Notarás una ausencia, de repente,
Creciendo a tu lado, como un árbol…
Sylvia Plath
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A sus ochenta años
le quedaban partidas por jugar,
no quería marcharse sin ganarlas,
(incluso con algunas artimañas)
pero su pecho no aguantó
una tercera operación
y el corazón se fue con él.
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Al intentar ser árbol
comprendí la tristeza del sarmiento
y sentí sus espinas;
más de pronto rompí a llorar por mis escritos,
el viento en tanto sacudía mis ramas
y aventaba mis pétalos.
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Apagado, persiste su cuerpo entre las formas,
del universo luz desnuda,
como un soplo del centro del a tierra.
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Un oscuro universo desgastaba la tierra.
El hombre reclamó al infinito,
siendo cáscara en alta mar,
una última partida por jugar.
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La memoria Fragmentada. Fragmento,