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jueves, 6 de diciembre de 2007

Chanca. La Chanca*



Chanca. La Chanca*


Es tiempo detenido,
un paisaje elevado al cielo
desde el arrinconado origen de las fábulas
al infinito cosmos de las acuarelas.


Caminando hacia el mar brotaron las estampas.

Caballo negro, qué importa, caballo blanco
si en mi sangre el ritmo alteras.

¿Quien mira hacia este abismo despojado y ausente?


(Gitanos
tejen amores en sombreros y canastos).


Hoy es momento de entregarme
a los escritos y a mis huellas
y eternizar la luna que de tu cielo emana:

Sus calles eran charcas,
barro cuando llovía,
ceniza y somnolencia durante los veranos.

los azulejos no encajaban con la tristeza
porque no revestían azulejos
las aceras ni las casas.


Casi nunca está quieta la mar,
sus aguas zarandean la vida y los oficios;
por la noche la luna, solo a veces,
aportaba quietud en las cubiertas.


(vive el cante,
llora el viento).

Los pescadores en la mar
erigían su vida en tierra;
y desde tierra, las esposas y madres
y todas las mujeres, miraban mar adentro,
y se les olvidaba vivir.

De regreso en la madrugada,
parece que se mecen al andar los pescadores.


Es un milagro.
La Chanca es un milagro

(Gitanos
tejen amores en sombreros y canastos)


(Vive el cante,
llora el viento)

La Chanca es un milagro



*Barrio, cuna, de la ciudad de Almería
En la imagen, óleo del pintor Manuel R. Cabestany
 
.-.-.-.-.-.-.-.-. 

Año 1960
La perspectiva de Almería, vista desde el hacho de la Alcazaba, es una de las más hermosas del mundo. Por tres pesetas, el visitante tiene derecho a recorrer los jardines desiertos, escalonados en terrazas, y puede sentarse a la sombra de un palisandro a contemplar un cielo azul, sin nubes. En el interior de recinto la calma es absoluta…”

“…El barrio de La Chanca se agazapa a sus pies, luminoso y blanco, como una invención de los sentidos. En lo hondo de la hoya las casucas parecen un juego de dados, arrojado allí caprichosamente. La violencia geológica, la desnudez del paisaje son sobrecogedoras. Diminutas, rectangulares, las chozas trepan por la pendiente y se engastan en la geografía quebrada del monte, talladas como carbunclos
JUAN GOYTISOLO (Barcelona 1931). La chanca. París: Librairie Espagnole, 1962. Ensayo.
 
Tuyo en la poesía




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