaceres, sus macetas y sus retoños, sus risas y sus lágrimas y sus ratos humanos horizontal a un hombre).
Frente a la sal y al viento,
el agua estaba fría, como cada enero,
y yo desnudo, otra vez, mis ojos cerrados a la fe.
Del libro: Alládonde empieza la locura: ¿Acaso temes verte por dentro?
ISBN-13: 979-8712511839
Corría la noche del 21 al 22 de diciembre de 1502 cuando ocurre la aparición de la Virgen del Mar en Torre García, Almería, a los ojos del torrero morisco Andrés de Jaén, quien cubría guardia se sintió bendecido por el prodigioso avistamiento.
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